Una cantante de Broadway y una diseñadora de interiores se encuentran en un conjunción de sus caminos, cuando ya pensaban que el amor no iba a ser para ellas
Poco a poco Daniela y María José se iban adaptando a su rutina de noviazgo. Pero no veamos la palabra rutina como algo negativo, sino cómo el proceso de cada una ocupar un lugar en la vida de la otra, haciendo espacio para una nueva persona en tu vida y cómo arreglar tus días, tus actividades para que esa persona se sienta a gusto contigo y sepa que quieres que esté allí.
Se trataban de ver la mayor parte de los días y quedarse a dormir juntas, ya fuese en la casa de Daniela o en la de María José, aunque algunos días tenían que dormir separadas porque sus trabajos no les permitían quedarse juntas. Esos días fueron un poco difíciles para ambas porque se habían acostumbrado a dormir juntas de tal forma, que si estaban separadas les tocaba luchar un poco para que el sueño llegara.
Nada arrullaba tanto a Daniela como la respiración de María José en su oído, cuando se abrazaban para dormir y hacían cucharita. O nada calmaba más a María José cómo pasar el brazo por la cintura de Daniela y montar su pierna derecha encima de su pierna. Si las cosas seguían como iban, posiblemente la charla de vivir juntas iba a llegar y tendrían que definir qué hacer. Maria Jose estaba más que convencida que quería vivir con su novia, aunque notaba que ella no lo estaba tanto, posiblemente porque su trabajo la absorbía y quería seguir manteniendo cierto sentido de libertad, cosa que a Maria Jose no le molestaba en lo absoluto.
Daniela había viajado a Miami para hacer unos casting y realizar algunas actividades que le había agendado Raul con LWE, y estaba de regreso luego de una semana de estar en la ciudad del sur. Maria Jose la habia recogido en el aeropuerto y se habían quedado en su casa, donde ya Daniela había dejado algunas mudas de ropa, no tiene sentido andar viajando de un lado al otro con una maleta, así que ya tenía su espacio en el closet de Maria Jose.
Ambas iban a asistir a una parrillada en casa de Zach, que se había comprado varios juguetitos para cocinar carne, y recién acababa de regresar de Italia donde había visitado las canteras de mármol más famosas del mundo, ubicadas en la región de Carrara. Le había pedido a Maria Jose que viniera a su casa y así se ponen al día con los últimos acontecimientos considerando que los mejores amigos no se veían desde la convención en Las Vegas y Zach ansiaba poder hablar con su amiga favorita.
Daniela escogio un vestido de flores para la ocasion y Maria Jose escogio un pantalon negro con un top blanco y una camisa del mismo color encima. Ambas se veían muy lindas, pero lo más importante es lo bien que lucían juntas.
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Tan pronto llegaron a casa de Zach, éste las recibió en su patio, donde se encontraban ya varias personas en la reunión. Maria Jose se quedó hablando con su amigo, mientras Daniela se fue a la cocina donde conversó con Allison acerca de todo un poco.
–¿Cómo va la planificación del curso del centro comunitario?–le preguntó Alison mientras sacaba algunos platillos del horno.
–Va bien, me tiene muy emocionada–le contestó Daniela con entusiasmo-se me ocurrió que Maria Jose podía ayudarnos con alguna charla sobre diseño, me parece que tiene una visión tan hermosa del arte y la belleza, que bien podría inspirar a muchos jóvenes. Además tiene la ventaja de que fue inmigrante en su momento, y aunque no en las mismas circunstancias que ellos, eso de alguna manera puede inspirarlos. De hecho estoy segura que los inspirara.