CAPÍTULO 3

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Presente

Ethan Carowey:

El nombramiento ocurrió de forma perfecta. Ahora soy el jefe de armas y ataque, y, como lo imaginamos, Katherin relevó al señor Augusto en el puesto de Jefe de expedición y búsqueda de zonas desinfectadas. A Joseph lo elegimos como jefe de seguridad. Todo ocurrió como lo imaginamos.

Mañana en la mañana seremos instruidos en nuestros trabajos y nos darán introducción en nuestras debidas áreas, ya que, como también supusimos, nos hablaron sobre la misión de expansión.

Todo ocurrió como lo imaginamos una vez fuera del farol, y de vuelta a nuestra zona de entrenamiento. Todo a excepción de nuestros planes previos a la visita con Máximo.

Joseph no logró visitar a Kail, Katherin tuvo que estar toda la noche sentada a mi lado, y yo ni siquiera logré coincidir con Helena.

Y ahora, acostado en mi cama con dirección a la pequeña y única ventana del lugar, comienzo a recordar lo encontrado en el maletín entregado por Máximo.

Dentro de él habían muchas cosas muy confusas para muchos, pero muy claras para los que tuviesen conocimientos sobre el tema.

Para Katherin hubieron series de mapas de cada uno de los estados de Norteamérica, y en ellos, había: señalamientos de lugares con infectados, zonas habitables, y lugares inexplorados, marcados con símbolos que su área de trabajo conoce. Además, había señalamientos de buenas salidas para cada lugar. Incluida, La Falec.

Para Joseph hubo pequeños manuales de supervivencia. Habían diferentes tipos de elaboración de armas con plantas o artilugios que podríamos encontrar entre escombros. Cada manual tenía debidas imágenes. Sumado a eso, había señalamientos para el ataque de infectados.

Parece haber una serie de diferencias entre ellos que solo pueden ser descubiertos en un ataque mano a mano. Y también, existe la posibilidad de que los mismos sobrevivan si no sabes atacar exactamente el punto correcto según su infección.

Para mí, había una pequeña cámara sellada con un pin. Dentro de la sala les dije que no lo conocía, era verdad, pero justo luego de la presentación, en la sala del presidente de la Falec, encontré tallada en madera un código de cuatro dígitos: 2811.

Una vez llegué aquí supe que ese debía ser el mismo de la cámara. Sin embargo, no he tenido la valentía de colocarla. Augusto y Gorg sabían que alguno de nosotros sería seleccionado para ocupar su puesto y lo enviarían a la sala presidencial, lo cual ayudaría a descubrir el pin.

Claramente Augusto y Gorg querían escapar de la Falec, y por lo visto, su plan era subir hasta Canadá y vivir en el ártico. La razón no nos la hicieron llegar, pero estaba más que claro eso.

Además, había un señalamiento para entrenar y prepararse ya que, de Canadá no se conocía literalmente nada. Nadie sabía si crearon planes de protección, si hay mutaciones del virus, o si hubo menos suicidas y más infectados.

Era una incógnita.

—¿Ethan? —la voz de Joseph me hizo girar lentamente en mi cama para buscar con mi vista la suya, y lo encontré levantándose.

—¿Sí?

—¿Puedes dormir?

—No —confesé.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now