ORFANNATO EXIDE, ÁMSTERDAM, 1880
Las reglas para entregar un bebé:
Primera regla: el bebé debe estar envuelto en una manta de algodón.
Segunda regla: el bebé debe estar dentro de una cesta de mimbre.
Tercera regla: el bebé debe ser depocitado en el escalón más alto de la entrada.
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En todos los años en los que Odalia Bligth había sido matrona del orfanato Exide, no habian roto las reglas para entregar un bebé ni una sola vez. Hasta el otoño de 1880, en el que abandonaron a cinco bebés en Exide y, a pesar de que las reglas estaban expuestas con claridad en la puerta principal del orfanato, ninguno de ellos habia sido abandonado "adecuadamente".
El primer bebé llegó una mañana luminosa de finales de agosto mientras el rocío resplandecia sobre las calles adoquinadas de la ciudad.
Envuelta en una manta de algodón rosada y sobre el escalón correcto, habia un bebé con ojos dorados y pelo castaño. Sin embargo, el modo en que habian pasado por alto la segunda regla era imperdonable. La niña habia sido colocada dentro de una caja de herramientas de metal, envuelta con un lazo verde esmeralda como si fuera un regalo.
-¡ah!- chilló Odalia Bligth, mirando a la niña de la caja de herramientas con repulción. Le indicó a un huérfano cercano que la tomara en manos -llevala arriba.
El huérfano asintió.
-¿que nombre debo escribir en su cuna, matrona?
La matrona curvó el labio. Nombrar a los niños era tedioso pero necesario.
-¡tiene muchos dedos matrona!
El bebé se succionaba el pulgar, emitiendo ruidos fuertes y babosos que hacian que la matrona sintiera un hormigueo en la columna. Contó los dedos de la niña. Sin duda, tenia un dígito extra en cada mano.
-llámala... Amity
El segundo bebé llegó una noche tempestuosa de septiembre, mientras un vendaval cruel azotaba todas las persianas de madera del orfanato.
Un huérfano entró al comedor sujetando una cubeta de carbón como si fuera un ramo de flores. Algo gimoteaba dentro de la cubeta. Al comprobar de que se trataba, la matrona tuvo la mala suerte de hallar un niño de pelo negro que la miraba envuelto en un chal manchado de hollín.
-al pobrecito lo abandonaron junto a la carbonera- explico el huérfano.
-¡que desgracia!- graznó Bligth, refiriendoce al incumplimiento de la segunda y tercera regla -llevatelo.
-¿como lo llamaremos, matrona?- preguntó nervioso el huérfano.
Odalia Bligth miró otra vez al bebé dentro de la cubeta de carbón; su nariz manchada de hollín y el chal sucio con el que lo habian envuelto. El algodón del chal parecia haber sido antes, tal vez, de un color brillante, como la capa de un rey. Sin embargo, ahora era de un tono gris y apenas tenia un diseño discernible formado por óvalos grices más oscuros.
-llamalo... King
El tercer bebé llegó una tarde de octubre inusualmente cálida, mientras unas mujeres con sombrillas de paseaban por la calle calentada por el sol.
Sentada en un banco frente al orfanato y ataviada con su mejor vesgido de mangas abultadas, Odalia abrió su cesta de pícnic y se horrorizó al ver un bebé inquieto acurrucado entre los emparedados de queso y las galletas de almendras. El bebé tenia pelo castaño oscuro y balbuceaba sin cesar.
Sin manta de algodón. Sin cesta de mimbre. Sin escalón superior.
La matrona hizo un chillido similar al de un pavo. De inmediato, el bebé dentro de la cesta de pícnic se quedó callado; unió sus cejas con expresión asustada. Por toda la calle, los rostros curiosos aparecieron en las ventanas de las casas de ladrillo altas y angostas, y las mujeres que paseaban se detuvieron en seco. Odalia Bligth recobró la compostura y esbozó una sonrisa para sus vecinos.
Una huérfana se abrió paso entre la mechedumbre hacia ella.
-el bebé no estaba ahí hace un minuto- insistió la chica mientras alzaba con delicadeza a la niña en brazos.
-llévatela- dijo Odalia apretando los dientes.
-si matrona, pero...¿cual es su nombre?
La huérfana acunaba a la niña, que ahora guardaba silencio, y le quitaba con dulzura las semillas de manzanilla del pelo. La matrona se encogió de hombros.
-ponle... Vee
El cuarto bebé llegó una mañana lúgubre de noviembre, mientras una sábana de niebla cubría el canal detrás del orfanato.
La campana de entregas del segundo piso vibró y sonó desde un barco del canal. Un huérfano subió la cubeta y, mientras el objeto atravesaba la niebla, a Odalia comenzó a temblarle el ojo. Dentro de la cubeta habia un bebé vestido con un saco de trigo y con una expresión triste. Habian cortado dos aberturas en la parte inferior del saco para que pudiera sacar las piernas, pues estas eran inusualmente largas.
La matrona entró al bebé vertido en el saco, maldiciendo la locura que habia plagado su orfanato.
-vístelo- le ordenó al huérfano que esperaba a su lado.
Miró las orejas torcidas del bebé, sus extremidades desgarbadas y mechones de color trigo cubrian la cabeza. La matrona gruñó.
-llamalo... Hunter
El quinto y último bebé llegó una noche de luna llena de diciembre, mientras los rayos surcaban el cielo de Ámsterdam.
Odalia Bligth habia enviado a un huérfano al tejado de Exide para investigar un ruido extraño. Acurrucado detrás de la chimenea, dentro de una cesta con forma de ataúd, habia un bebé balbuceando con alegría mientras miraba el cielo nocturno plegado de estrellas. Tenia el pelo castaño oscuro y unos ojos chocolate.
Con cuidado, el huérfano introdujo al bebé de la cesta con forma de ataúd al orfanato, donde inmediatamente comenzó a llorar. Mientras intentaban no tocar al infante, la matrona extendió la mano y tomó un juguete de entre sus garras: una marioneta con forma de gato, hecha con el algodón más suave de Ámsterdam y vestida con seda fina. Un sonido debil, similar a un tic-tac brotaba del juguete, pero la matrona chasqueaba la lengua demaciado fuerte para oír el ruido.
-¡ridiculo!
Lanzó la marioneta de nuevo dentro de la cesta, sobre la manta de terciopelo negro en la que estaba envuelto el bebé.
En un rincón de la manta, bordado con hilo blanco, habia un nombre: Luz.
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los inadoptables {TOH}
AventuraEn el orfanato Exide jamás se han infrigido las reglas de entrega de bebés. ni una sola vez. hasta el otoño de 1880, cuando 5 niños aparecen en orribles condiciones. esos bebés son Vee, Hunter, King, Amity y Luz. y aunque su cruel matrona pueda pens...