GRAVITY | Steve Rogers ²

10 | esto no es una fiesta

Freya solo se sintió un poco mejor después de comer el chocolate, pero sabía que no podía descansar hasta que salvaran la ciudad. Tropezó levemente cuando salían del jet, y Steve apareció a su lado, luciendo preocupado.

—¿Estás bien, Daniels? —preguntó Steve.

Ella asintió—. Estaré bien. Solo necesito unos minutos.

—Bueno, tienes unos minutos —dijo Steve, mientras comenzaba a correr—. Tenemos que volver a subir.

Freya, Steve, Natasha y Clint corrieron a lo largo del puente, en dirección opuesta a los gritos de los ciudadanos, pero se detuvieron cuando escucharon un fuerte gruñido en la ciudad. Mirando hacia el portal, los ojos de Freya se abrieron como platos cuando vio un gran monstruo Chitauri emerger del portal, más largo que cualquier rascacielos y con una boca llena de dientes más grande que ella.

—¿Qué demonios es eso? —preguntó Freya mientras se abalanzaba y pasaba junto a ellos.

—Stark, ¿estás viendo esto? —preguntó Steve.

—Lo veo —respondió Tony—. Estoy tratando de creerlo. ¿Dónde está Banner? ¿Ya llegó?

—¿Banner? —preguntó Steve confundido.

—Sólo mantenme informado —dijo Tony.

Freya miró a sus amigos—. Tenemos que subir y apagar ese portal.

—Tenemos que correr —respondió Clint, tomándola de la mano y alejándola del puente, agachándose detrás de un taxi—. ¿No viste los dientes de ese enorme gusano?

—Sí —respondió Freya—. Todavía estoy aceptando que son reales.

Cuando Clint, Natasha y Freya se agazaparon detrás de un taxi, Steve se unió a ellos y Clint hizo un gesto hacia el edificio—. Tenemos civiles atrapados ahí arriba.

Steve se puso de pie cuando un grupo de Chitauri pasó volando junto a ellos—. Loki.

Los civiles gritaron cuando Loki atacó el área en la que se encontraban. Freya negó con la cabeza—. Son como peces en un barril.

Natasha se puso de pie y disparó a los Chitauri antes de mirar a Steve—. Nosotros nos encargamos. Vete.

—¿Los pueden detener? —preguntó Steve.

—Capitán —dijo Clint, mirando a Steve—, será un verdadero placer.

Steve asintió, antes de correr a ayudar a otros civiles. Freya se puso de pie, y cuando Natasha la miró por un segundo de más, Freya se dio cuenta.

—¿Qué?

Natasha sonrió—. Tus ojos están violetas. Y tus dedos están brillando.

—¿Qué? —preguntó Freya, mirándose los dedos.

Natasha tenía razón. Había una tenue aura púrpura que envolvía todo su cuerpo, y Freya prácticamente podía sentir el poder que corría por sus venas. Volteó las manos y, al hacerlo, los escombros a sus pies comenzaron a flotar.

—Mira eso —dijo Natasha, disparando a los Chitauri—. Te estás volviendo más poderosa.

—Solo estoy asustada y enojada —respondió Freya, mientras usaba sus poderes para arrojar un Chitauri lejos de Clint.

—Entonces utilízalo —dijo Natasha, mientras Clint se les unía.

—Tenemos civiles en el autobús, y... Freya está brillando. Eso es nuevo —dijo Clint, mirando a Freya—. No vas a explotar, ¿no?

—No —respondió ella—. Pero tenemos que llevar a los civiles a un lugar seguro.

—Los tengo —dijo Clint—. Solo cúbreme.

Freya asintió y se subió a la parte superior del autobús. A su alrededor, podía ver a los Chitauri viniendo hacia ellos. Mientras Clint ayudaba a la gente a bajar del autobús, Freya usó sus poderes para levantar a los Chitauri y arrojarlos lo más lejos que pudo.

Uno logró acercarse sigilosamente detrás de ella y casi la decapitó con su arma, pero Freya se agachó en el último minuto y se volvió hacia la criatura. Era mucho más alto que ella y parecía mucho más fuerte, pero Freya sintió que el poder la atravesaba y de repente no sintió miedo.

El Chitauri volvió a levantar su arma, pero alargó las manos y la criatura salió disparada hacia un edificio cercano. Mientras avanzaba, Freya extendió su mano y el arma que sostenía voló hacia atrás y hacia su mano.

Saltó del autobús para ayudar a Natasha y Clint. Natasha también había adquirido una de las armas Chitauri, y cuando Freya la miró, Natasha sonrió antes de electrocutar a otro monstruo.

Steve se reunió con ellos, sacando un Chitauri mientras saltaba a la escena. Cuando estaban a punto de ser abrumados, un relámpago golpeó repentinamente el suelo donde estaba parado cada Chitauri, y Thor se dejó caer sobre el puente un momento después.

—¿Qué pasa arriba? —preguntó Steve.

—La energía alrededor del Cubo es impenetrable —explicó Thor.

—Thor tiene razón —habló Tony—. Hay que lidiar con ellos.

—¿Cómo lo hacemos? —preguntó Natasha.

—Como equipo —respondió Steve.

—Yo tengo asuntos pendientes con Loki —dijo Thor.

—¿Sí? —dijo Clint—. Bueno, ponte en la fila.

—Déjelo —respondió Steve—. Loki va a concentrar la pelea en nosotros. Y eso es lo que necesitamos. Sin él, esas cosas se dispersarían. Tenemos a Stark arriba, nos va a necesitar para...

El motor de una motocicleta interrumpió a Steve cuando todos se giraron para ver a Bruce llegar a la escena. Freya y Clint compartieron una mirada antes de correr hacia él.

—Entonces, todo esto parece espantoso —dijo Bruce.

—He visto cosas peores —respondió Natasha.

—Lo siento.

—No, nos vendría bien algo peor —dijo Natasha.

—Stark, lo tenemos —dijo Steve.

—¿A Banner?

—Tal como dijiste —respondió Steve.

—Entonces dile que se prepare —dijo Tony—. Les voy a llevar la fiesta.

Y luego Tony dobló la esquina con el monstruo Chitauri siguiéndolo. Todos regresaron a sus posiciones defensivas. Natasha miró a los Chitauri y negó con la cabeza.

—No veo cómo eso es una fiesta.