La matrona yacía con las extremidades desparramadas de forma extraña, como una marioneta rota, sobre el suelo de madera pulida de la Sección Prohibida. Sus ojos contemplaban el techo sin parpadear, tenia el cuello retorcido a un lado y la boca abierta en un grito silencioso.
Luz sujetó el cuerpo decapitado de su gato marioneta sobre su corazon desbocado. Alguien abrió una puerta chirriante a su lado y luego la puerta se detuvo con un ruido seco al golpear el cuerpo inerte de la matrona. Amity asomó la cabeza, miró hacia abajo y dio un gritito. La cabeza de Hunter apareció en la puerta sobre la de ella. King apareció de entre las estanterías y Vee salió de debajo de la cómoda, sujetandose la mano mordida por la rata. Los cinco miraron a Bligth.
-¿esta muerta?- dijo por fin Hunter, mirando a Amity -comprueba si está viva.
-no quiero tocarla. Hazlo tú
Hunter palideció.
-¡no la voy a tocar!
Vee sacudió la cabeza mientras miraba a Bligth.
-yo tampoco- añadió King -parece muerta. Luz, tócala. A ti te gustan las cosas muertas.
-no me gustan las cosas muertas!. Me... ah, está bien.
Luz se puso de rodillas junto a la matrona, extendió la mano y luego vaciló. Ella realmente tampoco queria tocar a la matrona. En cambio, movió la mano frente a los ojos de la mujer, pero Bligth no parpadeó. Luz se puso de pie y retrocedió rápido, los demás la imitaron.
-¿es posible matar de un susto a alguien realmente?- preguntó King
Todos miraron a Amity, quien apenas se encogió de hombros.
-soy científica, no médica.
La pequeña rata gris reapareció y corrió a toda velocidad sobre el vestido de la matrona y hacia la puerta abierta de la oficina. Luz pensó haber visto temblar el pie de la matrona temblar, pero cuando miró de nuevo, Bligth aún estaba inmóvil. Vee intentó perseguir la rata, dió un paso más hacia la matrona y luego sacudió la cabeza y regresó rápido a su lugar entre Amity y Hunter.
Amity miro a Luz.
-¿a que se refería Belos con documentación creíble y con escabullirnos entre los oficiales de la aduana?
-él y Bligth hicieron un trato- dijo Luz em voz baja e inexpresiva -él le paga para que ella haga desaparecer los archivos sobre nosotros y luego, nos hará trabajar hasta matarnos. Y en agosto, regresará en busca de un grupo nuevo de huérfanos.
Todos la miraron.
Amity sacudió la cabeza de lado a lado, incredula.
-pero es ilegal.
-¿desde cuando le han importado a Bligth las leyes que no fueran las suyas?- dijo Hunter en voz baja, mirando el pasillo y luego la silueta sin vida a sus pies.
-deberia haberlo sabido. Nunca permitirian que una niña fuera ingeniera en un barco- resopló Amity -sin duda, él me habría encargado que le lavara la ropa. Deberíamos haberte hecho caso, Luz.
Sin palabras, la niña extendió el brazo y sujetó la mano de su amiga.
-bueno, no podemos permanecer aquí- dijo King -las autoridades pensarán que nosotros la matamos.
-no podemos huir- dijo Amity -el Kinder enviará una matrona nueva. Quizás podamos explicarles que...
Hunter sacudió la cabeza de lado a lado.
-¿de veras piensas que nos creerán? No podemos correr ese riesgo. King tiene razón, debemos irnos.
-pero no tenemos a donde ir.
Ninguno dijo nada y el silenció flotó pesado en el aire, impregnado todavía de aceite.
Luz sujetó con fuerza el cuerpo de su marioneta y luego fue en busca de su cabeza. Al agacharce, algo pequeño pero pesado cayó del cuello roto del gato y aterrizó a sus pies con un ruido suave. Se le congeló la punta de las orejas y ella contuvo el aliento de forma abrupta.
Un fragmento redondo de plata brilló bajo la luz de la lámpara y Luz se hundió sobre sus rodillas frente al objeto.
-¿Luz?- King se agachó junto a ella a un lado y Vee al otro. Luz sentía la garganta demaciado tensa para hablar. Con las manos temblorosas, apartó la marioneta y alzó el objeto brillante.
-¿que es?- preguntó Hunter, y él y Amity se agazaparon frente a ella. Luz tragó con dificultad y todos inclinaron el torso hacia adelante.
Tenía aproximadamente el mismo diametro que un florín y era tan ancho como el meñique de Luz. La superficie estaba cubierta de plata, y tenia incrustada una hilera de cristales diminutos, brillantes como estrellas, alrededor de los cuales habia una luna creciente dorada. Tenia un agujero en la parte superior, atravesado por una cadena delgada y, en la parte inferior, el broche más pequeño que ella había visto. Luz levantó la tapa y vió un elaborado reloj, cada número romano estaba debajo de una estrella dorada diminuta. En el medio habia un disco azul pintado, solo parcialmente visible detrás de una abertura en el reloj, donde estaba el ciclo del sol y la luna.
Los engranajes del reloj de bolsillo habian dejado de funcionar hacia tiempo y las manecillas estaban completamente quietas.
-eso explica el supuesto latido de la marioneta- dijo Amity -te lo dije: siempre hay una explicación lógica.
Luz miró el reloj y descubrió una inscripción delicada, tan pequeña que tubo que hacercarce mucho para leerla:
Bajo las estrellas, te encontré.
52.284040, 4.784040
Bajo la luna, te perdí.
Un escalofrío gélido se extendió desde sus orejas, pasando por el cuello, hasta llegar a los hombros mientras leía la incripción de nuevo.
Te encontré.
El escalofrío se volvió más intenso, más frio, más punzante.
Te perdí.
Mientras que las primeras dos lineas habian sido grabadas con una tipografia elegante, la última habia sido arañada en el dorso del reloj.
-coordenadas geográficas- dijo King, casi de modo reverencial, señalando los números.
Coordenadas. La respiración de Luz se entrecortó de nuevo.
Deslizó sus dedos temblorosos sobre las coordenadas. Era posible encontrar cosas perdidas si uno sabe donde buscar.
-¡me iré!- dijo ella, las palabras por fin brotaban de sus labios. Cuatro expresiones atónitas la miraron -este es un mensaje de mis padres y, antes de que digan algo, no es una de mis teorías. Esto es una prueba. Los encontraré. Y quiero que vengan conmigo. Abandonaremos este lugar juntos y nunca miremos atrás.
-Luz- dijo Amity en voz baja, con desesperación -necesitamos documentación. La única escapatoria realista es la adopción y nadie, exepto ese mercader orrible, quiere adoptarnos.
Luz desplegó la cadena del reloj mientras un plan ya cobraba forma en su mente. Su sexto sentido hizo cosquillear con suavidad sus orejas a modo de aliento.
-entonces, tendremos que adoptarnos a nosotros mismos.
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los inadoptables {TOH}
AventuraEn el orfanato Exide jamás se han infrigido las reglas de entrega de bebés. ni una sola vez. hasta el otoño de 1880, cuando 5 niños aparecen en orribles condiciones. esos bebés son Vee, Hunter, King, Amity y Luz. y aunque su cruel matrona pueda pens...