Capítulo 12.
En cuanto llegamos al lujoso hotel, Adrián estacionó el vehículo y lo rodeó para abrirme la puerta del copiloto. Ya habíamos ido al hospital para saber el estado clínico de nuestros padres y para recoger mis pertenencias. Por suerte, los tres estarían bien a pesar de las circunstancias. Sin contar que, como gesto de agradecimiento, el señor Thompson se haría cargo de que ellos tuvieran un trato de primera mientras estuviesen recuperándose.
—No puedo creerlo —le dije a Adrián muy sorprendida cuando me fijé en las vistas del exterior—. Desde aquí se puede apreciar la Torre Eiffel —parpadeé repetidas veces al ver como también caían copos de nieve mientras unas luces neones decoraban y alumbraban la estructura.
—Después de todo lo que ha ocurrido, aún tienes las fuerzas para admirar las vistas de París —bufó al enarcar las cejas—. Ven, el señor Thompson nos ha hecho una reservación en una de las mejores suites de este hotel —estiró su brazo y sujetó mi mano, guiándome hacia el interior después de sacar mis pertenencias de la cajuela junto a las suyas.
En cuanto nos identificamos en la recepción, nos entregaron la llave de la habitación. Al caminar en silencio hacia la dirección predestinada, pude sentir como la tensión comenzó a afectarnos. Es decir, era la primera vez que realmente estábamos a solas sin problemas ni desagradables situaciones en el momento. Cuando me di cuenta de que me miró de reojo por un momento, carraspeé y él hizo lo mismo.
—¿Ya te sientes mejor? Hacía un rato que tosías —se aclaró la voz, simulando los nervios que se apoderaban de él. Estaba segura de que pensaba en todo, menos en descansar, porque yo también hacía lo mismo.
—Sí, sí —reí nerviosa y tosí un poco—. Créeme, lo más que necesito en este momento es un buen baño calientito. Quizá es el intenso frío de este lugar.
—Claro —tragó saliva y usó la tarjeta electrónica para abrir la puerta una vez que nos detuvimos frente a la suite.
«Dios, lo deseaba más que nunca». Fue lo que pensé cuando me miró a los ojos y solo le dediqué una ligera sonrisa.
—Gracias —carraspeé y fui la primera que entró a la habitación cuando estiró su brazo, ofreciéndome pasar.
Sacudí mi cabeza por unos instantes y dejé de pensar en él de manera sexosa. No pude evitar sorprenderme ante los lujos de la hermosa suite. La extensa cama se encontraba junto a una puerta que se dirigía hacia el balcón, desde donde se podía apreciar las vistas hacia la Torre Eiffel. Era de noche y hacía mucho frío. Apenas faltaban pocas horas para que fuera el Día de Navidad. Los copos de nieve caían desde un cielo tenue y se asomaban en las ventanas de la habitación.
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MCP | La Cura ©️ (¡Completa!) ✓
عاطفية(+21) (Libro 5) Lo inevitable no solo ha desatado una ola de emociones dolorosas entre Adrián y Alysha por la decisión que ella ha tomado en base a la pandemia global a la que se enfrentaban, sino que una serie de sucesos al otro lado del mundo, los...