capítulo 33

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Luz cerró los ojos con fuerza. El silencio mortal era como electricidad en sus oídos.

Una sensación de pánico le recorrió la piel. Nunca se había paralizado de aquel modo, ni siquiera una vez. Sin embargo, a pesar de la urgencia de la situación, no había nada que pudiera hacer para obligar a las palabras a salir de sus labios.

No podía hacerlo.

-¿Luz?

La voz de Hunter era baja, pero lo bastante sonora para que Luz abriera los ojos de nuevo. La caneza de Amity había aparecido en el extremo de la plataforma de titiriteros. Ambos la miraron asustados y preocupados.

Otro grito ahogado.

Le siguió más silencio incómodo que atenazó la garganta de Luz y la apretó con fuerza.

Una vez más, Luz intentó hablar por el tubo acústico, pero no pudo formar las palabras.

¿donde estaban sus padres?

Alguien se puso de pie para irse y Hunter la sacudió con suavidad.

-Luz- la instó -por favor...

Luz notó que una lágrima caliente y húmeda le recorría la mejilla. Sentía el pecho demaciado pesado.

Luego, oyeron un silbido alto y melódico, como el canto de un pájaro. A través de los agujeros de la plataforma, Luz vio a Vee de pie en el escenario, con una mano en alto.

Luz se quedó sin aliento al verla.

No tuvo que mirar al público para saber que todas las miradas estaban posadas en Vee, quien hacía apenas dos semanas habría preferido saltar dentro de un pozo lleno de serpientes hambrientas en vez de colocarse en un escenario frente a más de cien extraños.

Notaba por la rigidez de los hombros de Vee que su amiga no estaba en absoluto cómoda.

Sin embargo, allí estaba, valiente como una guerrera, sin vacilar, con el único objetivo de darle a Luz un momento para recobrar la compostura antes de que todo su plan se hiciera añicos.

Vee silbó de nuevo.

Si bien su voz era baja y susurrada, su silbido era suave y firme, como si ella misma fuera parte de la canción de un pájaro.

Silbó una melodía corta y, en cuanto terminó la última nota, un chillido le respondió desde las vigas del teatro.

El público soltó un grito ahogado y luego Luz oyó un aleteo. Owlbert apareció en el cielo nocturno y bajo en círculos mientras se dirigía a la mano extendida de Vee.

Owlbert ululó desde el escenario y la multitud aplaudió. Vee miró rápido hacia arriba y, aunque Luz sabía que ella no podía verla, miró a Vee, asintió y presionó los labios contra el tubo acústico de nuevo.

Apartó todos los pensamientos relacionados con sus padres y su hermana y mantuvo presente las caras de sus amigos en su mente.

Ellos contaban con ella y se negaba a fallarles.

-CADA NOCHE, VIENEN LAS PESADILLAS.

Su voz era ronca y seca, pero firme. Mantuvo los ojos sobre Hunter, quien sonreía, animandola.

-ES IMPOSIBLE DETENERLAS. NO CUANDO HUNDEN SUS GARRAS EN TI, CUANDO HAN BEBIDO DE TU ALMA Y SABOREADO.

Luz inclinó la cabeza de la marioneta para que Emira mirara hacia el público. King había pintado una expresión de tristeza eterna en su cara; su cabello verde oscuro caía inerte sobre sus mejillas y tenía las rodillas contra su mentón.

los inadoptables {TOH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora