65 | profesor hulk

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Después de terminar el almuerzo, Freya, Steve, Scott y Natasha se despidieron de Tony, Athena y las niñas antes de regresar al auto. Mientras caminaban, discutieron la negativa de Tony a ayudarlos.

—Bueno, está asustado —dijo Natasha en defensa de Tony.

—No está equivocado —respondió Steve.

—Sí, pero, ¿qué vamos a hacer? —preguntó Scott—. Lo necesitamos. ¿Nos detendremos?

—No, quiero hacer las cosas bien —respondió Steve—. Vamos a necesitar un gran cerebro.

—¿Más grande que el suyo? —preguntó Scott.

Al día siguiente, concertaron una reunión con Bruce en un restaurante local, y cuando Hulk entró por la puerta, todas las cabezas del lugar se giraron para mirarlo. Freya se sentó al lado de Steve mientras Scott y Natasha se deslizaban en la cabina del lado opuesto al de ellos. Bruce pidió más comida de la que Freya podía comer en una semana y, aunque tenía un poco de hambre, se abstuvo de comer.

—Vamos, siento que soy el único que come —dijo Bruce—. Prueben algo. Coman unos huevos.

Scott seguía mirando a Bruce como si tratara de procesar lo que estaba viendo—. Estoy tan confundido.

—Estos son tiempos confusos —respondió Bruce.

—Sí, no. No me refiero a eso —dijo Scott rápidamente.

—No, lo entiendo —rió Bruce—. ¡Estoy bromeando! Lo sé, es una locura. Ahora uso camisetas.

—Sí. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? —preguntó Scott.

—Hace cinco años, nos dieron una paliza —explicó Bruce—. Excepto que para mí fue peor porque perdí dos veces. Primero perdió Hulk, luego Banner y después perdimos todos.

—Nadie te culpa, Bruce —dijo Natasha.

—Yo sí —respondió Bruce—. Durante años traté a Hulk como si fuera una enfermedad, algo de lo que me debía deshacer. Pero luego empecé a verlo como la cura. Dieciocho meses en el laboratorio de rayos gamma. Uní el cerebro con los músculos y mírenme ahora. Lo mejor de los dos mundos.

Tres niños se acercaron a su mesa y se detuvieron—. ¿Disculpe, señor Hulk?

—¿Sí?

—¿Podemos sacarnos una foto? —preguntó la chica.

—Con seguridad, personita —respondió Bruce—. Vamos, den un paso al frente. ¿Te importa?

Scott tomó el teléfono que Bruce le tendió.

—Digan "verde" —dijo Bruce.

—Verde —dijeron los fans al unísono.

Scott tomó la foto antes de devolverle el teléfono—. ¿Quieres sacarse una conmigo? Soy Ant-Man —cuando los niños no dijeron nada, Scott negó con la cabeza—. Son fanáticos de Hulk, no conocen a Ant-Man. Nadie lo conoce.

—No, él quiere —bromeó Bruce.

—Es un extraño peligroso —dijo uno de los chicos.

—Sí, mira, él está diciendo que no —dijo Scott, mientras Freya ponía su cabeza entre sus manos. Después de unos segundos más de hablar unos sobre otros, Scott agitó el teléfono—. Toma el maldito teléfono.

—Gracias, señor Hulk —dijo la niña.

Bruce les agradeció antes de decir—: ¡Sale Hulk! ¡Dab!

Freya hizo una mueca—. Estás actuando como un niño de trece años.

—Bruce, sobre lo que hablábamos —dijo Steve.

—Correcto —dijo Bruce—. ¿Lo de tener una chance con el viaje en el tiempo? Chicos, está fuera de mi área de experiencia.

—Bueno, lograste esto —dijo Natasha, asintiendo con la cabeza hacia Hulk—. Recuerdo una época en la que también parecía bastante imposible.

—Muy bien, me convenciste —dijo Bruce—. Ahora, ¿puedo terminar de comer antes de que nos vayamos?

El teléfono de Freya sonó y ella se excusó para contestar. Saliendo del restaurante, respondió la llamada—. ¿Hola?

—¿Freya? —saludó Athena—. Hola, solo llamé para decirte que Tony me explicó todo.

—Sí —dijo Freya—. Estamos tratando de que Bruce nos ayude.

—¿Funcionará? —preguntó Athena—. Quiero decir, ¿qué pasa si obtienen todas las Gemas, hacen el chasquido y los últimos cinco años se han ido? ¿Eso significa que pierdo a Morgan?

—No sabemos qué pasará —dijo Freya honestamente—. Y todo lo que sé es que Tony tiene una de las mentes más brillantes que he visto, así que si alguien puede hacer esto, es él.

—Sólo está asustado, ¿sabes? —dijo Athena—. No quiere arriesgar nada más después de Lyanna. Sé que todavía le duele pensar en lo que le pasó a ella... y a Peter. Cree que les falló.

—Sí, lo sé —dijo Freya—. Pero tenemos la oportunidad de traer a todos de vuelta, así que tenemos que intentarlo. No podemos quedarnos sentados.

—Haré todo lo posible para convencer a Tony de que me ayude —prometió Athena—. Incluso me ofreceré a trabajar con él para hacerlo.

—Genial —dijo Freya—. Y si lo logras, pueden encontrarnos en el complejo. Ahí es donde estaremos probando todo y, con los dedos cruzados, funcionará.

Athena suspiró—. ¿Te imaginas si lo hace? Tendríamos a todos de vuelta.

—Sería increíble —dijo Freya, pensando en Bucky y Sam—. Tengo que irme, pero espero que puedas convencer a Tony.

—Haré lo mejor que pueda —dijo Athena—. ¿Sabías que me está haciendo un traje en nuestro garaje como regalo de aniversario? Azul y dorado. No sé si alguna vez tendré la oportunidad de usarlo, pero el azul es por Lyanna y el dorado es por Tony, así que...

—Es un regalo considerado —dijo Freya—. Y sería increíble tener otra mujer en nuestro equipo.

—Creo que tienes bastantes —rió Athena.

—Nunca puedes tener suficiente —respondió Freya—. Pero en serio, tengo que irme, lo siento. Hablaré contigo pronto, Athena.

—Adiós, Freya —dijo Athena—. Ten cuidado.

La línea se cortó cuando Steve, Natasha, Bruce y Scott se unieron a ella fuera del restaurante. Steve observó a Freya volver a guardar su teléfono en el bolsillo—. ¿Quién era?

—Athena —respondió Freya—. Dijo que intentará convencer a Tony para que nos ayude.

—Bueno, esperemos que pueda hacerlo —dijo Natasha—. Y oye, Bruce no cabe en el auto, ¿podrías...?

Freya sonrió—. Por supuesto, odio estar atrapada en un auto, especialmente cuando pienso en lo que pasó en Washington. Nos vemos en el complejo.

Freya tomó la mano de Bruce antes de mirar hacia el cielo. Bruce parecía inseguro—. No me vas a soltar, ¿verdad?

—Por supuesto que no —respondió Freya—. Solo agárrate fuerte y trata de no moverte demasiado.

Antes de que Bruce pudiera protestar, Freya usó sus poderes y los dos salieron disparados por el aire, dirigiéndose hacia el complejo.

GRAVITY | Steve Rogers ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora