Valentina

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Maria Jose despertó de repente sobresaltada, no sabiendo donde estaba, hasta que recordó que con Daniela se había quedado a dormir en el cuarto de huéspedes porque se había portado como una patana con su novia. Tenía resaca moral por haber sido grosera con ella, cuando Daniela no había tenido la culpa de nada.

El día anterior estaba preparándose para salir del trabajo, cuando se tuvo que conectar a una reunión de emergencia vía Zoom, por eso cuando Daniela la llamó no la pudo atender, por lo que pensó devolverle la llamada al terminar. Pero entre que una cosa lleva a la otra, recibió los mensajes de texto y sin desbloquear la pantalla vio que su novia pensaba tomar el tren, y como le quedaba poco para poder llegar a tiempo a la estación, decidió irse de una vez tan pronto terminó la reunión.

Cuando esperaba que llegara el tren vio una llamada entrante de su mamá, y como aun no llegaba Daniela, decidió tomarla sin imaginar que le iban a soltar la bomba del abandono de Valentina de sus estudios, y eso ocasionó la cagada del pato macho. Ya sabemos que Maria Jose necesita su espacio cuando algo la hace sentir mal, que la saca de su zona de confort, pero ayer estaba super sacada y no tenía para donde huir.

Por eso actuó de esa manera, pero tenía que arreglar su cagada con Daniela. Esa mujer no tenía culpa de su mal humor por culpa de su hermana. Se desperto sobresaltada y despues de ubicarse y pensar un ratito en todos los acontecimientos, abrazo a Daniela, que se enocntraba en su posicion usual, de medio lado, abrazando a una almohada.

Metio la mano por debajo de su pijama, y le hizo caricias en su panza, a la vez que le daba besitos en el cuello, y la olía, que era una de sus cosas favoritas. Daniela empezó a despertar.

—Amor, sigue durmiendo... estoy muy cansada—le decía Daniela mientras tomaba la mano de María José que pasaba por su panza, y entrelazaba sus dedos.

—Gordi, estoy muy apenada contigo...

—No estés así, yo entiendo. Solo trata de controlarte...

Maria Jose no estaba completamente segura de que Daniela estuviera completamente despierta, porque su mano se iba relajando, por lo que decidió levantarse y hacer toda su rutina, y hablaría con ella luego. Necesitaba meditar un poco para aclarar sus pensamientos, por lo que fue a su cuarto a hacerlo, se bañó y se arregló para ir a su oficina, que la verdad también estaba pasando por un periodo algo problemático.

Cuando ya estuvo lista fue a la cocina y se encontró a su novia, aún en pijamas, que le ofrecía una taza de café. Se acercó a ella y le dio un suave pico en los labios.

—Buenos dias novia, no tenías que levantarte a hacerme café—le dijo con ojos amorosos.

—Buenos dias amor, hoy estas muy guapa. No tenía pero quise hacerlo porque no quería que te fueras a trabajar sin haber hablado...

—Perdóname, me porte muy mal...

—Entiendo que estés estresada por Valentina—la interrumpió Daniela—pero debes controlar un poco esos arranques que estás teniendo últimamente, tu no eres así.

Maria Jose la miro con mucha vergüenza y después bajo la mirada al piso. Daniela se le acercó, le tomó la cara con sus manos, se la levantó y la besó tiernamente.

—Cuéntame que te pasa, tu no eres así.

—Me preocupa Valentina, que desperdicie su vida y su futuro por alguna cosa que se le haya metido en la cabeza. Ella es muy impulsiva.

—¿Has hablado con ella para saber su posición?

—¿Como si mando a mi mamá a darme la noticia? Ella no se quería enfrentar a decírmelo en mi propia cara.

Tan fuerte como la piedra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora