Epílogo.

11.3K 1.2K 424
                                    

Epílogo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Epílogo.

París, Francia.

Cerca del Aeropuerto Internacional de París, Charles de Gaulle.

(Adrián).

Abrí los ojos de repente. No paraba de toser con fuerza. Desconocía cuánto tiempo llevaba inconsciente sobre pavimento, pero sabía que había transcurrido un largo rato. El humo y el polvorín invadía todo el ambiente a mi alrededor, incluyendo mis fosas nasales. También dificultaba mi visión. Confundido y con los oídos retumbándome, comencé a arrastrarme sobre el suelo, intentando alejarme cada vez más de la escena de la explosión. No podía creer que continuaba vivo, no después de haber arriesgado mi vida lanzándome al exterior con el vehículo en movimiento.

—Ugh, mierda —me quejé al sentir todo mi cuerpo jodido y adolorido—. No entiendo para qué me he arriesgado tanto por una humanidad que muchas veces suele ser egoísta —continué arrastrándome hacia una acera más despejada, lejos de la destrucción y de algunas extremidades de cuerpos humanos que había por doquier—. Ahora mismo estaría teniendo sexo y no aquí, jodido como un pendejo por personas que ni siquiera conozco y que no conoceré en mi vida —me giré con dificultad, posicionándome boca arriba para tomar un poco de aire más limpio entre tanta devastación. Sin contar que el frío desolador me congelaba hasta las bolas.

No podía mentir, hasta las pelotas me dolían. Realmente, sabía que necesitaba unas largas vacaciones. No obstante, también sabía que había hecho lo correcto al salvar millones de vidas y a mi familia al arriesgar mi vida.

«Esto de ser un superhéroe que ayudaba a salvar la humanidad definitivamente no era lo mío», pensé. «Prefería salvar vidas, sí, pero una a una». Sonreí mentalmente para mí mismo, porque era mejor esa acción, que llorar por todo lo que había ocurrido en cuestión de nada.

Además, extrañaba ser un jodido y simple médico cirujano. Mientras más veía sobre la realidad del mundo y las personas, más comprendía que mis problemas emocionales, mis trastornos compulsivos y mis desviaciones sexuales no eran tan malos después de todo.

Fruncí el ceño al escuchar uno de mis teléfonos sonar. Me sorprendía que todavía funcionaran, a pesar de mi aparatosa caída que casi me jodía hasta las extrañas.

—Es qué no dejan ni salvar al mundo en paz —intenté sacar el teléfono con dificultad, ya que estaba en uno de los bolsillos de mi ropa abrigada de lana—. Arnold —cuando le respondí con dificultad, le indiqué lo que había ocurrido y pasó por el lugar hasta que logró localizarme y recogerme.

Ayudarme a subir al vehículo había sido una odisea, ya que realmente estaba malherido.

—Ugh, coño —me quejé cuando me ayudó a acomodarme sobre el asiento del copiloto—. Creo que me fracturé un brazo —sujeté uno de mis brazos con mucho dolor—. O los dos —enarqué las cejas al sentir que realmente estaba jodido físicamente. Había tenido una caída de la puta madre.

MCP | La Cura ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora