Fandango De Alma ~ Pitos

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—Es hora de despertar, Sr. White —dijo una voz que Henry no había escuchado en mucho tiempo.

¿Cuánto tiempo había dormido? Todo se sentía confuso e inconexo. Sintió los surcos de la manta tallados en su rostro hinchado. Deben haber sido horas. Henry no podía recordar la última vez que tuvo una buena noche de sueño sin ser interrumpida por visiones o sonidos que lo despertaran.

Y, sin embargo, frente a él había una figura y un sonido que había olvidado hacía mucho tiepo.

—¿Jacob? —dijo, mientras se sentaba.

—Mucho tiempo sin vernos, señor — dijo Jacob parándose frente a él como lo había hecho durante décadas, portando una enorme sonrisa, como si nada hubiera pasado entre ellos. Como si Henry no lo hubiera despedido sin chistar.

—¿Qué estás haciendo aquí? Yo...

—Fui yo quien lo trajo de vuelta —dijo Cassius, apoyándose en el marco de la puerta—. Parte de tu plan de detox. Piensa en él como tu nuevo niñero a partir de ahora.

Henry todavía estaba desorientado por haber despertado, o tal vez por el abuso de drogas, ya no estaba seguro. La habitación daba vueltas y sintió que se le secaba la boca en el momento en que quiso responder. Cubriéndose la boca con tanta saliva como pudo, lo intentó de nuevo. —¿Qué desintoxicación? No necesito una desintoxicación.

—Tienes boca de algodón, ¿no? —dijo Cassius, entrando en la habitación—. Sientes un dolor agudo en el estómago. Tus ojos están rojos y dilatados.

Tan pronto como nombró esos síntomas, Henry se dio cuenta de ellos, como si los hubiera activado. Tembló levemente, primero con los dedos y luego todo el cuerpo. —N-n-no —mintió, cubriéndose con una manta.

Cassius se sentó en la cama, acercándose a Henry lentamente. —Estás pasando por un proceso de abstinencia. Y es sólo el comienzo. Pronto te dolerán los músculos, te inquietarás y tu cuerpo anhelará una nueva dosis.

Henry no necesitaba que se lo recordaran, su cuerpo ya estaba pidiendo a gritos su dosis de Ensueño.

—Entonces, para evitar eso, he tomado algunas medidas —dijo Cassius levantándose de la cama—. Te quité las tarjetas y el efectivo y se los daré a tu contador.

—¡¿Qué?! —gritó Henry. Eso lo despertó de golpe. Saltó de la cama, pero tan pronto como sus pies tocaron el suelo, un dolor agudo, como un picahielos, lo apuñaló en el cerebro y lo obligó a arrodillarse.

—Tómelo con calma, señor —dijo Jacob, levantando a Henry.

—Eres un peligro para ti mismo, Henry. Ya no se puede confiar en que estés solo. Esta es una intervención.

Henry empujó a Jacob, frotándose el dolor de las sienes. —No pueden hacer eso. Esta es mi casa. Puedo irme cuando quiera. De hecho, ¡Lárgate! ¡Salgan ahora todos!

Cassius sonrió tristemente a Henry, como uno miraría a un niño mimado haciendo un berrinche. —Me temo que las cosas no funcionan así, Henry. Te irás cuando se considere que estás lo suficientemente sano. Mientras tanto, recibirás un tratamiento detox adecuado. Creo que recuerdas a Jennifer, la enfermera de Zizi. Ella sera tu enfermera de ahora en adelante.

Henry intentó recordar a la mujer. Aparte de su cabello rubio, él no recordaba ni su cara. —¿Qué tiene ella que ver con todo esto? ¡No acepto esto! ¡Jacob, escolta a este cabrón fuera de aquí, ahora!

—Me temo que Jacob ya responde a ti, Henry —dijo Cassius con desdén—. Fue contratado por mí con el expreso propósito de mantenerte con vida mientras te desintoxicas. Piensa en él como tu guardián. Él se asegurará de que no salgas de casa ni hagas nada... imprudente.

Un Beso De Ensueño - Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora