Tan fuerte como la piedra

Despedida

Daniela despertó con la sensación de haber tenido el más hermoso sueño la noche anterior. Comenzó a estirarse en la cama cuando sintió un cuerpo a su lado, y termino de despabilar, y se dio cuenta de que no había sido un sueño hermoso, había sido una realidad más hermosa aún, su novia, su Maria Jose, su chiquita de ojos almendrados, había venido a buscarla a Buenos Aires para darle una sorpresa. Y ella había armado todo un drama que casi le da un colapso por la tristeza que sintió.

Maria Jose le suplico un montón de veces que la perdonara por asustarla, que nunca fue su intencion, y Daniela asi lo entendia, solo que ella tenía la tendencia a sobre pensar todo, y a buscar huecos e inconsistencias en las cosas que le decían. No era para nada divertido estar dentro de su cabeza cuando se ponía en ese estado.

Eso le recordaba muy vívidamente esa época de su juventud cuando aún no había asumido su sexualidad, cuando aceptaba tener relaciones poco serias con algún chico que le gustara, pero que nunca se deciden a tener ningún tipo de compromiso con ella, como queriendo evitar relacionarse con gente que luego le fuesen a romper el corazón. Relacion tras relación seguía este patrón, que buscaba evitar que su corazón se rompiera, pero al final siempre será el mismo resultado, su corazón quedaba irremediablemente roto porque no era tomada en serio, le inventan excusas, que la hacían sobre pensar, encontrar huecos en las historia, para darse cuenta que no estaba siendo valorada.

Mucho tiempo después entendió que era su mecanismo de defensa porque no quería involucrarse emocionalmente, se siente poco valorada, y eso la hacía pensar que no valía la pena involucrarse con nadie, pero ese mecanismo que dejó de utilizar cuando conoció a la primera chica con la que tuvo una relación amorosa. Se fue de cabeza con esta chica y en este caso no le importo si salía lastimada o no. Que si salió, porque la chica no estaba tan segura de tener una relación con ella, se involucró su familia, Daniela quiso explicaciones, y las cosas no acabaron de la mejor manera.

Mirando a su novia dormida a su lado, sonreía recordando la noche anterior en la fiesta, como se habían divertido bailando, Maria Jose conociendo a todos, conversando con todos, se había sentido muy feliz. Ahora la veía dormida, acostada boca arriba, con un brazo por encima de su cabeza, con una expresión de paz en su cara, y no podía sino agradecer la suerte que tenía de haberla conocido, y de que se enamorara de ella. Era todo lo que había sonado en una compañera y más.

Maria Jose comenzó a moverse, abriendo los ojos, y vio a su novia a su lado mirándola con ternura.

–Buenos días a mi novia bailarina–le dijo estirándose como un gato—-Como amaneciste? ¿Lograste descansar?

Daniela se acercó a darle un pico, para luego proceder a abrazarla, metiendo su nariz en su cuello, sintiendo su olor corporal, que le excitaba cuando la tenía así de cerca. No entendía que tenía Maria Jose que la enloquecía a ese punto.

–Buenos días novia mía, que me da sorpresas insospechadas. ¿Dormiste bien? –Le pregunto Daniela a Maria Jose con voz enamorada.

–Dormi delicioso porque dormí con la novia más hermosa del universo.-Contestó Maria Jose zalamera, feliz de poder estar con ella finalmente, después de toda aquella travesía que había hecho.

Le contó a Daniela como se le había ocurrido la idea de la sorpresa desde antes de que ella viajara a Buenos Aires, pero pensó que no podría llevarla a cabo porque todo se le había complicado terriblemente en el trabajo, tuvo que hacer varios viajes para visitar proveedores que estaban dando problemas, después tuvo que grabar la presentación de las nuevas colecciones, pero al fin pudo contactar a Raul y pedirle que mantuviese a Daniela en Buenos Aires, mientras Maria Jose compraba los pasajes para República Dominicana, Zach le había recomendado un hotel maravilloso, donde podrían pasar unos días de descanso, disfrutando de las aguas del Caribe, sobre todo porque a ellas les encantaba la playa y querían ir juntas.