LIBERTAD DEL AMOR

66. LOVE, AUPAIR.

Penúltimo capítulo.

Diciembre llegó por fin, el nacimiento de Nicholas en la vida de Atenea fue su más grande regalo de navidad. Un niño de tres kilos, medio gordito y peladito. Su llegada fue la más esperada de las personas que le querían antes de conocerlo. Su familia, que fue el soporte primordial durante el proceso de embarazo de Atenea, celebró a bombos y platillos la llegada del bebé en una calurosa bienvenida de regreso a casa. Su madre, agradeció infinitamente al doctor, Jorge, la persona indicada en traerlo al mundo sin ninguna complicación y completamente sanito.

Aquella tarde de bienvenida, la llegada de Cameron sorprendió a todos los presentes. Sin embargo, nadie le quitaba ese derecho como tío de venir a visitarlo. La distancia, nunca ha sido impedimento para el mayor de los Crown. Desde el primer día que se enteró del embarazo de Atenea hasta el día que nació su sobrino, no dudó visitarle una vez por semana y estar pendiente en todo lo que necesite ella. La escena que protagonizó Cameron Crown al conocer por primera vez a Nicholas, una conmoción única al ver al bebé recién nacido. Desde lo más al fondo de su corazón, el momento que estaba compartiendo con la llegada del angelito le traía recuerdos a su hermano. Sentía una tristeza profunda hacia el padre de Nicholas, al no poder vivir ese momento con su hijo. Pensaba que, si tan solo él se hubiera enterado del embarazo de Atenea a tiempo, nunca la hubiera apartado de su lado de la forma en que lo hizo. Solo para que ella pueda continuar con su vida, sin retenerla durante quince años y no convirtiéndose en el ancla de las muchas cosas que le faltaba por vivir. Como el de volver a enamorarse, casarse, formar una familia y tener hijos. Algo que Nick no imaginó dárselo, aunque él se encontrara lejos y en prisión.

Cinco años después.

El calendario enmarca la misma fecha, pero seis años después. Un doce de diciembre resultó un cumpleaños diferente para el más pequeño que también formaba parte del legado familiar de los británicos. La verdad que trató de ocultar Cameron durante varios años salió a la luz. Los constante viajes que hacía a Sudamérica con la excusa de trabajo levantó las sospechas de su pareja. Provocando que le contara toda la verdad sobre la situación de Atenea. Su conciencia se veía cada vez más afectada al ocultar a un niño que llevaba su sangre, pero sobre todo por ser hijo del hermano que más amaba. Seis años de quedarse callado, sin poder contarle a su familia la existencia de la criatura, a sus hermanos y a su madre. Arrebatándoles el poder conocerlo y sobre todo el amor que le darían al descendiente más pequeño de la familia.

La noticia había caído como un balde de agua fría a cada uno de los miembros, lágrimas de emoción y quebranto salían por parte de Cataleya al ver por primera vez a su nieto. El parecido con su segundo hijo se acentuaba cada vez más en sus rasgos físicos. Su cabello rubio medio ondulado, el tono claro de su piel y los hoyuelos de su rostro muy parecido al de su padre, lo único diferente el tono miel en sus ojos. Nicholas, apenas entendía quiénes eran los señores y los jóvenes que acompañaron a su tío durante la tarde de su cumpleaños. El niño por recomendaciones de su madre no dudó de comportarse educadamente con cada uno, pero más con la mujer adulta que no dejaba de abrazarlo. Como todo niño pequeño su atención recayó en los distintos regalos que le habían traído por su cumpleaños y con la ayuda de los dos menores tíos le ayudaron abrir cada uno. Mientras tanto, Atenea y Jorge, su actual esposo, no dudaron de portarse de la manera más empática hacia la mujer que seguía aún en estado de shock al ser la primera vez que conocía a su nieto.

CAMERON CROWN

Acompaño Atenea hacia la cocina para preparar un filtrante para mi madre que se encontraba acompañada de Roland. Mi presencia junto a Cataleya, el padre de Nick y mis hermanos, presentía que en el fondo les había chocado, solo que trataba de disimularlo muy bien.