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Tres días pasaron y el no tenía respuestas, Taehyung había estado atento a las clases de danza de las pequeñas, en realidad en averiguar quién era el maestro de las pequeñas.

Pero no había tenido éxito alguno, primero porque cuando él llegó al siguiente día, el busco y no encontró  nada más que un chico pelirrojo de sonrisa corazón darle clases a todos los niños.

En pequeñas preguntas de juegos las niñas dijeron que ese no era el maestro Minnie, que ese era el maestro solecito.

Dándose por vencido, Taehyung y Yoongi desecharon la idea de que el dichoso maestro Minnie fuera en realidad JiMin.

Primero porque si lo fuera, el ya se hubiera contactado con Taehyung pero eso no ha sucedido.

Suspirando bajo del auto, hoy debía de recibir al nuevo inversionista, sabía que este era coreano pero que venía del extranjero, precisamente era el heredero del señor Park.

Si el había logrado años después quizás unos malditos cuatro años después el poder lograr enamorar al hombre con estrategias confiables, de que era buena idea asociarse con ellos.

Ahora también tenía una enorme cadena de restaurantes y tiendas en Europa.

Había sido una muy buena asociación. Que después de estaba viendo un poco en la cuerda floja cuando se enteró que el famoso Park y su esposo habían fallecido en un accidente de auto.

Dejándole absolutamente todo a su hijo mayor y que su hermana era la albacea del joven, porque sabía que el chico no pasaba de los veintidós años.

A pasos seguros, llegó hasta el elevador apretando el último botón donde quedaba su oficina y la sala de juntas.

Carraspeó un poco y arreglando mejor su traje y cabello llegó hasta su destino esperando que las puertas fueran abiertas.

Vio el reloj de su mano y se dio cuenta que faltaba al menos diez minutos para empezar.

No iba ser nada fuera del otro mundo, solo la presentación del nuevo socio.

Llegó a su oficina y dejó su maletín en el escritorio, se dio la vuelta y salió para dirigirse a la sala de juntas donde se encontrarían, las personas más importantes de la empresa, el gerente general, el administrador y contador así como su madre y por último él.

Abrió la puerta corrediza y les vio a todos sentados en sus respectivos lugares, esperando ansiosos por la llegada del desconocido.

Se sentó en la punta de la mesa y espero.

Cuando el reloj marco las ocho en punto la puerta fue abierta por una hermosa mujer de cabellos negros, traje celeste-acua tacones finos y quizás de algunos treinta y cinco años.

Sonrió y dio una venía en modo de saludo a todos los presente.

-- Buenos días -- hablo fuerte y claro.
-- soy Park Suran, albacea de Park JiMin -- mencionó su nombre y de dos personas más que no estaban ahí.

Para Yoongi escuchar ese nombre le hizo perder por completo el color de su cara se veía más pálido y su celo se frunció, creyendo que todo esto era un maldita broma del destino.

Primero el maestro guapo Minnie.

Y ahora que el nuevo socio de nombra Park JiMin.

Estaba quedando loco, o simplemente el deseo de querer ver siempre a su amado o encontrarlo le estaba creando o jugando una mala pasada.

Que hasta su nombre y diminutivo lo escucha en todos lados.

Si talvez estaba quedando loco.

-- ¿de quién? -- gesticulo Yeji minutos después, estaba igual de asombrada quizás más, que su hijo, escuchar ese nombre le hizo recordar al maldito muerto de hambre.

🥀 Yo Soy Tu Mami 🥀.  🥀 Yoonmin 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora