10. FANTASMAS

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NICK CROWN

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NICK CROWN

Cuelgo el teléfono.

La llamada con mi padre una vez más me puso entre la espada y la pared. Luego de cerrar un negocio de petrolífero y gas natural en Alemania, su único propósito, tapar las acusaciones y la negligencia en la refinería en Godorf que se encontraba muy cerca de la ciudad alemana, donde se dió la fuga de miles de litros de aceite de diésel a través de una fisura milimétrica en uno de los ductos. Los del comité junto a Carlos tenían un solo propósito, cerrar Godorf y cambiar el nombre de la entidad, pero bajo el mandato de Shell. Para eso necesitaban nuevamente de los mejores abogados y equipo contable de su empresa, claramente a la que yo pertenecía y en la que ocupaba uno de los mejores puestos y más pagados. Con la única labor, impedir un entendimiento que no favorezca la situación de la compañía.

—¿Escuchaste lo que te dije? —interrumpió Tomas. Si bien, estaba tomando en el bar que se encontraba en el pasto verdoso de la casa, pero mi mente deambulaba en los asuntos laborales que iba tener que afrontar con la llegada de mi padre a Inglaterra.

—Disculpa. No te escuché. —volteándolo a ver.

—¿Si te dolió mucho la bofetada?

Guardé silencio. ¿A caso Tomas nos había visto? Al parecer sí.

Quizás me lo merecía, escuchar que el día de hoy Atenea iba a tener una cita con Harrison realmente me sorprendió y no porque dude de la capacidad de atracción del mejor amigo de mi hermano, sino la suerte que tienen los chicos como él en cruzarse con personas como ella.

Atenea, me demostró que es una chica sencilla y que no se deja deslumbrar por lo material y mucho menos por el físico de una persona. Su carácter rudo ante situaciones que no le parecen correcto, lo demostró con esa fuerte cachetada que me dio luego de proponerle algo indecente que en definitivo no estaba dentro de sus principios y que las mujeres de mi entorno hubiesen aceptado sin pensarlo. Ahora Tomas lo tomaba como una burla a mi fracaso de ligues con extranjeras.

—Ni siquiera un poco. —tomando un sorbo del wiski de la botella de Macallan de mi padre.

—Tienes que sacarte esa idea de Atenea. Ella no es como las chicas que estás acostumbrado en salir.

Allí va de nuevo. Tomas y su intento de discurso barato, apenas comenzó hablar, tomé de un solo golpe mi bebida para pasar de él antes que comience a reprocharme todo.

—Y tú tienes que dejar de incentivar noviazgos que nunca funcionarán.

—Al menos Harrison hace el intento. —me detuvo al hablar.

—Sabes que tu amiga tiene novio en su país, ¿no?

Si tan sólo supiera ese chico que están tratando de reemplazarlo no dudaría de venir hasta aquí para arremeter contra ellos.

—Harrison me comentó que ya terminaron.

—Que bien por ellos. —volteo los ojos para seguir con mi camino.

LIBERTAD DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora