Luz miró la pistola, apenas se atrevía a respirar. Ahora, notaba unas punzadas tan fuertes en las orejas que era como si estuvieran en llamas.
-al fin llegaron- dijo Belos, quitando el seguro de la pistola con el pulgar.
Luz no podía hablar. Con el rabillo del ojo, vio a Hunter caer al suelo y cómo desaparecía la cara de Vee al otro lado de la claraboya. Steve presionaba el cuerpo contra la puerta del almacén, a pesar de que Kikimora aún la arañaba al otro lado.
-¡Y Steve!- dijo Belos -estoy sorprendido. Has visto lo que estos mocosos le hicieron a esa pobre y vieja matrona. ¿crees que les importaría alguien más que ellos mismos?
Luz bajó la vista. La sombra de Belos se proyectaba a sus pies, más espesa y oscura de lo que una sombra debería ser. Instintivamente, retrocedió un paso, el suelo gruñó como protesta debajo de sus botas.
-no te muevas, niña.
Luz se quedó paralizada. La sonrisa cruel del mercader fue reemplazada por una expresión completamente amenazante. Kikimora ladró, golpeando la puerta. Belos alzó las cejas.
-vaya, vaya. De verdad, están llenos de sorpresas. Steve, estoy dudando sobre encerrarte allí con Kikimora, para que recuerdes a quién le eres leal.
-por favor, no. Lo siento. No quería...
Belos avanzó cojeando y golpeó con su codo la cara del aprendiz, lo que hizo que Steve trastabillara hacia atrás. La sangre brotó de la nariz del chico y salpicó la mejilla de Luz. Él cayó al suelo a su lado, gimoteando.
-¡deberíamos haber abandonado este puerto hace varias semanas!- gritó Belos -ya deberíamos estar a mitad del Océano Índico. ¿tienen idea de cuanto dinero me han hecho perder? Sin mencionar los gastos médicos por mi pie, pequeños...
-eso no es nuestro problema- siseó Luz.
-oh, claro que es su problema, niña- cojeó hacia ella -y sin duda me pagarán por lo que me deben.
-nuestro padre nos espera cerca de aquí- respondió Luz -vendrá a buscarnos si no regresamos pronto. No es un hombre al que se quiera enfrentar.
-¿padre?- la sonrisa de Belos flaqueó un segundo, pero luego sacudió la cabeza -no importa, nos pondremos en marcha en cuestión de minutos.
-no tienes la documentación necesaria para llevarnos contigo.
-me arriesgaré a sacarlos a escondidas...
-¡oye, cara de rata!- gritó una voz desde la claraboya.
Amity había entrado a medias por la ventana y sostenía en la mano un tubo mediano de cuyo extremo salían chispas. Belos apuntó su arma hacia ella, pero Amity fue más rápida. El fuego artificial salió disparado de su mano y golpeó el suelo cerca de las botas de Belos. Hubo un estallido luminoso en la habitación.
Luz lanzó al suelo, cubriendo a Steve con un brazo, cuando el fuego artificial rebotó, silbando y chillando, de pared a pared. Hizo caer una vela y luego rebotó en cada superficie disponible, dejando chispas feroces a su paso. Apareció el humo y llenó la sala.
Cuando Luz apartó el humo de su cara, vio el fuego brotando de distintas partes de la bodega. Belos estaba en la puerta, tosiendo mientras las llamas rozaban sus botas.
Cuando Luz intentó ponerse de pie, su mano tocó algo frío y metálico en el suelo.
La pistola perlada
Miró al mercader a los ojos. Belos miró una última vez la pistola en manos de Luz y tambaleándose, con la mano sobre la boca, salió por la puerta de la bodega, la cerró y los dejó atrapados con el humo y el fuego.
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los inadoptables {TOH}
AdventureEn el orfanato Exide jamás se han infrigido las reglas de entrega de bebés. ni una sola vez. hasta el otoño de 1880, cuando 5 niños aparecen en orribles condiciones. esos bebés son Vee, Hunter, King, Amity y Luz. y aunque su cruel matrona pueda pens...