Capítulo 24

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°Si parece que todo va bien, es porque has olvidado algo°

Probablemente, solo cerré los ojos y me dormí unos 30 minutos para descansar luego de la intensa sesión de sexo con Cameron.

Por eso fue fácil despertarme con el sonido del rington de mi celular que escuchaba a la distancia, me removí un poco en los brazos de Cameron, que tenía su pecho pegado a mi espalda y su brazo me envolvía aferrado a uno de mis senos.

En cuanto me moví un poco, despertó al instante con un pequeño respingo.

—¿Qué pasa? — preguntó volviendo a cerrar los ojos y apretujándose más a mi espalda acariciándome el estómago.

—Mi celular — susurré — tengo que contestar.

Cameron soltó un ruido como una queja y se sentó en la cama un poco más alerta.

—Yo iré — anunció, mientras se levantaba de la cama. Agradecí que se ofreciera porque así me permitía quedarme arropada y calientita en la cama y, además, podía admirar su maravillo físico y trasero mientras caminaba.

Regresó con mi celular en la mano con gesto extrañado.

—¿Por qué Logan te llama un viernes por la noche? — dijo lanzando mi celular hasta el colchón, que rebotó en el lugar.

—Porque es uno de mis mejores amigos — respondí mientras me inclinaba para tomar el teléfono. El celular habia dejado de sonar, pero lo desbloqueé para devolverle la llamada.

—Traeré algo para beber ¿quieres algo? — preguntó. Yo negué en silencio mientras me llevaba el celular al oído.

—¡Hey! ¡Jay-Jay! ¿Dónde estás? Tienes que venir a esta fiesta — gritó la voz de mi amigo al teléfono.

—Logan, hola. No puedo, estoy algo ocupada — dije en voz baja mientras miraba como Cameron entraba en la habitación, completamente desnudo con dos vasos de jugo de naranja.

Se me secó la boca.

—¿Estás con alguien? — preguntó.

Antes de que pudiera responder, escuché unas palabrotas seguida de un forcejeo, luego, la voz de mi amigo fue reemplazada por la voz de Maggie.

—¿Estás con Ryder? — chilló al otro lado del teléfono. Me giré hacia Cameron que sonreía divertido mientras tomaba de su vaso de jugo mirando hacia cualquier parte de la habitación — ¿No tenías que cenar con él hoy?

Cameron alzó las cejas con sorpresa mientras me miraba.

—Sí, Maggie, cené con él, pero...

—¿Fuiste el postre?

Cameron dejo salir una risa ahogada. Cubrí su boca con mi otra mano sentándome a horcajadas sobre él, mientras su cuerpo se movía en espasmos y sus ojos se achicaban por la sonrisa divertida que tenía.

—Maggie, estoy algo ocupada, te llamo otro día.

—¡Eso! Jay-Jay, revuélcate con ese hom...

Corté el teléfono.

Pero Maggie gritaba tan fuerte que Cameron habia escuchado toda la conversación.

—¡No te rías! — exigí mientras lo liberaba y se reía divertido.

—¿Jay-Jay? — repitió burlón — es tierno. Me gusta.

Le giré la cara con mi mano hacia el colchón.

—No tienes permitido burlarte de mí — dije, mientras me inclinaba hacia la mesita para dejar mi teléfono y aprovechaba de tomar el otro vaso de jugo.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora