Pasado
Katherin Moon:
Siempre me consideré una chica débil que no sabía realmente lo que quería.
Antes de la pandemia recuerdo vivir más de las opiniones de terceros que de las mías, y se me hizo difícil en muchas ocasiones aceptarme. Sufrí de ansiedad, depresión, y además, por si era poco, sufría de bullying en el instituto debido a mi cuerpo.
Siempre fué un símbolo de burla ante todos, y en más de una oportunidad tuve el registro de suicidios frustrados. Y todos y cada uno frenados por Ethan.
Él, desde siempre, ha sido mi guía. Sin él yo ni siquiera hubiese tenido la valentía de poder salir a la calle sin que me importará la opinión de otras personas, o me hubiese mantenido con vida para mis quince años. Me protegió, me ayudó, me escuchó, y más tarde me salvó.
Dos días antes de la fiesta en dónde se comenzó a propagar la bacteria, recuerdo haberme detenido en el espejo de mi baño y verme llorar mientras me preguntaba: ¿Qué haría sin Ethan? ¿Qué pasaría si algún día el tenía que alejarse de mi lado? ¿Sabría mantenerme de pie sin él?
Descubrí que no, y lo reafirmé el día del contagio.
Una vez escapamos Joseph, Ethan y yo, robamos un auto y nos movilizamos rápidamente hasta la casa de Ethan. Las calles estaban colapsadas, y ya habían varios infectados que corrían por las calles. En la oscuridad de la noche solo podrías ver más y más destrucción.
Recuerdo bajar del auto entre lágrimas mientras Ethan y Joseph, envalentonados se abrían paso por las calles mientras mi mejor amigo me sujetaba de tal manera que no me pudiese separar de él.
Hubo explosiones, personas suicidándose ante nuestros ojos, y contaminados destruyendo cuerpos sin piedad alguna. Además, había caos, mucho caos. Personas de todos lados aparecían corriendo y gritando, familias intentaban escapar, y como siempre el Venasump-8 estaba por delante de nosotros.
Lo peor que pasamos fue el parque. Demasiados contaminados para solo tres jóvenes inexpertos, pero un camino de suma obligación a cruzar para poder llegar hasta la casa de Ethan. Recuerdo, ser abrazada por Joseph mientras Ethan se adelantaba para trazar la ruta.
Yo estaba llorando mientras el pelirrojo me pedía que me calmara porque según él, todo saldría bien. Luego, se retractó de todo lo antes dicho tras el primer cruce con infectados.
Gritamos a toda fuerza ayuda cuando tuvimos un contaminado por encima de nosotros. Mientras Joseph se dispuso a pelear contra el suyo, yo no podía luchar contra el mío. Solo sujetaba su cuello para marcar un límite, pero sin embargo, se hacía cada vez más difícil.
En sus ojos negros ví mi vida. Un desperdicio de sufrimiento, traumas, y miedos. Estuve muy segura de que ese sería mi final, pero llegó Ethan y me salvó. Una vez apartó al infectado, ayudó a Joseph a librarse del suyo y juntos corrimos a su casa, dónde su padre –junto a un grupo de guardias–, nos esperaban.
Por encima de la casa había un helicóptero, el cuál, debido al movimiento de sus hélices, nos sacudía la ropa y el cabello al mismo tiempo que nos alumbraba.
La escena fué perturbadora, ya que observé como los guardias disparaban a cada infectado que se acercaba o como golpeaban y asesinaban a toda persona que intentaba librarse.
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TRILOGY: VENASUMP
Science Fiction(Los tres libros están incluidos) "Hasta que nuestra última respiración salga, y nuestros corazones dejen de latir; hasta ese preciso instante, tendremos la oportunidad de sobrevivir..." Desconocido. Archivo 992: Ethan Carowey. Venasump-8. ...