🍬 Capítulo 3

1.9K 177 26
                                    

Probablemente, no debería estar tan nerviosa por un viaje que planifiqué tan meticulosamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Probablemente, no debería estar tan nerviosa por un viaje que planifiqué tan meticulosamente. Pero conociendo mi suerte, siempre había algo que podía salir mal.

Aunque la aerolínea te citaba con dos horas de antelación, yo llegué con al menos cuatro, en caso de que algo fallara y así tener el tiempo suficiente para resolverlo.

¿Exagerado? Un poco. Pero la vida me había enseñado a anticipar todas las dificultades que se podrían presentar y así tener las soluciones preparadas. Por eso era tan buena en mi trabajo.

El asunto era, que nunca había tomado un avión en mi vida. No tenía amigos fuera, mi familia estaba a unas horas de viaje en bus y ni hablar de vacaciones. Por lo tanto, no conocía los procesos de aduana ni el tiempo que me tomaría hacer cada cosa, y yo necesitaba saberlo todo para sentirme segura. Así que después de una meticulosa investigación, llegué al aeropuerto, lista para resolver cualquier inconveniente.

Después de comer algo y seguir las instrucciones de las pantallas, llegué a mi puerta de embarque.

Mientras esperaba, revisé el correo desde mi celular, envié algunas selfies a mis amigos y repasé el itinerario del viaje. Al primer llamado, me puse de pie para hacer la fila con calma, avanzando lento, pero seguro. La mejor noticia hasta ese momento era que Ryder no aparecía por ninguna parte. Tal vez la suerte estaba de mi lado esta vez y Perdería el vuelo. Así demostraría de una vez su incompetencia.

—Gracias por esperarme, mi vida. —La mano de Ryder se aferró a mi cintura, y antes de poder reaccionar, me plantó un beso en la mejilla—. La fila del baño estaba insoportable.

—¿Qué haces? —pregunté pasmada.

—Shhh... sígueme el juego.

Si hay algo peor que sentirme poco preparada para un evento importante como un viaje, es hacer un escándalo en público. No me gusta llamar la atención. No quiero que la gente me trate de «loca» o «neurótica» por cualquier cosa, así que a pesar de mi clara molestia, guardé silencio y mantuve mi vista fija hacia el frente.

Ryder retiró su mano de mi cuerpo, y el frío se sintió inmediatamente.

—Llegas tarde.

—Llegué a tiempo. Estamos en la fila, ¿no?

—De pura suerte.

Quizás podría prescindir de eso de no llamar la atención y gritarle unas cuantas cosas mientras estamos aquí. Después de todo, nadie me conoce.

—¿Qué asientos tenemos?

—¿¡Qué!? —chillé, sin proponérmelo. Me aclaré la garganta y me giré para mirarlo—. ¿No has revisado los pasajes?

Se encogió de hombros y empezó a tantear en sus bolsillos para buscar su teléfono. ¿Cómo podía ser tan despreocupado?

—¡Oye! Estamos en clase ejecutiva.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora