—Gordi, hoy iré a Manhattan a hacer unas cosas y a buscar algo de ropa en el apartamento—le dijo Daniela a María José cuando estaban desayunando.
—¿Quieres que te lleve? Puedo avisarle a Zach que llegaré un poco tarde.
—No es necesario. Solo será un ratito. Quiero terminar de arreglar todo antes de irme a Mexico y dejar todo listo en la casa y venirme para acá.
—Está bien. Pero sabes que me puedes pedir cualquier cosa y no hay problema.
—Lo sé—le dijo estampando un besito en su mejilla dulcemente.Ya llevaban casi tres semanas conviviendo juntas, lo que antes había iniciado como algo que no iba a durar más de tres o cuatro días ya iba por casi 21, y cada día se sentían más cómodas la una con la otra, aunque aún no habían tenido la plática sería de qué eran ni habían definido nada aún. María José tenía claro que sentía cosas fuertes por Daniela y estaba pensando que después que regresara de su viaje a México le iba a proponer que fuera su novia y que si quería se viniera a vivir con ella. Sabía que Daniela seguro le diría que iban muy rápido pero era lo que sentía que quería para su futuro, aunque estaba preparada para cualquier escenario, como que le dijera que no se quería mudar con ella, pero estaba clara que no recibiría un no como respuesta a la petición de ser su novia.
—Posiblemente me vea con Rau, va a estar en la City hoy.
—Oki. Me avisas cualquier cosa, te a...Daniela la miró con los ojos que parecían dos huevos fritos y María José se sonrojó.
—Te aviso a que hora salga—inventó rápidamente para que Daniela no se diera cuenta de lo que se le iba a salir, y se dirigió hacia la puerta, desde donde volteo y le lanzó un beso con la mano.
Daniela tomó su Uber, fue a la estación y pensaba que si de verdad se le iba a salir un te amo a María José, o si eran ideas de ella. Se dirigió a Manhattan a hacer todo lo que tenía que hacer, hacer unas reuniones con el Centro Comunitario para terminar de armar el curso con fechas, profesores, todo lo que implicaba estaba actividad, sobre todo porque ella estaría fuera de la ciudad en el verano y quería dejar todo listo para que las personas que iban a cubrir las actividades en esas ocasiones, estuvieran todos a bordo del compromiso que eso implicaba. Se le había ocurrido la idea de que María José podía darles una charla sobre piedras naturales y posiblemente interesarlos en el mundo de la decoración, que también era una forma de expresión artística, pero que no era tan conocida como la actuación o la música.
Cuando Daniela llegó a su apartamento recibió el mensaje de Raúl para que se vieran por un café en un rato y conversaran. Así también recibió un mensaje de María José que le avisaba que habían desalojado su trabajo por un bote de gas. Que habían llegado los bomberos y no sabían cuándo podría volver a entrar a la oficina. Y le mando una foto de lo que estaba pasando. Ese tipo de cosas le encantaban de Maria Jose, siempre pendiente, siempre queriendo involucrarla en sus cosas, y siempre con una actitud juguetona y tierna hacia ella. Sus sentimientos estaban creciendo por ella, y se preguntaba si sería capaz de pedirle enseriar la relación o si estaba dispuesta a esperar que la otra diera el paso. se dijo a sí misma que después que regresara del viaje haría la pregunta, en caso de que Maria Jose no le dijera nada primero.
–¿Cómo está mi actriz / cantante favorita?-le preguntó Raul una vez se encontraron en aquel café.
–Tu siempre tan zalamero Rau. ¿Cómo la estás pasando en Miami?
–La paso bien. La verdad casi no estoy allá, sabes que mi vida es siempre estar de viaje, pero la ciudad tiene una vibra muy alegre, completamente diferente a NY.
–Lo sé, no me imagino viviendo allá, NY es mi casa y no me voy a mover de acá.
–Menos ahora, que estás jugando a las casitas con la diseñadora–le dijo Raul burlándose de ella.
–No estoy jugando a las casitas Raul–le dijo Daniela volteando los ojos.
–Eres la tipica lesbiana que se muda con la pareja en la segunda cita.
–Sabes que no soy así Raul.
–Eres un estereotipo ambulante Daniela. Me estoy preparando para que me envies ya la invitación a la boda.
–Te odio...
–Ahora si, hablando en serio, ¿en qué términos están? ¿Cómo va eso?
–Aún estamos en proceso de conocernos. Solo me estoy quedando con ella mientras me voy a Mexico a la grabación. Después no sé qué va a pasar.
–¿Te gusta?
–Me encanta. Es demasiado dulce, me trata bien, es comprensiva,tenemos mucha química. Con ella siento cosas muy lindas que no sentí antes con nadie.
–¿Y tienes alguna duda? Porque suenas muy tragada. ¿Le vas a pedir que sea tu novia?
–No, no tengo dudas... Por lo menos no con respecto a ella. Cuando regrese del viaje veremos que pasa. También quiero estar un poco separada de ella porque estos días han sido intensos, entonces quiero ver como me siento sin que ella esté.
–La vas a extrañar, obviamente, nena. Y tienes que presentarnos, yo debo darte el visto bueno, sabes que tengo un ojo clínico para ver si alguien te conviene o no. Sabes que yo me di cuenta que aquel tipejo no te convenía–le dijo su amigo con reproche en la voz.
—No vamos a hablar de ese nefasto, por favor Raúl.
—Bueno... ¿Le contaste a tu novia de él? Sabes que él estará en México y seguramente alguna página o cuenta de chismes dirá algo.
—Aún no es mi novia, y no le he contado. No pensaba hacerlo.
—Daniela...
—¿Daniela que?—le dijo desafiante
—No la cagues... Cuéntale. Es lo mejor.
—No me gusta ponerme vulnerable delante de nadie y ese tema me hace sentir como idiota y sentirme idiota me hace sentir vulnerable.
—Tanto dinero ganado en terapia y aún no puedes abrirte a otra persona—dijo Raúl negando con la cabeza—Si quieres que esto funcione con ella debes ser honesta sobre eso. No dejes que una cuenta de chismes o una revista le hagan saber algo que debiste contarle tu.
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Tan fuerte como la piedra
Hayran KurguUna cantante de Broadway y una diseñadora de interiores se encuentran en un conjunción de sus caminos, cuando ya pensaban que el amor no iba a ser para ellas