(+21) (Libro 5) Lo inevitable no solo ha desatado una ola de emociones dolorosas entre Adrián y Alysha por la decisión que ella ha tomado en base a la pandemia global a la que se enfrentaban, sino que una serie de sucesos al otro lado del mundo, los...
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Capítulo 9.
—Aly, ¿te sientes bien? —me preguntó Adrián, sacándome de mi leve ensoñación—. Es decir, a pesar de todo, ¿te sientes bien para seguir con todo esto? —miró a nuestro alrededor y luego volvió a poner sus ojos en los míos, dedicándome una mirada cargada de preocupación en cuanto a mí.
—Sí, sí —carraspeé y sacudí la cabeza levemente—. Es que todavía no puedo creer que estés aquí y eso me hace feliz. A pesar de este caos, claro está —tragué saliva—. Además, me cuesta creer que estemos pasando por una crisis mundial en la que directamente estamos vinculados.
—Lo sé —soltó un pesado suspiro y su vista se perdió en las noticias que continuaban pasando en la televisión que muchos veían, aún sujetando mi rostro con ambas manos—. Mierda, esto está realmente mal —me dijo por lo bajo y sus ojos verdes me miraron fijamente—. El hotel donde se encuentran nuestros padres...
—Lo sé —la angustia en mi corazón volvió a apoderarse de mi pecho—. Intenté comunicarme con ambos, pero ninguno de los dos responden sus teléfonos. Luego me enteré que también hubo una explosión en el hotel.
—Tampoco he podido comunicarme con ellos en los últimos minutos —Adrián presionó los labios y mostró una expresión de impotencia—. Antes de eso, me habían informado que debíamos tener cuidado, porque estaban ocurriendo atentados terroristas contra la OMS. Fue de esa forma que logré enterarme de qué estaba ocurriendo aquí en Francia cuando llegué —negó con la cabeza repetidas veces, angustiado—. Era lo que siempre quise evitar en cuanto a ti y nuestra familia. Nunca te mentí en cuanto a esto, pero por eso callé por un tiempo.
Había visto muchas expresiones de él cuando las personas estaban en algún tipo de crisis de salud de vida o muerte. Sin embargo, la cara que mostraba era muy parecida a la mía. Podía percibir que se sentía perdido, impotente y frustrado.
—De todas formas, si yo no hubiese venido hasta aquí, no podríamos buscar a nuestros padres que ahora mismo deben estar en peligro. A veces las cosas suceden por una razón y si estamos aquí es por algo.
Aunque lo reflexionó por unos segundos, asintió y no pudo evitar abrazarme fuertemente, a pesar de que los trajes de protección estorbaban la calidez de nuestras pieles.
—¿Y ahora qué haremos? —mis ojos llorosos mostraban preocupación—. No sabemos qué ha sucedido con ellos en la explosión.
—Tengo que ir por nuestros padres —espetó—. No puedo dejarlos a la intemperie. Además, ahora mismo ellos son muy importantes en cuanto a la cura.
—Iré contigo.
—No, Aly. No es nada seguro exponerse y menos con todo lo que está sucediendo. Tienes que quedarte aquí en el hospital.
