capítulo 19

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-¿en qué puñetas pensabas al aceptar trabajar para ella?- gruñó Luz -¡deberíamos mantener las distancias!

-es agradable- replicó Amity -estás siendo paranoica.

-no, no es cierto. Ella sabe más sobre la desaparición de mi familia de lo que dice. Encontré marcas de garras por todo el suelo de su taller.

Amity se encogió de hombros.

-no insinuarás de verdad que ella es la licántropa de tu libro de teorías...

-¿que otra explicación podría haber? Las marcas de garras eran enormes. Es imposible que su gato las haya hecho.

Amity abrió la boca para hablar, luego la cerró.

-necesitamos comida- dijo King -las migajas que nos llevamos del orfanato Exide no nos durarán para siempre. Si ella se ofrece a pagarle a Amity...

Luz gruñó para sus adentros. Debería estar concentrándose en encontrar a sus padres, no es discutir con sus amigos.

-intento mantenernos a salvo.

-es un riesgo calculado- explicó Amity, calmándose un poco -y sin duda hay una explicación lógica para las marcas de garras, Luz. Si trabajo para ella, podría preguntarle...

-no- respondió Luz -por supuesto que no le harás ninguna pregunta. Si ella se da cuenta de que estamos investigándola, nos metemos en un lío todavía peor. Y ya tenemos un plan para ganar dinero. Hunter y yo iremos a Ámsterdam ahora mismo para vender las muñecas. No necesitamos la ayuda de esa mujer.

Antes de que Amity o King pudieran discutir más el asunto, Luz marchó hacia la cocina y se dirigió al armario, donde hurgó entre los vestidos de Camila hasta encontrar con uno en el que nadie la reconocería: un vestido lila con una cantidad obscena de volantes en el delantal. Escogió un gorro a juego, escondió un poco de pelo debajo de él y luego cubrió la parte inferior de su cara con una bufanda de seda, justo cuando Hunter entraba en la habitación.

(Los volantes de vestido son capas de tela que hacen al vestido un poco más grande, al menos suficiente como para llevar un pequeño abrigo debajo de este, lo cual es la razón de su existencia: poder llevar algo de abrigo sin ocultar la vista de como le queda a x persona el vestido. Aunque ahora se usa más por moda)

-¿también has venido a echarme una reprimenda?- preguntó Luz -solo intento evitar que nos hagan daño.

-no- dijo él -solo quería decir que deberíamos llevar con nosotros a papá marioneta. Así, nadie pensará que somos huérfanos.

Luz y Hunter sacaron una bicicleta de carga de tres ruedas que había estado guardada en la parte trasera del teatro de marionetas. Tenía un cesto grande al frente, perfecto para llevar padres falsos.

-¿sabes cómo conducir esto?- preguntó Luz.

Hunter se encogió de hombros.

-hemos visto a millones de personas montar en bicicleta- dijo él -no puede ser tan difícil.

Hunter necesitó varios intentos para hacer funcionar los pedales, pero la rueda extra ayudaba a evitar que la bicicleta cayera. Sentaron a papá marioneta en la cesta delantera, con la cara oculta bajo una bufanda gruesa y un sombrero que cubría la mayor parte del resto de su cabeza. Lo apoyaron con cuidado, fingiendo que leía un libro. Luz tomó asiento frente a él.

Resultó que era mucho más rápido ir en bicicleta a la ciudad de lo que habría sido ir a pie. Pero solo tuvieron que llegar hasta las afueras, donde descubrieron un mercado callejero lleno de clientes y vendedores. Encontraron un espacio pequeño junto a un puesto de quesos, bajo la sombra de un roble alto, que a Luz le pareció perfecto. Dejaron la bicicleta bajo una rama y Luz cubrió a papá marioneta con una manta hasta su sombrero, lo que daba la impresión de que estaba durmiendo. Luego, colocó las muñecas en una manta en el suelo y los dos tomaron asiento y esperaron, con la esperanza de ganar dinero.

los inadoptables {TOH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora