Llego la pulga

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La mañana después de una noche de pasión siempre era de sus preferidas, sobre todo cuando había sido compartida con alguien como María José. Daniela abrió los ojos y estiró el brazo hasta que sintió el cuerpo de su novia, que no importaba de qué manera se quedara dormida en la noche, amanecía siempre boca arriba y con un brazo por encima de su cabeza, como si estuviese tomando el sol en la playa.

Daniela esa noche actuó por instinto, aunque su mente racionalizara todo y pensara que las cosas no estaban como para que le diera una cena romántica a su novia, porque no había hecho nada para merecerlo, su instinto le indicó que era una buena idea, y así lo hizo.

El gesto de Daniela sirvió para resetear la situación, para sacarla de ese bucle de malentendidos que no les estaba permitiendo avanzar. Ese reseteo tuvo como consecuencia que las hormonas de esta pareja despertaran y parecía que les habían dado esteroides.

Daniela y Maria Jose actuaban como adolescentes hormonales que recién estaban descubriendo el sexo, apenas se veían en la tarde después del trabajo, no podían estar sino estaban con las manos encima de la otra, pasaban el día enviándose mensajes picantes y permanecían en un constante estado de excitacion, con risitas tontas en todo momento.

Como ya estaba cerca la llegada de Valentina, se justificaban diciendo que solo querían aprovechar el máximo del tiempo juntas pues no iban a estar como animales en celo teniendo a su hermana en la casa, pero la verdad era que se estaban disfrutando su etapa de querer hacerlo en todos lados, de no aguantar y apenas llegar a la casa buscar a la otra y hacerle el amor en el sofá, en la cocina, donde las agarrasen las ganas.

Las cosas en el trabajo de Maria Jose seguían estresantes, los proveedores hacen lo que les daba la gana, los preparativos para el seminario seguían como una locura, pero haber reconectado con Daniela le daba una estabilidad y tranquilidad tal, que ya nada le importaba, en las reuniones de trabajo a veces se quedaba como boba pensando en Daniela y ponía una sonrisa en su cara que varias veces le tuvieron que chasquear los dedos para que volviera a la realidad.

Ese dia estaba todo el equipo de trabajo asignado para toda la logística del seminario, y discutían acerca de la comida que se iba a dar durante el evento, estaban mencionando los diferentes lugares donde podían ordenar la comida considerando las limitaciones que podían tener las personas por las dietas especiales que llevarán, cuando alguien se dio cuenta de que no sabian si habia alguien que tuviese alergias o exigencias médicas para la comida.

–Esa información aún no la tenemos, no creo que nadie siquiera la haya preguntado–comentó Shirley–¿Quién creen que sería la persona que deba pasar el correo electrónico?

–Me parece que lo más correcto sea Recursos Humanos, o Marketing, que son los que han avisado de la actividad–le respondió Lee a la otra mujer–Que opinas Maria Jose? ¿Te parece que sea Marketing?

En ese preciso momento Maria Jose tenía la mirada perdida, con una sonrisa en sus labios, y parecía estar a kilómetros de ahí.

–MJ... –le dijo Shirley chasqueando los dedos en frente de los ojos de Maria Jose–Tierra llamando a MJ. Necesitamos terminar de organizar el tema de la comida.

–Que...?--miro Maria Jose al resto del grupo reunido–perdón, me distraje un poco.

–Pues ya lo vemos–le dijo Shirley–parece que estás a miles de kilómetros.

–Jaja, no, para nada, no estaba tan lejos, solo pensaba en mi esposa...

Todos los que estaban en el salón dejaron lo que estaban haciendo, y todos miraron a Maria Jose con sorpresa.

–Te casaste—-le preguntó Shirley–Si te casaste y no me invitaste te voy a matar.

Maria Jose tambien se quedo inmovil por un momento y miró a todos los asistentes, que la miraban esperando de ella alguna explicación.

Tan fuerte como la piedra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora