🥀 Yo Soy Tu Mami 🥀. 🥀 Yoonmin 🥀

🥀 45 🥀

Las pequeña risas y murmuró a se escuchaban en la habitación del rubio, exactamente pasaron tres días. Y el ya estaba completamente bien.

Solo debía de cuidar su herida, y no dejar que se infecte. Y para eso tiene ayuda de su ahora pareja.

Llegaron a la conclusión que está demás hacerse los enamorados de mano sudada, cuando entre ellos ya existe una pequeña. Que los ama con todo su corazoncito.

JiMin le dejo en claro a Yoongi que está vez si no dejaría que nada se interpondrá en su camino, más que solo la muerte.  Y esa hasta el momento le tiene estima. Pues con dos intentos de asesinato, y que aún el siga con vida.

Es la clara evidencia que el señor parca tiene sus favoritos.

Y él era uno de ellos.

—Ya muy pronto te darán de alta, cariño. –sonrio dándole una caricia en la mejilla al menor.

Este se ruborizó, pues solo tener cerca al mayor le hace sentir maripositas en el estómago, ahora que lo tocase con delicadeza lo hace convertirse en un pequeño tomatito, debido al sonrojo de sus mejillas que le llegan hasta sus orejitas.

—Papi, –la nena llamo la atención de ambos –¿viviremos juntos en casa? –pregunto ladeando su cabecita.

Y sólo ahí JiMin se dio cuenta de algo, y recordó a alguien muy importante en su vida.

Yeunjun. El pequeño niño de cuatro años, que es muy celosito y gruñón.

La felicidad que embargaba su cuerpo decayó al instante, ¿Como tomará el pequeño la noticia? Que el vivirá con Yoongi y la pequeña MinGi es su hija.

Sintió sus ojos picar, el pequeño se sentirá desplazado seguramente, sentirá rechazo. Se verá solo.

El mayor pareció ver, la pelea interna que se tenía consigo mismo, que le tomo la mano y la besó con suavidad.

—Tranquilo pequeño, hablaremos con él.

—Me da miedo como vaya a tomarlo, está pequeño. –JiMin inconcientemente hizo un puchero que el mayor rápidamente beso.

—Te entiendo bebé. –lo vio con ternura –vivira con nosotros, seremos sus padres. No lo dejaremos solo. Sabemos que Suran Noona hará su vida.

—Sé, que para ella no será una carga. –suspiro llevando su vista hacia la nena que dibujaba en una libreta –pero el es más apegado a mí.

—Ya te dije bebé, lo llevaremos con nosotros.

—Estas seguro. –lo miro dudoso.

—Seguro –le respondió sin vacilar.

La puerta fue tocada suavemente y ambos dieron el permiso para que fuera abierta, y de ella entró un pequeño niño de cabellos negros muy feliz de ir a ver su papito JiMin.

—¡Papito!.

Corrió hacia JiMin que lo esperaba con sus brazos abiertos, pero así de rápido también llegó su pequeña niña, con sus labios levantados haciendo trompita y viendo feo al intruso que quería robarse a su nuevo papito.

—¡No es tuyo!. –dijo con sus cenizas fruncida intentando quitar a Yeunjun de los brazos de JiMin.

—¡Mingi! –regaño yoongi, cuando vio su la niña jalo del cabello al niño.

Haciéndolo llorar por el fuerte tirón.

—Me quiere robar a mi papito nuevo. –la niña empezó a llorar también.

Suran que había entrado detrás del pequeño vio la escena y no dudó en salir de lugar, ese era un asunto de su sobrino. Y ella no tenía ni arte, ni parte ahí.

—Tu te quieres robar a, ¡mi papito! –dijo el pequeño de cuatro años aferrado al cuello de JiMin, mientras lloraba.

—Papito, qui..quitalo de en..encima tu..tuyo, p..por f..favor. –pidio en medio de hipeos la nena.

Yoongi apretó sus labios, decir que hablarían con el niño sobre la situación era una cosa que ah estarla viviendo en vivo y directo.

Miraba a JiMin, que lo veía con ojos de culpa. Sin saber que hacer.

—Y..Yoonie. ayúdame, carga a la niña. –su voz se empezaba a cortar por las ganas de querer llorar..

Tenía sentimientos encontrados, hace unos años atrás no tenía quien le diera papito, y ahora tiene a dos angelitos bellos peliando por el, y por dejarse saber el uno al otro de quien era papá él.

El mayor tomo a la nena, que se frotaba, sus ojitos y lloraba desconsolada.

—Ya mi niña.

—Ya me quito a mi papito –soltaba suspiro cortados.

—No bebé, el no te ah quitado a tu papito lindo.

—dile que lo suelte, entonces.

Yoongi río ante el estado posesivo de la nena.

—Es muy posesiva. –comento entre media sonrisa.

—¿Que extraño? ¿A quién habrá salido? –pregunto con sarcasmos el menor.

Yoongi solo le vio mal y el no evitar reír en medio de tan pequeña tragedia que se encontraba.

—Ya.. bien. –carraspeo un poco e intento separar a Yeunjun de su cuello. Este no quería ero poco a poco fue sediendo. —Bebe, suelta. Debemos hablar –susurro.

El niño aún con lágrimas en sus ojitos, se separó de él y lo vio a los ojos.

Jimin sonrió con ternura y retiro las gotas saladas de sus mejillas.

—Mi pequeño curruccucu, te amo mucho ¿Lo sabes? –el niño asintió —siempre lo haré, ¿ok?.–peinaba con sus pequeños dedos el cabello del niño —Escúchame chiquito,  yo hace unos años atrás tuve una pequeña bebé, por cosas de adultos ella no creció junto a nosotros, siempre estuvo con su papito. Pero ahora ella está aquí. –hizo señas con sus manos, el niño poco a poco iba entendiendo.

—¿Seguirás siendo mi papito? –le preguntó con un puchero.  Yoongi sintió su corazón encogerse y abrazo a su nena que estaba por querer peliar otra vez.

—Seguire siéndolo hasta el día que yo ya sea un angelito en el cielo y te cuide desde aya. –respondio dándole un besito en la frente al niño.  —¿Quieres saber quién será tu hermana mayor?, porque ella es más grandecita que tú mi vida.

Yeunjun, a pesar de ser aún algo pequeño entendía, porque el era un niño inteligente. Asintió ya emocionado por tener con quién jugar, ya que el se sentía muy solito en casa y quería alguien chiquito con quién ir a correr por todo el patio de la vivienda.

Yoongi se acercó un poco y dejó a MinGi en la camilla, y JiMin estiró su manito para tomar a la nena y llevarla hasta donde Yeunjun.

—Ella es mi hija, así como tú. Y como ambos los son, serán hermanitos. Aunque enrealidad, tú serás su tío. –JiMin frunció el ceño, ya confundido.

No lo hará visto antes.

Yeunjun es hermano suyo, MinGi su hija, el pequeño niño es tío de su nena.

—Ya eso lo irán sabiendo más adelante, conforme vaya creciendo –atino a decir el pálido cuando vio la carita confusa del menor.

—¡Seremos  hermanos!  –dijeron ambos niños con alegría.

Los mayores sonrieron muy felices, al final no fue muy difícil explicarles.

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