El Blues Del Vagabundo ~ Vals Para Zizi(Cover)

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Una emboscada, qué poco imaginativo.

Henry siempre supo que la junta directiva estaba esperando que tropezara para clavarle un cuchillo en la espalda, como César. Pero nunca se imaginó que entre todas las personas en esa pecera de oficina que Murray terminaría siendo su Brutus.

—Le aseguro que esto no estaba planeado, Sr. White —comentó Tomas, como si leyera la mente de Henry—. Su presencia en esta reunión es simplemente una coincidencia. Una coincidencia afortunada, pero una coincidencia al fin y al cabo.

Henry trató de decir algo sarcástico para derribarlo, como solía hacer, pero lo que salió de su boca fue una sarta de sonidos guturales y escupitajos. Todos lo miraron con disgusto.

Murray se adelantó para intervenir agarrando a Henry por los hombros. —Este tipo se está volviendo loco. se inyectó Ensueño puro, sin solución. Nada de lo que digas lo afectará.

La sala estalló en murmullos mientras los transeúntes afuera lo señalaban y reían ocasionalmente. Si estuviera sobrio, le habría costado más que eso derribar a Henry, pero el Ensueño es una amante cruel. Las risas parecían ecos lejanos que venían de todas direcciones. Se sintió mirado desde todas partes a la vez, lo cual, para ser justos, lo estaban. Juzgandolo, incluso. No desencadenó tanto su pánico como lo reactivó.

Cerró los ojos, tratando de reunir su mente dispersa por un breve momento de concentración y claridad, pero fue en vano. La imagen de dioses gigantes que se apiadaban de él lo hacía sentir desnudo e inseguro. Henry White habia perdido lo unico que apreciaba mas que la vida misma: el control.

—Yo... no... estoy... drogado —dijo, lenta y completamente, tratando con toda su fuerza de empujar las palabras más allá de sus labios.

Murray sacó una pequeña botella de su bolsillo y la colocó sobre la mesa con un ruido sordo. —Mi esposa encontró esto en su habitación —se burló Murray—. ¿Podrías explicar esto, muchacho?

Un Henry sobrio habría tomado las consecuencias de sus acciones como un hombre, tratando de cambiar la situación a su favor. Henry drogado, sin embargo, era tan inteligente como una zapatilla mojada, lo que significa que dio vueltas ineficazmente.

—No es mío, n-n-no —tartamudeó. Henry se dio cuenta de que estaba temblando, no por miedo, sino porque estaba de bajada. Su Ensueño estaba llegando a su fin. Uno de sus oídos comenzó a zumbar en un tono alto, mientras que el otro se obstruyó como si la habitación hubiera cambiado repentinamente de presión. Sintió cada vena de su cabeza palpitar con cada latido del corazón, que disminuía con cada segundo. Un sudor frío le resbalaba por la espalda hasta las rodillas que amenazaban con derrumbarse sobre él.

Murray apretó su agarre sobre Henry mientras lucía una amplia sonrisa de oreja a oreja. Estaba disfrutando esto más de lo que debería. —Oh, ¿quieres apostar? Descríbeme el color del silencio.

Henry se retorció de dolor cuando una descarga eléctrica corrió desde la base de su cráneo hasta las últimas vértebras de su espalda. La patada fue suficiente para hacerlo caer al suelo. Se agarró la cabeza en agonía, soltando un gemido desgarrador que hizo vibrar las paredes de cristal de la habitación. Todos se taparon los oídos, excepto Tomás. Su mirada aún estaba clavada en la sombra del hombre que alguna vez fue el orgulloso Henry White.

Oh, cómo han caído los poderosos.

—Esto va a ser fácil entonces —dijo Tomas—. Siéntate, White.

Henry tardó un rato en comprender que se dirigía a él. Su conciencia todavía estaba tratando de recuperarse después de ese golpe. Le tomó unos segundos incluso intentar ponerse de pie, sin éxito. Después de algunos intentos, Murray y William tuvieron que llevarlo a una silla. La cabeza de Henry colgaba de un lado a otro, con sus ojos desenfocados intentando recuperar algún tipo de fijación.

Un Beso De Ensueño - Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora