Copa de Angeles

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Vlade: ¡Emael nos va a matar!
Ahora que vamos a hacer, si se dá cuenta de lo que acaba de suceder a todos nos va a colgar del cuello.

Estefano: ¡pero que fue lo que sicedio! ¿como hizo para desaparecer con todo un edificio?

El edificio completo desapareció frente a los ojos de los cuatro muchachos, ya en ese momento no sabían que hacer, solamente les  quedaba volver al santuario y comunicarle todo a Emael.

Sabían que lo sucedido no era culpa de ellos, pero Emael no lo iba a tomar de muy buena forma.

Guiados por un paso muy lento y temeroso llegaron al santuario pará dar explicaciones de lo sucedido, pero para sorpresa de ellos algo estaba sucediendo ya que todo el lugar estaba en alerta roja.

Sam: Eluany que sucede?

Eluany: Ataque demoníaco uno grande.

Alerta roja todos los ángeles disponibles para batalla alistar armas, alerta roja.

Sam: Val, Estef corran dónde Emael he intenten averiguar que sucede nosotras nos prepararemos

Los cuatro jóvenes estaban cien por ciento desconcertados no sabían lo que sucedía ni que les atacaba, y al parecer el resto del santuario también, al llegar a los aposentos de Emael no encontraron respuesta alguna en sus labios, no sabía que estaba sucediendo.

Podían ser enviados de Eryx, brujos nuevamente o cualquier otra amenaza. En el momento que empezaron a llegar los atacantes los que les detuvieron notaron algo, todos ellos tenían la marca sagrada de la copa marcada en su piel, pero no eran hijos de la copa, eran aborrecidos.

Los aborrecidos eran personas normales mundanas a las cuál se les marcaba para volverlos en contra de su naturaleza, ya que al no tener sangre de ángeles corriendo por sus venas el dolor les volvía completamente inhumanos, esto les hacía el arma de destrucción perfecta ya que no sentían dolor, ni temor y mucho menos remordimiento.
No existía ninguna manera de revertir el efecto.

Sam, Vera y los demás no tuvieron otra opción que ayudar a acabar con el sufrimiento de esos pobres, hombres y mujeres a los cuales les habían echo esa aberración.

Al terminar todos volvieron a limpiar el campo y sus armas pero no con la felicidad de victoria en sus rostros, si no con tristeza ya que sabían quién y porque lo había echo

Emael: Ya es suficiente con Eryx al amanecer todo ángel capaz de moverse tendrá la misión se buscarla, encontrarla y traerla hasta acá, pagará por cada aberración que ha echo.

Viana: Hermano Emael porfavor ruego que se le dé el juicio que se dicta en la ley.

Emael: Lamento mucho esto Vía pero ya son muchos los crimenes que ha cometido, los grandes ángeles me permitieron llevar a cabo su ejecución apenas sea aprendida, y sabiendo tu lazo de sangre con ella, te revoco de tu puesto como gran guardiana hasta que se concluya la misión.