capítulo 36

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El grito de Lilith resonó en las paredes. Dejó caer el libro de registros y se llevó las manos a la boca, horrorizada.

Luz tomó asiento en la silla junto a la mesa, demasiado desconsolada para llorar.

Apenas escuchó cuando la matrona comenzó a explicarle a a representante del Kinder que los niños la habían dado por muerta, le habían robado, habían falsificado documentación y habían huido como criminales ruines.

En cambio, Luz miró a Eda, quien no mostraba rastros de asombro al ver que papá marioneta era lo que era. De hecho, tenía la cara completamente inexpresiva, salvo por una leve función en el ceño.

-¿por qué nos has hecho esto?- Luz miró a Eda -lo has fastidiado todo.

Eda alzó ambas cejas.

-yo no...

-siempre lo has sabido, ¿no? Tú fuiste quien estuvo en la ventana la primera noche, ¿verdad?

Eda asintió

-lo sabía, pero...

La voz de Bligth se volvió aguda.

-¡son unos farsantes!

-no puedo creerlo- dijo Lilith Truefall. Sostenía la cabeza de papá marioneta y fruncía el ceño -¿cómo es posible que cinco huérfanos consiguieran todo esto?

-¡estos cinco no dan más que problemas!- gritó Bligth -créame, he tenido la desagradable desgracia de conocerlos durante todas sus patéticas vidas. No se imagina cuánto me alegré cuando oí que los médicos del asilo hablaban sobre el espectáculo. El mismísimo Philip Noceda. El mismo nombre que estaba escrito en tu estúpido gato marioneta, Luz. Parece que fue suficiente para hacerme salir de mi estupar.

Luz tragó con dificultad, mirando con culpa a Eda, quien fulminaba con la mirada a Bligth mientras sujetaba su relicario.

-es solo que...- dijo Lilith  -no estoy segura de qué deba hacer al respecto. Tendré que considerar los aspectos legales de la situación y...

-no hay nada que considerar- la interrumpió Bligth -estos niños mintieron. Aún son de mi propiedad y necesito devolverlos a Exide de inmediato. El señor Belos ya ha aceptado llevárselos.

-¡no somos objetos!- protestó Luz -¡y no regresaremos contigo!

-niña, cállate y permite que los adultos hablen- respondíé Bligth sacudiendo su mano -bien, el señor Belos y yo los llevaremos de regreso a Ámsterdam. No se moleste con estos delincuentes, señorita Lilith. Me aseguraré de que reciban el castigo adecuado.

-tenemos dinero para comprar nuestra adopción- dijo Luz, señalando con la cabeza la cesta de monedas a los pies de Belos -llevénselo y dejanos en paz. No necesitamos que Belos nos adopte, estamos bien así.

-ese dinero es mío —respondió Bligth -me lo robaron.

-no- dijo Vee.

Bligth lanzó una mirada peligrosa hacia Vee, una que prometía consecuencias.

Luz miró a Vee asombrada, la tímida y callada Vee le devolvía la mirada a la matrona, sin parpadear, con ferocidad.

-¡no puedes hacernos esto!- gritó Hunter -¡ese dinero lo hemos ganado nosotros!

-mientes- replicó Bligth -es mío y me lo llevaré en este instante.

-hizo un trato con Belos- interrumpió Amity -quería vendernos y quedarse con todo el dinero. Y Belos no es nada más que un estafador. Planea hacernos trabajar hasta la muerte. Tuvimos que rescatar a King de su barco; estaba encadenado en la bodega.

-vaya- Belos rio -estos pequeñitos tienen una imaginación tan fértil y vivaz. Kikimora y yo estamos deseando que os unáis a nuestra familia marítima.

-¡intentaste matarnos!- gritó King -de hecho, casi lo lograste...

Los ojos de Belos brillaron con júbilo. La sonrisa de Bligth era, como siempre, todo dientes y sin alma,

-y Bligth- dijo Amity -no solo es una bruja miserable, sino que también roba el dinero que debería gastar en los huérfanos...

Bligth tiró del pelo de Amity

-¡mentirosa!

-señora Odalia- dijo Lilith -el Kinder no tolera el maltrato hacia los niños...

-tonterías- respondió Bligth -a mí me maltrataron muchas veces cuando era huér...- dejó de hablar sacudiendo la cabeza y soltó el cabello de Amity -de acuerdo- dijo -pero permanecerás callada, Amity, a menos que quieras hacerme enfadar aún más.

-lo que Amity ha dicho es verdad- afirmó Luz -los escuché cerrar el trato. Él incluso rio cuando dijo que podía tirar nuestros cadáveres en el mar. Y la tal Kikimora que afirma que será nuestra madre es una perra.

-¡no seas maleducada!- gritó Lilith -no permitiré que digan insultos.

-¡es verdad!- gritó Luz -es una perra real, un animal, no una mujer.

Lilith Truefall sujetó el tabique de su nariz, frustrada. Luz miró a Eda, quien había adoptado una expresión más seria.

-esto es ridículo- chilló Bligth -está comprobado que estos niños son unos mentirosos. Simplemente intentan escapar del problema en el que se han metido solos.

-¡no es cierto!- gritó Amity.

-¡basta!- Lilith golpeó la mesa con su puño y sobresaltó a todos -ustedes cinco no solo habéis infringido la ley al falsificar documentación oficial, sino que también han allanado una propiedad privada- dijo ella -no escucharé ninguna más de vuestras tonterías.

Blight sonrió, victoriosa. Luz apretó los puños. Desde el hombro de Vee, Owlbert emitió un chillido agudo.

-se acabó- prosiguió Lilith mientras tomaba el libro de registros y lo apoyaba con un ruido seco sobre la mesa -estos documentos deben rectificarse. Ustedes cinco deben tener tutores legales y deben pagar las cuotas de adopción de inmediato o regresarán al orfanato.

-quizás debería dejar a los niños bajo mi custodia e investigar más sus acusaciones-  dijo Eda.

Todos miraron a la guardiana del pólder.

-claro que no- balbuceó Bligth -esto se resolverá ahora mismo.

-pero...- comenzó a decir Luz.

-¡no!- gritó Lilith, ruborizada -las reglas son las reglas y no permitiré que continúen saltándoselas -abrió el libro de registros -de hoy en adelante, estarán a cargo del señor Belos. Y es mi última palabra.



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Tan solo faltan 7 capítulos para el fin de esta historia.

los inadoptables {TOH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora