36 | seúl

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Nick Fury apareció más tarde esa noche, una vez que todo el equipo comenzó a recuperarse de su derrota, y todos se reunieron en la cocina.

—Ultrón los sacó de combate para ganar tiempo —explicó Fury—. Según mis contactos, está creando algo. La cantidad de vibranio que robó tiene que ser para algo grande.

—¿Qué pasa con Ultrón? —preguntó Steve.

—Es fácil de rastrear —dijo Fury—. Está en todos lados. Se multiplica más rápido que un conejo católico. Eso no nos ayuda a predecir sus planes.

—¿Busca códigos de lanzamiento? —preguntó Tony.

—Sí, así es —respondió Fury—. Pero no avanza.

—En secundaria violé la seguridad del Pentágono —dijo Tony—. Mi hija hizo exactamente lo mismo porque le aposté 500 dólares a que no podría.

—Por eso llamé a nuestros amigos de Nexo —dijo Fury.

—¿Nexo? —preguntó Steve.

—El centro mundial de la Internet, en Oslo —explicó Bruce—. Por allí pasan todos los datos del planeta. Es el acceso más rápido.

—¿Qué dijeron? —preguntó Clint.

—Está obsesionado con los misiles —respondió Fury—. Pero los códigos cambian constantemente.

—¿Por quién? —preguntó Tony mientras tres dardos casi rozaban su rostro.

—No se sabe —respondió Fury.

—¿Tenemos un aliado? —preguntó Natasha.

—Ultrón tiene un enemigo —corrigió Fury—. No es lo mismo. Igual pagaría por saber quién es.

—Quizá deba ir a Olso y hallar a nuestro desconocido —dijo Tony.

—Esta todo muy bien, jefe, pero al verlo esperaba que tuviera más que eso —dijo Freya.

—Tengo más —respondió Fury—. Los tengo a ustedes. Antes tenía ojos y oídos por todos lados. Ustedes tenían toda la tecnología que quieren. Y aquí estamos, en la Tierra, solo con nuestro ingenio y ganas de salvar al mundo. Según Ultrón, los Vengadores se interponen con su misión. Aunque no lo admita, su misión es la destrucción global. Enterrar todo esto. Resistan. Derroten al desgraciado de platino.

—A Steve no le gusta que hables así —dijo Natasha.

—¿Sabes qué, Romanoff? —dijo Steve con una sonrisa.

—¿Qué quiere entonces? —preguntó Fury.

—Ser mejor —respondió Steve.

—Mejor que nosotros —dijo Freya—. No para de construir cuerpos.

—De personas —dijo Tony—. La forma humana es biológicamente ineficaz, anticuada. Pero siempre vuelve a eso.

—Lo programaron para proteger a la humanidad y fallaron increíblemente —dijo Natasha mirando entre Tony y Bruce.

—La gente no necesita protección —dijo Bruce—. Necesitan evolucionar. Ultrón va a evolucionar.

—¿Cómo? —preguntó Fury.

—¿Alguien estuvo en contacto con Helen Cho? —preguntó Bruce.

No tuvieron la oportunidad de dormir esa noche, porque tan pronto como obtuvieron la ubicación de Helen Cho, Steve, Natasha, Clint y Freya se dirigieron a Seúl para encontrarla, con suerte antes de que Ultron lo hiciera. Tony se dirigió a Oslo para hablar con sus contactos en Nexo mientras Bruce viajó de regreso a Nueva York para prepararse para su llegada.

Clint, Natasha y Freya permanecieron en el jet mientras dejaban caer a Steve a pocas cuadras del laboratorio de Cho.

—Dos minutos —dijo Steve—. Quédense cerca.

Clint mantuvo el jet cerca del laboratorio, un ojo en el cielo en caso de que algo intentara atacar o escapar. Steve llegó al laboratorio en poco tiempo, y una vez que estuvo dentro, escucharon a través de las comunicaciones.

—Dra. Cho.

—Se está subiendo al cuerpo —dijo Cho—. El poder real está en el Arca. La gema... su poder no se puede contener. No puedes hacerla estallar. Debes llevarle el Arca a Stark.

—Primero debo hallarla —respondió Steve.

—Ve —dijo Cho.

—¿Escucharon eso? —preguntó Steve.

—Así es —respondió Clint.

—Un jet privado está despegando del otro lado de la ciudad —dijo Natasha—. No hay información de los pasajeros. Quizá sea él.

Freya miró por la ventana—. Allí, es un camión del laboratorio.

—Sobre ti, Cap —dijo Clint—. En la curva del puente.

Freya se acercó a la pantalla—. Son ellos. Tres con el Arca, uno en la cabina.

—Puedo encargarme del conductor —sugirió Clint.

—Negativo —respondió Steve—. Si chocan, la gema destruiría la ciudad. Hay que sacar a Ultrón.

—Ten cuidado, Steve —dijo Freya.

No hubo noticias de Steve por unos minutos hasta que dijo—: Si que está infeliz. Trataré de que siga así.

—No estás a su altura, Cap —respondió Clint.

—Gracias, Barton —dijo Steve.

—Tenemos que ayudarlo —dijo Freya.

Natasha se dirigió a la parte posterior del jet y empujó un botón, abriendo una escotilla para revelar dos motocicletas.

Freya sonrió—. Genial.

—Se despejó —dijo Clint—. Cuatro, tres... háganlo sufrir.

Freya y Natasha se subieron a las motocicletas cuando Clint las liberó, y los neumáticos chirriaron contra el asfalto mientras despegaban. Freya pasó entre los autos, mirando el escudo de Steve justo delante de ella.

Ella suspiró—. Siempre recogiendo sus cosas, chicos.

Mientras se inclinaba y agarraba el escudo de Steve, Freya lo sujetó al frente de su motocicleta. La voz de Clint habló—. Van hacia el paso elevado. No puedo disparar.

—¿Por dónde? —preguntó Natasha mientras ella y Freya conducían por el camino.

—A la derecha —dijo Clint antes de detenerse por un segundo.

Freya y Natasha cruzaron el tráfico y pasaron por callejones hasta que salieron justo detrás del camión. Natasha desaceleró para conducir a un lado del camión, mientras que Freya inclinó su motocicleta y se deslizó debajo de la parte inferior del camión, saliendo por el otro lado.

Al ver a Steve siendo estrangulado, ella gritó su nombre y le arrojó el escudo. Ultrón usó los poderes que poseía para levantar el asfalto bajo ellos. Freya apenas tuvo tiempo de frenar, aterrizando con fuerza justo cuando Steve fue arrojado desde la parte superior del camión.

Ella disminuyó la velocidad cuando Steve cayó a un auto y luego a la carretera—. ¡Steve!

Él la vio y corrió hacia su motocicleta, saltando y aterrizando detrás de ella—. Gracias.

—¡Vamos! —gritó Freya.

Steve saltó y Freya le dio un impulso extra, aún siguiéndolo. Los guardias en la parte trasera del camión comenzaron a disparar sus armas a Freya, quien produjo un campo de fuerza a su alrededor y en la motocicleta para seguirlos.

—Clint —dijo Natasha—. ¿Puedes distraer a los guardias?

—Vamos a averiguarlo.

GRAVITY | Steve Rogers ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora