Capítulo 29

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°Si todos se lanzan del puente. Prepárate también para saltar°

Probablemente, si Cameron no se hubiese empeñado en devolver todos los informes de esta semana justo el viernes con un montón de correcciones, no tendría la necesidad de quedarme trabajando hasta tarde y podría estar de fiesta con Logan y Maggie justo ahora.

Pero pareciera que el maldito baboso de Cameron se estaba empeñando en hacerme enfurecer a propósito. Pero no le daría esa satisfacción, y el lunes por la mañana, lo primero que vería en su correo electrónico, serían mis informes corregidos como él lo pidió.

Ya estaba oscureciendo afuera y los chicos se habían marchado hace unas 2 horas atrás cuando sentí pasos en el piso y me tensé inmediatamente.

No es que creyera en los fantasmas... Pero nadie se queda impasible ante un sonido de pasos en un edificio solitario.

Pero no, solo era Cameron, acercándose con las manos en los bolsillos, despreocupadamente hasta mi oficina, como si su sola presencia no fuera ya suficientemente desconcertante.

Lo ignoré lo suficiente hasta que, sin llamar ni avisar se plantó en la silla libre que tenía frente a mi escritorio.

—Supuse que solo alguien como tú podría estar trabajando un viernes hasta tarde en lugar de estar con amigos como la gente normal — dijo sin saludar en absoluto. Además de su correo electrónico después de almuerzo, no habia tenido ninguna señal de él.

—Sí, lo que pasa es que tengo un jefe bastante molesto, y me envió a último momento a corregir varios informes — hablé sin despegar la vista de mi computador.

—Pero que hombre más desalmado. No creo que te haya pedido que los terminaras hoy ¿o sí? — se burló.

—No, pero soy una trabajadora eficiente, no me gusta tener pendientes para la próxima semana — seguí hablando mientras mis dedos se deslizaban por el teclado de mi laptop — pero no te preocupes por mí, pronto descubriré como le gustan las cosas y lo haré de esa manera, así evitaré correcciones innecesarias en mis ya impecables informes.

—Seguro que si...

—¿Se te ofrece algo, Cameron? — esta vez sí lo mire a los ojos, mientras él escondía una sonrisa divertida.

—Sí. Tú y yo nos vamos a cenar.

—¿Disculpa? — dije, demasiado sorprendida. De todo lo que podría haber dicho, eso fue lo que no me esperaba.

—Vamos a cenar. ¿o necesitas que te lo diga como una orden?

Lo miré con los ojos entrecerrados.

—No está en mis funciones salir a cenar con el jefe.

—Claro que no. Pero esta era una práctica habitual de Edward. Salir a compartir con los jefes de unidad. — explicó mientras se acomodaba en la silla y apoyaba uno de sus pies en la rodilla, muy cómodo. — El lunes salí a tomar un café con Erin. El martes almorcé con Audrey. El miércoles me fui de copas con David y Scott. Ayer fui a almorzar con tu querido amigo australiano. Y si quieres saber más, invito a desayunar todos los días a Evangeline al café de enfrente mientras repasamos la agenda. Solo me faltas tú.

Me quedé perpleja mirándolo con confusión.

No tenía idea que mi exjefa Erin, salía regularmente con el Sr. Mackenzie a algun lugar a almorzar o beber café, aunque no era de mi incumbencia.

Durante todo el periodo que estuve de reemplazo, nunca me invitó a mí a nada de eso. Podría ser que el Sr. Mackenzie reservara eso solo para los jefes oficiales, o que Cameron estaba mintiendo.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora