Capítulo 32

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°Una frase esperada tiene efectos irreversibles°

Probablemente, el ambiente navideño en el aire ayudaba con la sensación de alegría que habia estado acarreando desde el jueves pasado luego de pasar la noche en el departamento de Cameron.

O al menos eso era lo que le decía a todo el mundo cuando me preguntaba por mi repentino buen estado de ánimo. Incluso a mis amigos.

Porque esta vez habia decido volver a fijar límites. Pero ya no en forma de líneas paralelas, más bien eran circunferencias que se interceptaban y formaban nuevos ámbitos de mi vida.

Ahora no tenía intención de mantener separada los distintos aspectos de mi vida, pero si necesitaba establecer los puntos donde se interceptaban para poder mantener un orden.

Personal, laboral y sentimental.

Así los habia definido, algunas personas se quedaban en un solo ámbito, mientras que otros estaban en la intersección entre dos de ellos.

El único que formaba parte de mis 3 ámbitos en este momento era Cameron, y por lo mismo habia decidido mantener esa información solo para mí, al menos hasta que aclaráramos bien como llevaríamos todo esto.

Habíamos decidido mantener las distancias, pero saber que los sentimientos entre nosotros no habia decaído nos habia inyectado de una repentina alegría que se notaba desde lejos.

Porque sí. Cameron también estaba feliz.

Sonreía más a menudo y un día fuimos a tomar café a la cafetería de enfrente para compartir un momento.

Por lo visto, toda esta situación lo habia estado destruyendo de la misma manera que lo estaba haciendo conmigo.

Su buen ánimo se vio reflejado en la organización de una fiesta de navidad que por poco causa un estrés en la pobre Evangeline al tener tan poco tiempo, pero con ayuda de un comité organizador lograron sacar la fiesta adelante.

Por su puesto mis amigos no se tragaban mis mentiras piadosas para mantenerlos un poco alejados de mi nueva relación con Cameron.

Y por lo visto tampoco Evangeline, que, según Cameron, habia intentado sonsacar información de distintas maneras, pero no habia logrado.

Con cada día que pasaba, la tensión entre nosotros era cada vez más palpable, y eso que ni si quiera habia pasado 1 semana después de nuestro beso en su departamento, pero luego de eso no habíamos vuelto a repetirlo, todo habia sido mensajes de texto, llamadas telefónicas y una que otra visita al café de enfrente.

Si habia podido resistir poco más de 1 mes lejos de Cameron, podría resistir un poco más.

O eso es lo que me decía a mí misma, porque con cada mirada en el ascensor o el roce de sus dedos en la cafetería, ardía en violentas llamas que me llevaban a plantearme seriamente llevarlo hasta el baño de la cafetería y tirármelo ahí mismo.

Pero no quería eso con Cameron. Quería eso, y mucho más.

El viernes 23 de diciembre salimos más temprano del trabajo para poder trasladarnos hasta el salón donde seria la fiesta de navidad.

El lugar estaba hermosamente decorado con colores dorado, verde y rojo. Con un gran árbol de navidad con luces y adornos a juego.

El comité que organizó el evento habia propuesto jugar al santa secreto, por lo que bajo el árbol se encontraban distintos regalos que todos los asistentes habían traído para su respectivo compañero.

Varios garzones se desplazaban por el sector ofreciendo cocteles y aperitivos antes de la fiesta, todo perfectamente organizado.

Estaba con Maggie y Logan conversando y bebiendo cocteles cuando empecé a repasar el lugar con la mirada.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora