El Fandango Mortal - Zapateo

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Mientras Graham avanzaba lentamente entre el tráfico del lunes por la mañana, su mano golpeaba distraídamente la pantalla de su teléfono inteligente. Un millón de cosas cruzaban por su mente simultáneamente y se sentia inquieto e incómodo consigo mismo. Ya nada parecía cuadrar.

Fue Dara quien sacó a Henry del foco de la investigacion y en su lugar puso a William bajo la lupa. ¿O fue él quien lo hizo? Iba a registrar el apartamento de William de todos modos, pero esa llamada telefónica supuestamente anónima que recibió Dara impulsó su determinación aún más.

Pero, de nuevo, no hay evidencia de esa llamada. Graham inmediatamente descartó la idea; Cuestionar a la Capitána no era una buena idea, especialmente después de que ella lo probó el otro día. Graham podía verlo en sus ojos: se había convertido en presa de Dara, para bien o para mal.

Luego estaban las cintas. Habian sido falsificadas. ¿Pero por quién?, Graham preguntó: ¿y por qué?

¿Había abordado esto de manera equivocada? Intentó pensar en las pruebas, pieza por pieza.

Las cintas de William no eran falsas, o al menos no lo creo. Las acciones del Sr. White fueron manipuladas, pero ¿por qué?

Fue Dara quien pidió las cintas. ¿Podría haber ella ordenado la manipulación?

Una vez más, Graham descartó la idea. Dara fue quien le entregó el caso. No se puede confiar en ella, dijo una voz en el fondo de su conciencia. Su propia mente estaba traicionando su lógica.

¿Qué pasa con las declaraciones juradas?, preguntó Graham. No, esas son legítimas. Nadie se arriesgaría a ser procesado legalmente por encubrimiento tan inecesariamente.

Los ojos de Graham se abrieron de golpe. Encubrimiento era una palabra fuerte que no debía decirse a la ligera, pero Graham no podía negarlo. Parecía haber un encubrimiento que involucraba a Henry, pero ¿por qué? ¿Y por quién?

Por qué y quién, preguntas que siguen apareciendo una y otra vez.

Graham se detuvo en un semáforo en rojo, maldiciendo en voz baja. Quería llegar al hotel lo más rápido posible para encontrar las respuestas que buscaba. ¿Pero estaba preparado para afrontar la verdad? No pudo evitar sentir que pinchar el nido de avispas resultaría en algo más desagradable que una picadura. Renuncia mientras puedas, obedece a Dara. William es culpable. Tienes todo lo que necesitas. Ya puedes dar marcha atrás. Gabriela puede ser convencida. Puedes hacerlo.

Lavarse las manos de todo este problema era la mejor opcion. Todavía estaba a tiempo de convencerla. Con solo presionar un botón, el teléfono de Graham cobró vida. La poca determinación que tenía para llamar a Gabriela se desvaneció en el momento en que vio su foto de fondo.

Los grandes ojos de Tracy Esposito miraban profundamente dentro de su alma. Su sonrisa era un recordatorio constante de su propio fracaso, burlándose de él por siquiera pensar en darse por vencido. Mantuvo su foto en su teléfono como recordatorio de que su falta de acción le había costado una vida.

En la oscuridad de sus ojos, Graham pudo ver a la mujer a la que disparó. El pánico de sus últimos momentos. ¿Tenía ella una familia? ¿Un novio? ¿Un abuelo? ¿Padres que la extrañaron? ¿Cuál es la diferencia entre ella y Tracy?

No sabía la respuesta, pero sí sabía lo que tenían en común: la sangre de ambos estaba en sus manos.

Un bocinazo lo despertó de su trance: la luz se había puesto verde. En ese retrato de sus fracasos, Graham encontró resolución; él iba a llevar esto a cabo, sin importar las consecuencias.

Un Beso De Ensueño - Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora