Medio millón de pasajeros de cruceros pasan por la bahía en un año determinado, pero ninguno de ellos durante el invierno. El río turbio puede convertirse en hielo y aguanieve en cualquier momento, algo que ningún capitán de crucero en su sano juicio se arriesgaría a cruzar. Por lo tanto, cosas como las bahías de atraque generalmente estaban cerradas durante la temporada invernal. Al menos para la gente normal.
Las únicas almas valientes dispuestas, o capaces, de navegar esas aguas heladas eran marineros amateurs estúpidos o personas que querían moverse sin ser vistos. Kenneth "Kenny" Lynch era un poco de ambos. Para él, esto era solo un trabajo, pero un trabajo que tenía que hacer de todos modos; nunca había hecho nada a medias en su vida, y no iba a empezar ahora.
Ser el hijo menor de Jack "El Martillo" Lynch significaba que siempre estaba en la parte baja del gallinero, con ambos hermanos arriba cagandole la existencia. No era inteligente como su hermano Sean, que se encargaba de los negocios de la familia, ni era astuto como Dara, que ayudaba a la familia desde dentro del departamento de policía. Era un chico debilucho, de poco más de metro y medio, flacucho como una caña de pescar, pero igual de ágil.
Sus ojos verdes, rayados con cálidas líneas marrones, lo hacían parecer una rana contra su melena naranja ardiente, sarnosa y despeinada, golpeada una y otra vez por la brisa salada del agua del mar.
Su única misión en la vida era servir a la familia; el resto quedaba en segundo lugar. Sabía que era prescindible. Cualquier idiota podía manejar los muelles, engrasar las manos adecuadas, amenazar a las personas necesarias, pero Padre lo había puesto a cargo a el, e incluso después de su muerte, Kenny todavía gobernaba los muelles con mano de hierro. Tal como Padre quería.
En unas pocas semanas, los muelles estarían completamente congelados y el negocio se detendría por completo hasta la primavera. Este era el último contrabando de la temporada, por lo que Kenny ya estaba nervioso por arruinarlo. Tenía que ser perfecto, o de lo contrario...
Había planeado y configurado todo a la perfección: engrasó al operador del muelle n.º 2 para que se perdiera durante una hora, que usaría para atracar su carga en un camión de dieciocho ruedas que esperaba cerca. A los guardias se les había pagado para que miraran hacia otro lado, y sus matones habituales esperaban en el muelle de atraque, según las instrucciones.
Su radio se puso en marcha, con una voz ronca hablando en medio de la estática de fondo.
—La costa está despejada. Repito, la costa está despejada. Trae la carga, cambio.
Con solo presionar un botón, su radio emitió un pitido silencioso, emitiendo una luz roja intermitente. —Plomo, llegando con calga. Cambio y fuera.
Tiempo de hacer su magia.
Hizo girar la llave, haciendo que el motor ronroneara con vida. Lentamente colocó su mano sobre el gastado volante, presionando el acelerador muy suavemente mientras navegaba a través de los canales helados. Normalmente, otra persona conducía al "Viejo Barbarrosa," pero nadie conocía las aguas heladas como Kenny; después de todo, era una rata de mar.
No le tomó mucho llevar el carguero al muelle. Kenny arrojó una cuerda a un hombre que esperaba cerca, quien hábilmente la ató a un poste. Era Frankie, su mano derecha y el principal maton de la operación de la familia Lynch.
—¡Epa, Kenny! ¡Apaga esa mierda! Tenemos que mover esta mierda rápido antes que llamen a los pacos.
Frankie no era un hombre inteligente. Tenía tendencia a decir lo obvio y a perder el tiempo, a veces al mismo tiempo. Eso, y agregar la palabra "mierda" lo mas posible.
—Cállalo, menol. 'Toy claro en lo claro, ¿dónde tan los pendejos tuyos? —dijo Kenny.
—Están esperando. Pero hay que conta' la merca primero. Montate de una y dale con furia, papi.
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Un Beso De Ensueño - Temporada 2
Mystery / ThrillerLa muerte de la esposa de un magnate farmacéutico trae a un cártel de drogas en ascenso, una fuerza policial comprometida y un director ejecutivo deprimido en un curso de colisión para controlar un nuevo opiáceo mortal, Ensueño, que te hace soñar de...