TRILOGY: VENASUMP

CAPÍTULO 20

Final

Presente

Ethan Carowey:

Desperté en mi cama sin ninguna persona a mi lado.

Anoche fué una velada increíble en dónde por fin pude confesarle a Jessi lo que ese niño que fuí hace tanto, nunca llegó a soltar.

No era mentira eso. Desde joven siempre tuve mi atención fijada por esa muchacha, y el destino nos ayudaba a mantenernos juntos en cada escalón de nuestra vida. Sin embargo, al sentir que el amor no era mutuo, decidí dejarme llevar.

La decisión de ser bisexual vino a partir de la necesidad de encontrar a una persona que de verdad me diera lo que buscará, indispensablemente su género. Y pensé que había sido buena decisión tras ver qué con Joseph me sentí demasiado a gusto. Pero ayer, con el beso de Jessi, descubrí que aún existía una vivaz llamarada por ella en mí corazón.

Sin embargo, un beso fué lo suficiente como para dejar en claro que debíamos primero saber que queríamos. Aunque, en el mundo en dónde nos encontramos, no hay muchas opciones que digamos. Solo tenía que dejar en claro que quería con Joseph, y sabría que tendría con Jessi.

Fuí el primero en levantarse y en dirigirse al gran comedor. Dentro de ese espacio me encontré con Jules, el cual consumía unas tostadas que había encontrado con el pan que elaboramos en la ciudadela.

Apenas me miró sonrió y me dió un saludo. Le devolví de la misma manera el saludo y me encaminé a buscar cualquier comida para consumir.

Decidí tomar un poco de avena y servirme de las frutas que siguen estando comestibles. Preparé una gran bandeja y me acerqué hasta la mesa en dónde aún seguía estando Jules comiendo, y me senté a su lado para hablar.

Cuando conversé con él me di cuenta que su método de supervivencia fué mucho más duro de lo que para mí llegó a ser la expedición. Peleó contra muchos más infectados, pasó mucha más hambre, y duró incontables noches en velas esperando a encontrar algún lugar en donde no tuviese que sobrevivir, sino vivir.

Me sentí afortunado de al menos sentir por primera vez que La Falec no era una prisión, ya que por lo menos nos dió resguardo por cuatro años, y nos enseñó tácticas que por lo menos nos tuvieron a la raya de no contaminarnos.

Así como a nosotros, tal vez esté el grupo que se encaminó con Sheis hasta Florida. Sé que muchos no llegarán con vida mientras recorran el largo trayecto, pero todos aquellos que lleguen con vida, al menos tendrán por recuerdo cada día de entrenamiento.

Mientras yo le empecé a contar sobre nuestro viaje, fueron apareciendo más personas en el comedor. Los primeros en llegar fueron Owen y Katherin los cuales decidieron sumarse a la narración de nuestra expedición en Montana.

Luego llegó Jessi, que después de prepararse un sándwich se unió para preguntarnos si no habíamos conocido a más personas en nuestro viaje, además de a Owen. Nos contó sobre Mason y su triste historia que llevó a su infección.

Entre Owen y ella hubo mucha conexión a causa de su relación por infección. Lograron compaginar con sus extraños gustos antes de la pandemia y conversar sobre sus historias de tatuajes. Me había enterado que durante el viaje de Jessi, habían encontrado una máquina de tatuajes, y luego de confiar en Harry, todos se hicieron pequeños tatuajes –que realmente quedaron bien a pesar de su inexperiencia.