🥀 Yo Soy Tu Mami 🥀. 🥀 Yoonmin 🥀

🥀 40🥀

El vehículo avanzaba a toda velocidad pero para JiMin parecía ser una gran eternidad. Le parecía que ni siquiera habían salido de la ciudad.

El mayor observaba de reojo a JiMin, como este apretaba sus piernas con desesperación, y una de ellas la movía con inquietud.

-Espero que ella no le haga daño, a mi pequeña.

Dijo JiMin viendo por la ventana, y sentía como las lágrimas resbalaban por sus mejillas la cuáles quitaba con brusquedad.

-No lo hará.

-No estoy tan seguro de eso. -espeto con cierto enojo el menor, pues recordaba la vez que vio a la pequeña con el golpe en la frente.

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Luego de meditar tanto y de haber pasado por al menos una hora en el sofá de la sala, con la nena recostada en su pecho. Se levantó tomando a la pequeña en brazos, dirigiéndose hacia la habitación donde había estado anteriormente.

-¿Dónde vamos mami? -pregunto MinGi, aferrada a su cuello.

-Nos daremos una ducha pequeña. Debemos ponernos bonitas.

-¡Si! Papi nos verá bonitas.

Quizás solo a ti. -pensó la mujer

-Si pequeña.

Ambas llegaron al baño, donde había una gran tina blanca, llena con agua a la mitad y espumas.

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-Mas rápido Yoongi.

Apresuró JiMin al mayor, quién negaba y aceleraba.

-Ten calma JiMin, si voy más rápido podremos tener un accidente, la nieve está muy espada y el asfalto mojado.

El menor cayó, y no dijo más, es cierto la nieve era cada vez más pesada y podrían perder el control del auto e irse por el barranco.

Los grandes pinos eran cubierto por una pequeña capa de nieve, se veían blancos delicados y brillantes por la escarcha.

Unos segundos más y a lo lejos notaron la gran cabaña, de color café con algunos árboles alrededor.

Era muy hermosa, hogareña.

JiMin salió con prisa del auto, no fijándose que la nieve cubrirá gran parte del camino y estaba muy alta, cayendo de tropezón en ella.

-¡JiMin!. -El mayor rodeo el auto y llegó a él, tan rápido como pudo.

-Auch.... -de quejo tocando su tobillo.

-Te doblaste el pie.. -dijo en un susurro, debían hacer silencio.

-Duele.. vamos.. ayúdame necesitamos llegar.

-Con calma.

Ambos comenzaron a caminar despacio hacia la entrada.

Esperaban poder encontrar a ambas, y sobre todo que Rose no hiciera tantas tetras. Como siempre le había a él, cuando le pedía el divorcio.