María José no dejaba de pensar en cómo sería la forma en la que le pediría a Daniela que fuese su novia. Quería que fuese algo memorable, pero cada idea que se le ocurría le parecía que era ridícula o cursi luego de pensarla por un rato. Al final decidió que lo iba a hacer de manera orgánica, que se diera poco a poco, sin presión, que fluyera natural.
Estaba muy ansiosa de ver a Daniela y esa sensación tan familiar de mariposas en el estómago ya la estaba atacando otra vez. Le parecía muy gracioso como la actriz hacía que el mundo se le pusiese de cabeza. Y ya quería pasar al siguiente paso que era que ya pudiera llamarla su novia.
Se levantó temprano y se dirigió a Manhattan a buscar a Daniela para pasar el día con ella, hacer un pícnic en Central Park y luego irse a su casa o al apartamento de Daniela y poder ponerse al día con el estudio de su anatomía.
Daniela también estaba convencida de querer dar el siguiente paso pero la espera en Monterrey le había dado mucho tiempo libre para pensar en lo que le había dicho su amiga Aida de que María José no pertenecía al mundo del espectáculo y le podía afectar toda la atención que posiblemente iba a tener de los medios o redes sociales, o incluso de fans que se pusieran intensos.
"Y si se fastidia de toda esa atención? Y si nos persiguen en la calle? No quiero avanzar la relación si después me va a terminar porque no le gusta que se metan en nuestras cosas" pensaba Daniela en la espera para coger el avión hacia Houston. En uno de esos momentos de más desesperación tuvo que escribirle a Aida y contarle todo lo que estaba pensando. A lo que Aida la llamó por celular porque le parecía que enviarle un mensaje de texto iba a ser muy fastidioso.
—Oye tía, ¿qué clase de ideas habitan en esa cabecita?—le preguntó Aida cuando Daniela le contestó el teléfono.
—Es que lo que me dijiste me dejó pensando mucho Aida. María José no está acostumbrada a este tipo de atención y no sé si se va a fastidiar de eso cuando empecemos a enseriar nuestra relación.
—En primer lugar, no debes estar inventando escenarios apocalípticos en tu cabeza, porque no tienes una bola de cristal para ver qué va a pasar. Debes esperar y ver qué pasa cuando estés ahí en esas situación y en segundo lugar la que debe decidir si está dispuesta o no seguir adelante con la relación es ella. Es decir, es algo que tienen que hablar ambas y decidir. No puedes tú asumir cosas sin antes hablar con ella. No puedes decidir tú por ella.
—Ella un día me dijo que pasáramos los puentes cuando estuviésemos ahí...
—Una mujer sabia—le dijo Aida con convicción en la voz— ella está clara, no la dejes ir. Hablen, vean todos los posibles lados de la situación y si luego de eso aún están dispuestas, sigan adelante. Y si no, pues no siguen y ya. Tienen un recuerdo lindo.
—Es cierto, aunque no quiero que esto sea solo un recuerdo lindo.Después de hablar un buen rato más, Se despidieron las amigas, prometiéndose pronto, y Daniela ya estuvo más tranquila al tomar el avión, pero sus miedos salían de tiempo en tiempo. Pero esos miedos desaparecieron justo en el momento en que tuvo de frente a esa mujer pelinegra que la miraba con esos ojos profundos y la sonrisa en los labios que le hacía el hoyuelo del lado izquierdo de la cara.
Se dieron el abrazo más apretado del mundo, se olieron, se besaron, se sintieron la una a la otra con toda la electricidad recorriendo su cuerpo de extremo y se hablaron quedito a la oreja: "te extrañe demasiado".
A pesar de que querían quedarse en el apartamento y hacerse el amor sin parar, decidieron que lo mejor era hacer el pícnic y ya luego tendrían todo el tiempo del mundo para amarse en la intimidad, querían primero conversar y contar bien las anécdotas de estas cuatro semanas que habían estado separadas. No fue que María José no lo intentó, obvio que sí, pero Daniela fue inmutable en esto "Vamos al pícnic", por lo tanto se dirigieron al parque y pusieron todo en el piso sobre la manta y comenzaron a conversar un poco de todo.
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Tan fuerte como la piedra
FanfictionUna cantante de Broadway y una diseñadora de interiores se encuentran en un conjunción de sus caminos, cuando ya pensaban que el amor no iba a ser para ellas