9. ¿Un nuevo aliado?

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✨¡¡Felíz inicio de mes, addictioners!! ✨

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Cuando un supuesto demonio aparecía en tu patio trasero diciendo estupideces sobre tener una honorable misión para tí, lo más sensato era llenarlo de plomo y luego averiguar si realmente decía la verdad. Brogan Keller hizo todo lo contrario. Lo dejó entrar a su casa y lo escuchó mientras bebía directamente de la botella de bourbon barato que había estado guardando para un momento necesario.

El demonio, Daen, se había sentado en uno de los raidos sofás de su diminuta sala que a la vez servía de cocina y dijo:

Debes cazar a Lucifer y a cambio tu vida de mierda será mil veces mejor.

Oh claro. Observó aquellos espeluznantes ojos negros sin pupila. Era como ver directo a un oscuro abismo. Pero más inquietante era su sonrisa ladeada, esa que dejaba a la vista unos puntiagudos colmillos. Casi parecía un tipo gótico, con todo ese cabello oscuro que caí liso a cada lado de su rostro, tornándose grisáceo a medida que descendía, como un degradado perfecto que terminaba en puntas blancas.  Había tatuajes a lo largo de sus brazos. Eran franjas de negro, algunas más gruesas que otras. La curiosidad de saber el significado era grande.

En general el tipo era llamativo, porque aún con su aspecto peculiar, tenía un atractivo que era difícil pasar por alto. Su piel pálida solo asentuaba todo el conjunto.

Mejorar mi vida. Por supuesto.

Daen sonrió más amplio y entonces empezó a relatar datos  sobre la vida de Brogan Keller. Desde el día de su nacimiento, hasta el día que se cayó de un árbol en la antigua casa familiar y se dislocó un hombro cuando tenía nueve años. Dijo cosas que nadie tenía manera de saber. Cómo la vez que tenía diecisiete y se coló en un club dejando que un tipo lo follara en los baños a cambio de unos tragos. Pero aún más importante, le habló sobre su tiempo en el ejército, sobre aquella misión que arruinó su vida.

Solo entonces Daen había captado su atención por completo. Porque una persona cualquiera no podía saber todo eso.

Eres un buen rastreador. Sabes planear un ataque efectivo. Piensa en ello como un intercambio. Me traes a Lucifer, matas al hombre que lo acompaña y entonces haré que todo eso que está roto en tu mente, se vuelva a unir.

Eso es...— tragó en seco— ¿De verdad puedes hacer eso?

Puedo ¿Quieres hacer un trato conmigo?

—Y esta es la parte en dónde solo debo dar mi alma a cambio.

No— Daen había soltado una risa cantarina—. No soy del tipo que hace pactos pidiendo el alma a cambio. Ya te lo dije, solo quiero a Lucifer con vida y al hombre que lo acompaña muerto. Solo eso. Sin trampas.

Porque confiar en un demonio es lo más sensato del mundo.

—Nunca dije eso, humano. Pero es un buen trato. No puedes negarlo

—¿Y si le agregamos unos cuantos dólares al trato?

Bien. ¿Cinco millones te parecen suficientes? Y serán libres de impuestos— bromeó.

Cuando un demonio ofrecía un trato de ese calibre prometiendo que no había trucos de por medio, ni letras pequeñas en el contrato, una persona normal diría "no" mientras corría lejos. Brogan Keller no era un hombre normal, hacia mucho que no lo era y por eso dijo: "acepto".

Un par de días después estaba moviéndose al este del país. Con sus objetivos por fin en la mira. Y una parte muy pequeña de él le cuestionaba por qué había accedido al trato con el demonio. Y la respuesta era simple: No tenía nada que perder.

La Oscuridad Seduce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora