Capítulo 23

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°Las suposiciones no siempre tienen los finales que esperas°

Probablemente, la sonrisita engreída y burlona de Cameron no estaba ayudando a sentirme menos avergonzada después de lo que me acababa de soltar.

No solo me había enterado de que en realidad no habia pasado nada entre nosotros, si no, que además me habia soltado que me habia bebido las 3 botellas de alcohol del minibar, me habia puesto a llorar, estuve a punto de vomitar 2 veces y al final caí inconsciente en la cama después de intentar acostarme con él 2 veces más.

—¿Crees que si me lanzo de cabeza desde tu ventana pueda realmente morir? — pregunté mientras me cubría la cara con una mano.

Cameron se arrastró hacia mi riendo, y me quitó el vino de la mano. Dejó ambas copas en la pequeña mesa y forcejeó para quitar mi mano del rostro.

—No fue tan grave. Eres una borracha divertida — dijo buscando mis ojos mientras yo agachaba la cabeza, muerta de vergüenza.

—Santo dios, que tonta — farfullé mientras negaba con la cabeza.

—Si me hubieses dicho que no recordabas nada, te lo habia aclarado a la mañana siguiente. Creí que, al menos hasta que caíste inconsciente, lo recordarías todo.

—¿Cuándo me preguntaste por tus talentos... te referías...?

—Bueno, nos besamos mucho esa noche, estaba intentando bromear con eso para despejarte un poco — dijo sonrojándose ligeramente.

—P-Pero... ¿cuándo dijiste que si me incomodaba la situación... podríamos olvidarlo...?

—Bueno... a cualquiera le gustaría que no le recordaran cuando arman un numerito estando borrachos — comentó riendo.

Yo habia malinterpretado absolutamente todo.

Me llevé las manos a la cara para ocultarme mientras sentía que mi cara iba subiendo de temperatura.

Cameron me tomó de las muñecas y las quitó. Levanté la mirada y me sorprendió verlo muy serio y pensativo.

—Espera... ¿hasta qué parte recuerdas exactamente? — preguntó con cautela.

—Emmm... hasta que... estábamos en la cama, besándonos... después que te desabroché la camisa...

Él exhaló aire y rio algo nervioso, pero más tranquilo. Mientras yo, ya no sabía si mi cara estaba roja por la vergüenza de enterarme de todo esto, o lo excitada que me estaba poniendo recordar esa noche.

Al menos la parte que yo recordaba.

—No puedo creer que todo este tiempo hayas creído que tú y yo... — se detuvo a medio camino de la frase y su rostro se volvió sombrío, soltó mis manos y se alejó de mi arrastrándose hacia atrás en el sofá — no puedo creer que hayas pensado que pasó algo entre nosotros y que no lo recordaras — murmuró llevándose las manos a la cabeza — ¿todo este tiempo pensaste que me aproveché de ti?

—¡No! ¡Por supuesto que no! — exclamé urgente mientras ahora era yo quien me acercaba y lo tomaba del rostro para tranquilizarlo — no pienses así Cameron, me avergonzaba admitir que no lo recordaba, pero nunca creí que tú te aprovechaste, yo estaba muy consciente cuando me preguntaste si yo quería, y ahora... ahora sé que...

Nos observamos a los ojos durante varios segundos.

Las palabras se atoraron en la boca formando una especie de efecto tapón que no me permitieron decir nada más.

—¿Ahora sabes que...? — insistió Cameron para que terminara la idea.

—Que era algo que no me hubiese gustado olvidar.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora