Prólogo

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Pasar el resto de mi vida siendo un sirviente?

No, ni mucho menos ese era mi plan, pero durante una larga temporada seguramente si lo sería... si pasaba la entrevista.

Acababa de cumplir la mayoría de edad de mi especie hace un par de años y había cuidado de mi mismo desde siempre, sabía hacer todo tipo de labores del hogar e incluso sabía cocinar, tenía posibilidades de que me dieran el puesto.

Mi sorpresa fue que mi entrevista no iban a ser en la casa, sino en un despacho de una empresa que ni sabía de que era.

El edificio era enorme... por que me habían citado aquí?

Dudoso entré encontrando la recepción fácilmente aunque casi me cegaran las potentes luces, había mucho cambio de iluminación de la calle a aquí dentro.

–Me han citado a las 3:20 para una entrevista de trabajo –Expliqué tragando saliva inseguro.

–A nombre de quien? –Preguntó la señora más mayor tecleando unas cosas en el ordenador.

–La señora Yudina –Respondí con miedo de no haberlo pronunciado bien.

Pero la mujer no puso ninguna mueca de haberlo dicho mal y me señalizó que debía subir hasta el 10 piso, ahí alguien me estará esperando para guiarme al despacho.

Toda la decoración era sencilla y sobrina en blancos y tonos tierra con muy pocos detalles en negro.

Venga Daku, tenía que conseguir el puesto de trabajo, el dinero no se iba a conseguir solo.

Con inseguridad me aseguré de recolocar mi camisa bien por dentro de mi pantalón aunque lo tapara mi jersey verde menta claro que hacía destacar el color natural de mi pelo.

Había conseguido la entrevista, tenía posibilidades, venga Daku!

Y la puerta del ascensor se abrió ya esperando un hombre de firme traje negro saludándome con sequedad para que lo siguiera hasta una gran puerta doble a la izquierda, en el final del corto pasillo.

En cuanto abrió ambas puertas me hizo pasar pudiendo ver que la señora Yudina seguramente era un alto cargo aquí... su despacho era inmenso y su presencia era más que firme.

–Perfectamente puntual –Comentó para si misma señalando la silla frente a su escritorio.

El hombre ni espero a ver si lo echaban, solo se fue cerrando las puertas de nuevo poniéndome más tenso mientras me sentaba obedeciendo.

La señora Yudina dejó de mirar por la ventana de su despacho y se giró hacia mi sonando sus tacones al caminar para sentarse frente a mi.

Era una vampira, lo notaba en la presencia que dejaba en el aire, pero no una vampira de generación alta y poderosa. Su cabello era corto, no rozaba ni sus hombros, y estaba teñido de un rojo vino apagado que conseguía resaltar sus ojos azules apagados, su joyería sin embargo casi parecía conseguir que se viera más pálida de lo que ya era por naturaleza.

–Recuérdame tu nombre por favor –Pidió sentándose con firmeza y la cabeza bien alta.

Su cuerpo humano se había quedado paralizado en los treinta y algo, se le notaba.

–Daku –Respondí fingiendo seguridad.

Aunque ella parecía leer a través de mi seguridad sin ningún problema.

–Bien, yo soy Galina Yudina, Galya para los amigos, y para ti seré "tu señora" –Se presentó haciendo resonar sus uñas contra la madera–. Lo has entendido?

–Si señora –Afirmé sin ni dudar.

Era una vampira, raro sería lo contrario.

–Perfecto, mis hijos fueron los que miraron los currículums, no se por qué te eligieron, pero que crees que tienes tu que puedas aportar en mi casa al contrario que el resto de elegidos? –Cuestionó cogiendo mi currículum de una pila de papales algo alta.

–He tenido que cuidar de mi mismo por años así que soy muy resolutivo y puedo afrontar cualquier situación.

–Eres huérfano? –Dudó al escuchar mi respuesta dejando de mirar los papeles.

–No, mi madre trabaja en Central, así que no podía estar mucho en casa –Expliqué poniéndome más tenso por su mirada tan firme.

Mi respuesta le hizo levantar una ceja, por un instante, pero en cuanto pensó algo volvió a su expresión neutra mirando atentamente los papeles.

–Eres descendiente de Gnowee, creía que con las guerras os habías extinguido –Siguió hablando analizando mi currículum.

–Quedamos ya muy pocos si...

–Por qué quieres ser sirviente de una familia de vampiros? Tu poder es la luz, deberías de tratar de huir de nuestros círculos –Preguntó cómo si no hubiera escuchado mi respuesta anterior.

–Necesito ahorrar para pagarme la universalidad... y mi luz no daña a ningún vampiro, es un poder un poco inútil a día de hoy.

–Si quieres estudiar la universalidad cuantos años quieres trabajar en mi casa?

–Seguramente sean más de dos años, necesito ahorrar mucho dinero.

Aparte de la universalidad necesitaba pagar el material, el transporte y a saber cuantas cosas más... tenía que ahorrar mucho.

–Tendrás que mudar te y trabajar 6 días de la semana, el séptimo lo tendría libre y decidirán mis hijos que día es ese, no tu –Siguió hablando pareciendo no importarle mi respuesta–. Tendrás derecho a 15 días de vacaciones en verano y esas te las asignaré yo, el resto de días que puedes faltar será solo por qué estés encamado y enfermo con un certificado médico que respalde tu descanso. Pondré una cláusula especial en el contrato para que puedas cancelarlo cuando consideres que has ahorrado el dinero suficiente y quieras dejarlo, pero deberás avisar con 3 meses de antelación para poder buscar un sustituto. Llevarás un uniforme que se te hará a la medida y te proporcionaremos nosotros, y tu tarea será servir plenamente a mis hijos en todo lo que ellos pidan, sea solo que les traigas un bocadillo o que te arrodilles en el suelo para hacerles una mamada, obedecerás y punto. Te ves capaz?

Cumplir también sexualmente...

Eran una vampira... no se que me extrañaba, pero estaba dispuesto también a tener que dar mi cuerpo a saber por cuantos años?

–Me morderán? –Dudé clavando la mirada en mis manos sin saber bien que responder.

–Yo te morderé cuando firmes el contrato, ellos dos cuando llegues a casa, pero no podrán alimentarse de ti, lo tienen prohibido, si lo hacen serán castigados, tampoco tienen permitido manipular te ni ordenar nada en contra de tu voluntad ni ejercer ningún tipo de tortura sobre ti, ni siquiera teniendo sexo podrán sobrepasar esa línea. Si la sobrepasan o se alimentan de ti tendrás un seguro que te pagará 1.000€ cada vez que incumplan algo.

No podían sobrepasar la línea ni herirme... tampoco alimentarse de mi sangre... y el seguro...

A ver... era tener sexo... no es como que fuera virgen... y era la única forma que tenía ahora mismo y sin experiencia laboral de conseguir ahorrar para la universalidad.

–Vale, acepto.

No podía ser para tanto.

–Bien, te tomarán las medidas antes de que te vayas y mañana vendrás a la misma hora a firmar el contrato, empiezas el lunes de la semana que viene, así que el domingo deberás instalarte en mi casa –Concluyó abriendo de nuevo al puerta el hombre que me trajo hasta aquí.

Él fue el que tomó mis medidas apuntando todo en un papel con mi nombre.

Esto... no había sido como demasiado fácil?

Sirviente (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora