🍬 Capítulo 5

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Probablemente, debí bajar el hacha de guerra con Ryder después de haber aclarado todo, pero la excesiva calma con la que se tomaba las cosas me ponía enferma de los nervios

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Probablemente, debí bajar el hacha de guerra con Ryder después de haber aclarado todo, pero la excesiva calma con la que se tomaba las cosas me ponía enferma de los nervios.

Como parte de este acuerdo, prometió dejar de hacer bromas y comentarios fuera de tono, mientras que yo acordé dejar de ignorarlo y trabajar juntos en este viaje por la empresa.

Después de explicarle nuevamente en que consistía el EBI, por qué eran tan importantes estas reuniones, y cuál era nuestro objetivo, pasamos el resto de la escala en un tenso silencio mientras cada uno estaba enfocado en su trabajo. Cuando finalmente abordamos el avión, hacia Londres, ya estaba más tranquila, pero no menos alerta.

En su defensa, Ryder estaba tomándose muy en serio esta tregua. No había hecho comentarios ofensivos de mí y de nadie. Se limitaba a pasar el rato en su teléfono y hablarme lo justo y necesario. Hasta parecía otra persona.

—¿Quieres preguntar algo? —murmuró, sin mirarme.

Di un salto por su repentina intervención, traté de hablar o decir algo, pero cualquier intento de disimular que me había pillado mirándolo, había fracasado incluso antes de intentarlo.

—Pasas mucho tiempo en tu teléfono —comenté lo primero que vino a mi cabeza, y a riesgo de parecer demasiado interesada, añadí—: Estamos en un vuelo. ¿Cómo lo haces?

—Aplicaciones —respondió, levantando su móvil—. Estoy acostumbrado a trabajar más desde aquí que de una laptop. Es más práctico.

—Pero un poco incómodo.

—No cuando te acostumbras. Viajo tanto que es necesario tener una herramienta más transportable.

Desde que había llegado a la empresa, se había ausentado en contadas ocasiones y por el perfil de su trabajo, no era de los que salían de viaje constantemente. Por lo que eso de 'viajar mucho' debía ser por otro motivo.

—¿Puedo preguntar algo yo? —agregó.

Lo miré interesada. Guardó su teléfono en el bolsillo, prestándome toda su atención.

—¿Qué cosa?

—¿Por qué te importa tanto este viaje?

—¿Cómo que 'por qué'? —cuestioné, como si, en lugar de una pregunta, hubiese dicho un terrible insulto—. ¿Es una broma?

—Prometí dejar de hacerlas.

—¡Es una enorme oportunidad! Esta reunión de socios es única. Si quieres crecer en este rubro, tienes que estar en esta reunión anual.

—Ya. Entiendo que sea una gran oportunidad para la empresa. ¿Pero qué ganas tú?

—¿Que gano yo? —pregunté, sin entender.

—Eso. Además del viaje, obvio. ¿Qué ganas con estar aquí?

—Yo... —titubeé. En M&G todos sabían que me importaba mucho entrar al EBI, pero hasta ahora, nadie, ni siquiera mis amigos, me habían preguntado el porqué. Observé a Ryder sin saber si podía confiar de verdad en él o se burlaría de mi respuesta, así que lo mejor, sería una verdad a medias—. Estoy buscando desarrollo profesional. Además de aportar a la empresa, esta experiencia me sirve para crecer.

El más dulce de mis errores©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora