GRAVITY | Steve Rogers ²

04 | control

Natasha encontró a Freya cuando regresaba del laboratorio en el que estaba trabajando Bruce, y se sorprendió al verla en una habitación vacía, levitando objetos mientras ella misma flotaba en medio de la habitación, con las piernas cruzadas y concentrada.

—Hola —dijo Natasha, sorprendiendo a Freya.

La chica dejó escapar un suave grito cuando perdió la concentración, enviando todos los objetos que estaba levitando, y a ella misma, de vuelta al suelo mientras se reanudaba su atracción gravitatoria normal. Mientras estaba de espaldas después de aterrizar con fuerza en el suelo, Freya miró a Natasha.

—Hola —saludó Freya, sentándose—. ¿No sabes que no debes acercarte sigilosamente a alguien mientras está flotando?

Natasha se encogió de hombros—. Ahora lo sé. Solo vine a ver si estabas bien. Desapareciste y me preguntaba adónde habías ido.

Natasha Romanoff era famosa por no ser una persona sentimental. La Habitación Roja le había enseñado que el apego era una debilidad y, sin embargo, cuando se unió a S.H.I.E.L.D. se dio cuenta de que, a veces, tener una conexión con alguien no era tan malo como parecía. Por eso era tan buena amiga de Clint y Freya.

Ver a Freya tan destrozada por la última misión hizo que Natasha se sintiera impotente. Había visto a Freya hacer un progreso increíble en los últimos años, explorando completamente las capacidades con las que estaba dotada, y ver que todo comenzaba a deteriorarse era difícil de ver.

Freya se encogió de hombros—. Sólo estaba pensando.

—¿Te importa compartir? —preguntó Natasha, sentándose en el suelo frente a Freya—. Todavía no han encontrado a Loki, así que no tenemos mucho que hacer hasta que lo encuentren.

—No lo sé, Nat —susurró Freya, poniendo su cabeza entre sus manos—. Tengo tanto miedo de estos poderes. Me los dio un hombre malvado, ¿y qué si estoy destinado a ser una mala persona? ¿Qué pasa si estoy afuera, en una misión o simplemente haciendo algo normal, como hacer las compras, y de repente lastimo a alguien?

Natasha extendió una mano sobre la rodilla de Freya—. Oye, ¿qué es lo que siempre te dice Clint? "Solo eres tan fuerte como quieres ser", ¿sí? —Freya asintió—. Así que cambia eso. Di que eres tan malvada como quieras ser. No quieres ser una mala persona; Freya, no eres una mala persona. Nunca has lastimado a nadie. El hecho de que tengas miedo de algo no significa que debas dejar que te controle. Combate ese miedo ayudándonos a detener a Loki.

Freya le sonrió a Natasha con tristeza—. Extraño a Clint.

—Sí, yo también —respondió Natasha, suspirando—. Pero lo traeremos de regreso. Ahora, ¿has terminado aquí o quieres que te deje?

Freya hizo ademán de levantarse—. Ya terminé. Tienes razón, no puedo dejar que el miedo me controle. Tengo que hacer algo bueno con lo que tengo.

Natasha sonrió—. Esa es mi chica. Ahora, vamos, veamos si podemos encontrar algo para mantenernos ocupadas.

No fue difícil encontrar algo para ocupar su tiempo. Natasha y Freya simplemente fueron a la sala de entrenamiento, entrenando mientras trataban de distraerse de la sensación de dolor que les producía esperar y saber que no podían hacer nada para ayudar.

Cuando Freya inmovilizó a Natasha en el suelo sin el uso de sus poderes, escucharon un anuncio—. Agentes Daniels y Romanoff ir al puente inmediatamente.

Natasha miró a Freya—. Lo encontraron.

—¿Cómo lo sabes?— preguntó Freya.

—Lo supongo —respondió Natasha, mientras Freya la ayudaba a ponerse de pie—. Vamos. Una carrera.

Las dos agentes corrieron hacia el puente, donde Fury las estaba esperando con Steve parado a su lado. Cuando dejaron de correr y se pararon frente a ellos, Fury las miró.

—¿Qué he dicho sobre estas carreras tontas que hacen? —preguntó Fury con un suspiro—. Honestamente, para ser las dos mejores agentes que tenemos, a veces actúan como niñas.

—Pero estamos aquí, ¿no? —preguntó Freya, levantando una ceja.

—¿Quería vernos, señor? —preguntó Natasha, sonriendo a pesar de la reprimenda que acababan de recibir.

—Sí —respondió Fury—. Tenemos una coincidencia con Loki. Está en Alemania. Romanoff, tú manejarás el avión mientras Daniels y Rogers intentan capturar a Loki.

—¿Yo? —preguntó Freya—. ¿Qué debo hacer?

—No lo sé —dijo Fury sarcásticamente—. ¿Quizás ayudar a Rogers a atrapar a nuestro criminal?

—¿No estaría mejor en el...? —comenzó Freya ansiosamente.

Steve le sonrió—. Oye, estarás bien. Estaré contigo.

De alguna manera, eso tranquilizó a Freya, quien suspiró—. Está bien, lo haré.

—Bien —dijo Fury—. Van a despegar en 10 minutos. Eso debería darle a Rogers suficiente tiempo para cambiarse y para que ustedes dos se preparen.

Natasha y Freya asintieron antes de dirigirse a la armería. Si bien Natasha estaba simplemente allí como piloto, eso no le impidió recoger sus bastones característicos, mientras que Freya fue por sus pistolas que se ataba a los muslos. Estaba confiada en el uso de sus poderes contra sus enemigos, pero contra alguien como Loki, no estaba segura de cómo le iría.

Cuando estuvieron listas, se encontraron con Steve y abordaron en silencio. Natasha tomó los controles y se sentó en la cabina, mientras que Steve y Freya se sentaron uno frente al otro.

Cuando estaban lejos, volando a través del cielo nocturno, Steve miró a Freya, notando el movimiento nervioso de sus manos—. Oye, ¿estás bien?

Ella se sobresaltó por su voz, pero asintió de todos modos—. Sí, estoy bien. Solo nerviosa. Esta es mi primera misión en mucho tiempo.

—Bueno, estarás bien —dijo Steve con una sonrisa—. Nos cuidaremos las espaldas y si no te sientes con ganas, no tienes que usar tus poderes.

Freya asintió—. Digo que no los usaré, pero siempre termino usándolos de todos modos. Son tan parte de mí como lo son mis manos.

—Entonces estarás bien —dijo Steve—. Si son parte de ti, eso significa que los controlas.

Freya solo se tranquilizó un poco con las palabras de Steve—. Sí, supongo que tienes razón.

—Nos acercamos a Stuttgart —respondió Natasha—. Prepárense.