Paz

218 19 0
                                    

Hacer el amor para ellas siempre ha sido una experiencia sublime. La química siempre fue extraordinaria, y aunque no tenían problemas en ese plano, esa noche fue algo fuera de este mundo.

Después de cenar, conversar un rato y bailar, el mood del momento se sentía como la primera vez que estuvieron juntas, sentían anticipación, curiosidad y ganas, muchas ganas de tener intimidad, de estar tan juntas que pareciera que los cuerpos se fundían uno en el otro.

Maria Jose tomó la mano de Daniela y comenzó a subir las escaleras mientras iba apagando las luces a su paso. Una vez dentro de su cuarto, y en vista de que la luz del baño estaba encendida, decidió dejarla asi, ya que daba suficiente iluminación. Aún se escuchaba la música que habían dejado encendida en la sala, por lo que Maria Jose tomó a Daniela por la cintura y comenzaron a bailar.

Daniela pasó los brazos por los hombros de Maria Jose y comenzó a besarle el cuello y a sentir su olor corporal que tanto le gustaba. Al tiempo Maria Jose comenzó a acariciar a Daniela por la cintura, y después dirigió sus manos a los brazos de Daniela. Tomó una de sus manos, y le dio un beso suave en el dorso, y después de mirarla a los ojos, tomó su dedo índice y se lo metió en la boca, no dejaba de mirar a Daniela mientras que con su lengua saboreaba ese dedo, como si su vida dependiera de eso.

Daniela sintió una corriente eléctrica que iba desde su dedo pasando por todo el brazo, su pecho, su abdomen, para finalmente encender su centro como la estrella del árbol de navidad de Rockefeller Center.

Soltó la mano de Daniela, y Maria Jose tomó su camisa por la orilla, y haciendo que levantara los brazos, se la sacó de una sola vez, dejándola solo con el brasiere. Las manos de Maria Jose comenzaron a recorrer toda la parte superior del cuerpo de Daniela, mientras la dirigía hacia la cama, la sentó, bajó la cabeza para besarla, y mientras lo hacía estaba soltando el brasier y lo lanzaba hacia el otro lado de la habitación. La empujó suavemente sobre la cama y procedió a quitarle los pantalones.

–Dejame tocarte–susurró Daniela con voz ronca, mientras Maria Jose besaba sus piernas.

–Ya tendrás tu turno, amor, déjame disfrutar de ti–respondió ella mirándola desde abajo, sonriendo de manera pícara.

Maria Jose se montó encima de Daniela, la beso con toda la pasión de la que era capaz, recorriendo el interior de su boca con su lengua, mientras Daniela le daba entrada, para comenzar una batalla entre sus lenguas.

Daniela posó sus manos en los hombros de Maria Jose, mientras esta iba bajando por su cuello, oliendo cada milímetro de su piel, besando cada resquicio de su cuerpo. Se detuvo en su seno izquierdo que besó mientras su mano acariciaba el derecho, luego hizo lo contrario. Bajo por su abdomen, besando  su ombligo, mientras Daniela sentía que de un momento a otro iba a explotar.

–Amor... por favor...

–Shhh... espera un poco–murmuró Maria Jose mientras besaba el punto donde su pierna se unía con su torso.

El aroma de Daniela llenaba las fosas nasales de Maria Jose, que se enloquecía con ese olor almizclado de su novia, que casi la hacía perder la cordura. Maria Jose miro su centro húmedo, hermoso, caliente y le dio un beso suave, lo que hizo que Daniela abriera sus piernas dándole completo acceso a su intimidad.

–Amo tu olor, amo tu cuerpo, te amo como a nadie–susurraba Maria Jose mientras Daniela la escuchaba, pero no entendía lo que decía.

De repente Daniela sintió como la lengua de Maria Jose acariciaba su clítoris, lo que provocó que comenzara a mover sus caderas de manera rítmica buscando ese roce que la llevaría a la gloria. Maria Jose tomó la piernas de Daniela, poniéndolas sobre sus hombros, para tener más comodidad y poder darle a su novia el placer que tanto buscaba.

Al cabo de un rato Daniela comenzó a sentir como creciendo esa presión en su centro que le indicaba que el orgasmo estaba por llegar, que la hizo moverse mas rapido, dandole a Maria Jose la señal de que estaba a punto de acabar. Maria Jose se detuvo, se arrodilló frente a Daniela, y suavemente la penetró con un dedo, ocasionando la explosion de su novia, dándole uno de los orgasmos más satisfactorios de su vida. Tiempo atrás, cuando recién comenzaban su relación, y de manera inesperada, Maria Jose descubrió que aplicar esa técnica le daba un gran placer a Daniela.

Después de que Daniela explotara en ese orgasmo, y de que Maria Jose bebiera todos sus líquidos, hizo el camino contrario hasta los labios de Daniela, y la besó con amor, dándole a probar de sí misma.

Al romper el beso Daniela tomó a Maria Jose, la volteo montándose encima de ella.

–Ahora me toca a mí...

Daniela se dedicó a beber del cuerpo de Maria Jose, a habitarlo, a convertirlo en uno solo con el de ella.

Las dos mujeres habian tenido unas ultimas semanas incomodas, con malos entendidos, pero esta noche, por medio de un acuerdo no hablado  y con la entrega que habian experimenatdo de tal magnitud, que habian enterrado el hacha de la guerra entre ellas, y a pesar de que el sexo no arreglaba los problemas, ambas sabian muy dentro de ellas que esto era una especie de tratado de paz que les permitiria mas adelante hablar y aclarar su situacion.

Pero por el momento, sus cuerpos estaban dedicados a disfrutar mutuamente de sí mismos, sin preocuparse de lo que el día de mañana iba a traer. Ya más adelante habría tiempo de hablar.

Tan fuerte como la piedra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora