Sirviente (Yaoi/BL)

Cap. 18

Al final la comida pasó teniendo una conversación trival precisamente sobre nuestros gustos en la comida, sobre cómo a Shura no le gustaba el escaso sabor del agua y a mí no me gustaban la mayoría de carnes.

La verdad es que estuvo bien conocerlo un poco más en ese sentido, pero también tenerlo distraído hablando de eso me permitió poder copiar lo mejor que podía sus gestos para comer lo mejor posible.

No quería averiguar si podían echarme la bronca o echarme del restaurante por agarrar mal un cuchillo o algo así.

–Que desean de postre? –Preguntó la mujer habiendo recogido ya la mesa.

–El souflé de chocolate con pistachos –Pidió Shura sin necesitar ni pensar.

Y otra vez sus ojos se clavaron en mi.

–No quiero postre, gracias –Negué tratando de que esta vez sí sonara firme mi voz.

–Traele la especialidad de la casa –Volvió a contradecirme Shura siendo a él al único que parecía escuchar otra vez.

–Señorito... –Intenté volver a quejarme.

–Es una mousse de fresa con cremoso chocolate blanco y yogurt, te va a gustar –Me cortó limpiandose bien la comisura de los labios–. También ya te dije que no te preocuparas por el dinero, estamos separados de cualquier mirón tonto así que podrias comer sin pretender copiarme y no necesitas estar tan tenso como un palo, solo disfruta, quiero que sea una noche tranquila.

Así que se había dado cuenta...

–Lo siento –Me disculpé agachando la mirada hacia mis manos en mi regazo.

Supongo que era muy obvio... yo no encajaba aquí, se notaría muy fácil todo lo que hacía mal.

–Por que tienes tanta inseguridad de hacer algo mal? Mientras no comas con los pies no pasa nada –Dudó dándole un sorbo a su copa.

Yo tenía casi terminada la mía, pero no me había tomado lo poco que quedaba para que no me sirvieran más.

–No es verdad señorito –Suspiré sin levantar la mirada–. La firmeza, la forma de caminar, vuestra forma de hablar entre vosotros y los temas de conversación que tenéis... yo solo valgo para decir "señorito" y hacer una reverencia, no se servir ni una copa de vino. Claro que voy a tener inseguridad cuando estoy aquí rodeado de a saber cuantas personas que ven tan claramente como yo que este no es mi lugar... debería haber venido con el uniforme, me sentiría menos juzgado.

Aun sin levantar la mirada podía ver a Shura mover con el dedo gordo el anillo que llevaba en el índice pensando bien su respuesta.

–Si fueras igual que todos ellos tendríamos un problema gordo –Terminó respondiendo dejando de jugar con el anillo–. No quiero que te parezcas en lo más mínimo a ninguno de esos, estas perfecto así.

–Un problema? –Pregunté algo sorprendido.

Pero su respuesta se vio interrumpida por la mujer dejando el postre en la mesa.

–Todos los que tienen un nivel adquisitivo alto acaban siendo igual de repelentes muchas veces –Explicó una vez la mujer se fue–. Se creen los reyes del mundo. Digamos que yo también estoy considerablemente acomodado a la buena vida, a tener sirvientes y a no preocuparme si me quero dejar tres cifras o más en una cena, pero hay un límite, el límite en el que te crees superior a cualquiera y desprecias a todos los que no están en tu mismo nivel, esa es la clase de gente que odio, la clase de gente que se ha encontrado comprando en el mercado nocturno como si eso fuera Sodoma y Gomorra, y que ahora poco a poco están matando dependiendo de sus delitos, si tú fueras como esas personas con dinero lo más probable es que te odiara.