(+21) (Libro 5) Lo inevitable no solo ha desatado una ola de emociones dolorosas entre Adrián y Alysha por la decisión que ella ha tomado en base a la pandemia global a la que se enfrentaban, sino que una serie de sucesos al otro lado del mundo, los...
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Capítulo 30.
—Andy, cálmate, por favor.
—¿Cómo quieres que me calme? —soltó un pesado suspiro—. ¿Acaso no ves todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor? —estiró uno de sus brazos al señalar el ambiente que nos rodeaba.
—Sí, pero yo no quería que esto sucediera —bajé la mirada—. Créeme, por favor.
Se quedó callado por un par de segundos, reflexionando mi respuesta e intentando calmar el malhumor que lo quería dominar por completo. Hacía mucho tiempo que no lo había visto tan temperamental, aunque era comprensible.
—Sé que no es tu culpa, ¿pero por qué no me lo dijiste antes?
«A menos que no se haya estado refiriendo a lo que yo creía».
—Espera, ¿de qué estás hablando? —fruncí el ceño al sentirme sumamente confundida.
Presionó los labios y frunció el ceño, reflejando en su rostro impotencia.
—Garret me llamó porque ya han muerto más de una docena de pacientes, por lo cual maldije, porque toda esta mierda está sucediendo cuando apenas me voy a hacer cargo del hospital en general —soltó con frustración y pasó una mano por su frente.
—Entonces, ¿por eso estás así? —tragué saliva, aunque podía sentir como cada parte de mi cuerpo temblaba discretamente.
—¿Cómo no ponerme así, Aly? El personal del hospital también se está afectando por el virus. ¿Recuerdas a la recepcionista del vestíbulo?
Pensé detenidamente, hasta que logré recordarla, ya que siempre me topaba con ella o la veía cuando entraba o salía del hospital. Fue la primera persona que me recibió el día que pisé el «Hospital General de Puerto Rico» para realizar el internado.
—¿Lourdes López? —achiqué los ojos—. ¿Qué sucede con ella?
—Ha muerto.
—¿Qué?
—Y eso no es todo —entrelazó los dedos y me miró fijamente—. Según como pintan las cosas, más personas morirán en el hospital en las próximas horas. Sin embargo, traes a colación el tema de un bebé cuando también recibo la información de que tu amiga Gloria quiere hablar conmigo en cuanto regrese.
—¿Por qué? —me preocupé—. ¿Qué sucede con ella?
—¿En serio no lo sabes? —frunció el ceño y percibí como su cuerpo se relajó—. Pensé que me lo estabas ocultando o que trajiste el tema de un bebé por eso.
