7. RETO

42 3 0
                                    

ATENEA

Entramos hacia el patio trasero de la casa donde se encontraba el resto de los amigos del único chico agradable de esta familia. Había varias lucecitas colgando sobre los árboles, también un pequeño bar justo al lado de un jacuzzi que se conectaba con la piscina donde nadaban algunos de sus amigos de ellos y sin dejar de lado a las rubias amigas que se encontraban en el agua con Nick Crown. Intentaba buscar con mi mirada a Caroline percatándome que estaba dando vueltas en el medio del pasto verdoso con su trago en mano.

—Caroline ¿Estás bien? —pregunto preocupada, sólo la había dejado un rato y parecía mareada.

—¿Sabías que Aries y Leo son cero compatibles en el amor? —tomando de un solo sorbo de su bebida azulada.

—¿Por qué dices eso? —quitándole el pequeño recipiente que traía en manos.

Me señaló con su dedo hacia un árbol que estaba a unos pasos de nosotras donde se encontraba Tomas besando a una chica de cabello rizado.

—Yo soy Leo y él es Aries. —sus ojos se habían tornado en cristales después de ver al chico que le gustaba con otra.

—Tú encontrarás a tu signo ideal con el que puedas escribir tu propia historia. —abrazándola, —Él no sabe lo que pierde.

—Tienes razón, ya fue suficiente. —limpiándose el rostro.

Cuando de repente se acercó al primer chico que se le cruzó por el camino y lo besó. Todos del lugar nos quedamos sorprendidos por lo que había hecho, incluido Tomas Crown.

En definitivo a eso lo llamo rapidez. El desconocido que fue besado por Caroline le correspondió de la misma manera y ahora nadie los podía separar.

—Caroline es otra nota. —se acercó hacia mí Harrison para invitarme una soda blanca.

—No la juzgaré. —bebiendo un poco. —Además creo que se gustaron.

—Erik, es buen chico. —espetó, —Estudia conmigo y Tom.

—¿La chica con la que se besó Tom es su novia? —pregunté de repente.

—No lo creo. Al parecer se conocieron hoy. —rascándose la mandíbula. —¿Por qué? ¿Te gusta?

—No. —directa. —Tengo novio.

Quedándome en silencio luego de recordar mi conversación con Elena.

—Bueno la verdad no sé qué somos. —sin mirarlo.

—Déjame procesarlo. —tomando un sorbo de su bebida, —¿Se han peleado?

—No. Pero me enteré que se besó con alguien más.

Con sólo pensarlo me doy cuenta que mi vida amorosa había sido todo un fracaso desperdiciando seis meses de mi vida. Para darme cuenta que él nunca fue lo que yo creí o al menos el chico que nunca conocí hasta que llegué aquí.

—Las relaciones a distancia suelen ser un poco complicadas. —espetó, —En estos tipos de casos es donde realmente conoces a tu pareja y el respeto que se tienen.

—Tienes razón. —volteándolo a ver, —Yo no lo conocía.

Nos quedamos mirando sin decir una palabra más. A pesar de eso, Harrison me transmitía una paz que necesitaba en estos momentos, hasta que un fuerte chapuzón nos salpicó a los dos mojándonos de inmediato.

—¡Eso Gael! —chocando palmas entre sí con su amigo.

La incomodidad se había formado en mi rostro luego de que el chico empapara nuestra ropa que traíamos puesta. Harrison sólo se reía para luego ayudarme a secarme.

LIBERTAD DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora