capítulo 28

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Luz trastabilló hacia atrás y tropezó contra Hunter, mientras el miedo apuñalaba su estómago. El monstruo salió de las sombras por completo y lanzó una dentellada al aire. Sus garras rayaron el suelo de madera, tenía las orejas echadas hacia atrás.

Una mano aterrizó pesada sobre el hombro de Luz y tiró de ella hacia atrás.

-Kikimora- dijo Hunter, colocando a Luz detrás de él.

(Aviso que voy a escribir como si Kikimora fuera perro, pero en realidad es perra. Diferente género)

El perro inmenso avanzó hacia ellos, parecía capaz de despedazar a Hunter y Luz con un solo mordisco de sus brutales fauces.

Sosteniendo la escoba delante de él con una mano, Hunter apoyó la vela sobre una caja con la otra.

-libéralo- indicó Hunter, señalando a King con la cabeza -rápido.

Alzó la escoba y frunció el ceño. Luz nunca lo había visto tan decidido.

-pero...

-¡ahora!- gritó Hunter, justo cuando Kikimora saltó hacia adelante.

Luz observó horrorizada cómo las fauces del perro mordían el palo de la escoba mientras aplastaba a Hunter contra el suelo.

-¡rápido!- gruñó él, retorciendo la escoba cada vez que Kikimora intentaba morderlo -¡no podré contenerla demaciado tiempo!

Luz avanzó hacia el fondo de la habitación, se puso de rodillas en el suelo junto a King y arrancó la tela de su boca.

-¿están locos?- gritó él, con voz temblorosa -¿por qué han venido? Es demaciado peligroso.

Luz tanteó la cuerda que amarraba las muñecas de King.

-¿por qué no íbamos a venir?- tiró del nudo, sus dedos resbalaron y gruñó frustrada -ay, Dios, ¡¿por qué mis manos no funcionan?!

No se atrevía a mirar hacia atrás, donde oía a Hunter todavía luchando contra Kikimora. La bestia gruñía y Hunter emitía sonidos de esfuerzo, pero aún no se oían gritos de agonía.

-solo respira hondo- dijo King, con calma -puedes hacerlo Luz.

Ella sacudió las manos, lo intentó de nuevo y logró aflojar la cuerda anudada. King liberó sus muñecas y le sonrió agradecido.

Cuando Luz alcanzó la cuerda que amarraba la cintura de King, Hunter gritó de dolor. Ella de puso de pie a toda prisa y corrió hacia él. Kikimora había roto la escoba por la mitad y mordisqueaba un trozo mientras Hunter se ponía de pie, temblando, agarrándose la pierna.

-¡Hunter!- Luz se detuvo. Kikimora le bloqueaba el paso -¿estas bien?

-¡quédate atrás!- gritó Hunter, con la voz dolorosa -estoy bien, es solo un rasguño...

-¡no! ¡no es cierto!- gritó Luz, la furia aumentaba -¡dejalo en paz!

Alzo un cepillo y lo lanzó contra la pared de la bodega para llamar la atención del perro. La cabeza de Kikimora giró hacia ella, con los dientes expuestos en un gruñido agresivo. Sus garras inmensas arañaron el suelo al avanzar hacia Luz.

-¡oye!- gritó Hunter, golpeando la mopa contra el suelo. Luz veía que su pierna le dolía, pero él alzaba la mopa rota con firmeza y con una expresión feroz -déjala en paz.

Kikimora lo ignoró por completo y lanzó un mordisco a centímetros del estómago de Luz.

-¡oye!- gritó Hunter, de nuevo.

Kikimora se dio la vuelta hacia él y gruñó con más intensidad. Ladró, lo bastante fuerte para despertar a los muertos y, sin duda, lo bastante fuerte para que lo olleran en la cubierta de arriba. Luz observó paralizada de terror como Kikimora se preparaba para saltar.

los inadoptables {TOH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora