13.CAPTADOS

35 2 0
                                        


NICK CROWN

NICK CROWN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


NICK CROWN

Trataba de calmarme por todo lo que había pasado en la casa de los Wilson y el malentendido que se armó. Recordar el rostro de Atenea, que ni siquiera fue capaz de mirarme me hacía entrar en un estado que difícilmente pude contener. Llamaba a Tomas, para saber dónde se había metido pero su celular no contestaba. Elí, se acercó para ayudarme luego de verme tan alterado. Mi padre había sido muy obstinante en asignarle como mi nuevo guardia de seguridad. No se despegaba de mí ni un solo minuto.

—Déjame en paz. —advirtiéndole que no se acerque para que pueda ir caminando de prisa hacia cualquier lugar.

—Joven Crown. —yendo detrás de mí. —Está muy alterado, necesita ayuda.

—¿Y tú crees que a ti te pagan por ayudarme?

—Sólo no quiero que vaya a cometer alguna tontería. A su padre no le gustará.

—Claro, lo único que te importa. —frotando mi mandíbula con fuerza.

Seguí mi camino rápidamente hacia la casa. Al entrar, sólo se encontraba el personal de limpieza. Felicia, se acercó preocupada al verme un poco alterado.

—Joven Nick, ¿Qué le sucede? —dijo después de ordenar que me trajeran agua de azar. —Llamaré a un doctor si es necesario.

—¿Por qué siempre tengo que arruinar todo? —abrazándola de repente. Sintiendo su delicado cuerpo contra el mío.

—No digas eso hijo. ¿Acaso pasó algo malo? —dándome pequeñas palmadas en la espalda.

—Sí. Que mi familia nunca está cuando realmente los necesito. —separándome lentamente.

—Sus padres están en una cena con el alcalde, Cameron en la empresa y Tomas, pensé que estaba con usted. Pero yo estoy aquí para lo que necesite.

Limpio mi rostro, le doy un beso en su frente y subo. Me encierro en mi habitación, tomo mi móvil y marco el número de Atenea. Comienza a marcar, no contesta a la primera vuelvo a repetir y nada. Sólo iba intentarlo una vez más.

—Déjame en paz Nick. —replicó desde el otro lado.

—Peruanita, no me digas eso. No fue mi intención causarte problemas, te defendí ¿A caso no fue suficiente?

—Solo aléjate de mí. —cada palabra con dureza que salía de ella, por más que trataba no verme afectado no podía.

—¿Eso es lo que quieres? —intento aclarar la garganta. —¿Quieres que me aleje de ti?

—Sí. Tú y yo pasaremos del uno al otro. —dice con rudeza.

—Está bien, Atenea Lapoint.

—Adiós Nick Crown.

LIBERTAD DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora