El viaje de regreso a casa fue incómodo, en absoluto silencio, cada uno metida profundamente en sus pensamientos.
Daniela se sentía rechazada, apartada, como si no fuese importante y eso le dolía mucho, la hacía sentirse inadecuada.
María José se sentía muy culpable de todo lo que había pasado, ella que nunca hacía las cosas por impulso, que siempre se tomaba su tiempo para pensar, para meditar sus decisiones, esta vez fue impulsiva, no se detuvo a pensar, y todo le salió muy mal.
Iban en silencio, y al llegar a la casa Daniela pasó directamente al baño, a tomar una ducha y cambiarse para ir a dormir. Maria Jose iba con el ánimo por el piso y cuando vio salir a Daniela del baño, solo se le ocurrió ofrecerle pedir pizza.
–Amor, ¿Quieres pedir pizza para cenar?--le preguntó Maria Jose, con voz titubeante.
–No tengo hambre, gracias. Voy a dormir–dijo Daniela, procediendo a acostarse, dándole la espalda a Maria Jose.
Maria Jose se fue a la cocina, se preparó un té, y decidió conversar con su hermana acerca del tema, para ver que le aconsejaba. Que, como era de esperarse, la regañó, le dijo que era una tonta, por exponer su relación a situaciones de esa manera. Ella trató de defenderse argumentando cualquier boberia, pero Valentina no fue indulgente con ella.
–Admite que te equivocaste Maria Poche, tu, la que siempre piensa las cosas, hoy no fue tu mejor dia, y espero que para cuando yo llegue dentro de una semana, y hayas arreglado tu desastre porque no pienso pasarla mal por tu tontería.
—Ya he tratado varias veces acércame y no me deja.
—Pues ahora te toca darle su espacio, deja que se le pase la rabia.
—Esto es tan impropio de ella, ella siempre es la que quiere arreglar todo de una vez, la que no deja las cosas tranquilas hasta resolverlas y hoy no quiere nada.
—Y tu comportamiento también fue impropio de ti, si ella está actuando diferente a lo normal, te indica lo dolida que está contigo, los papeles se invirtieron—le decía Valentina mirándola con empatía—anda a dormir, haz tu cosa mañana y seguro ya en la noche estará bien.
María José se despidió de Valentina con el ánimo muy bajito, y se fue a dormir. Llegó al cuarto, vio a Daniela acostada, y se acostó a su lado, hizo el amago de tocarla pero se arrepintió, quiso dejarla con su espacio, sin imaginar que al mismo tiempo Daniela esperaba ese toque para bajar sus defensas y darle otra vez entrada a su novia de ojos almendrados.
Al llegar la mañana María José se levantó a arreglarse, y decidió ya no seguir sintiéndose mal, tratar de aprovechar el día, ya después vería cómo hacer para arreglar las cosas con Daniela. En cuanto estuvo lista, se acercó a su novia, que aún estaba dormida, y le puso un beso en la sien murmurando un te amo, que no sabía si su novia lo escucharía.
Daniela se despertó apenas María José salió de la casa, y se dispuso a sacudirse la tristeza, pasando el día planificando las cosas que haría en el taller de arte, revisando sus correos, preparando sus actividades para la semana. No quería dejar nada pendiente sin arreglar, y así poder pasar unos días agradables con su cuñada, estaba segura que iban a pasar un tiempo juntas.
Estuvo leyendo toda la mañana, hasta que en cierto momento decidió llamar a su mamá por teléfono, para actualizarse de las últimas cosas que habían ocurrido durante la semana.
–Dani, Juliana va a ir a Estados Unidos a hacer unas actividades de las clases que da por zoom, y me imagino que te contactara para verte, aunque no se si irá a NY.
–Yo le voy a escribir para ver cuál será su itinerario. ¿Cómo han estado, ma? ¿Cómo está mi papá?
–Está bien, después del procedimiento que le hicieron ha estado tranquilo, aunque está muy pendiente de seguir su dieta, está caminando en las mañanas, se está tomando bien en serio lo de prevenir su salud.
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Tan fuerte como la piedra
Fiksi PenggemarUna cantante de Broadway y una diseñadora de interiores se encuentran en un conjunción de sus caminos, cuando ya pensaban que el amor no iba a ser para ellas