Presente
Ethan Carowey:
Nuestro plan de regreso a La Falec se vió interrumpido por varios factores, y llevamos al menos un mes y medio de tardanza.
La primera razón fué mi salud. Llegué más débil de lo que imaginé, y tuve muchas más heridas de las que esperé. No fué hasta que descansé que descubrí que mis talones estaban hinchados, mis brazos estaban demasiado rasguñados y mi cuello dolía. También había bajado alrededor de diez kilos desde mi salida de la Falec.
Mis cambios físicos fueron claros. Mi cabello creció en cada extremo hasta parecer una creciente melena de cabello, había empezado a salir una marcada barba, y bajo mis ojos hay pronunciadas ojeras.
Mi cuerpo no soportaría una caminata de semana y media solo para descender por una montaña, para luego recorrer un camino que me condujera a las instalaciones de Dakota del Norte. Es demasiado forzoso para mí.
Así que Katherin y Owen decidieron y lograron convencerme de reponer fuerzas en la cabaña. Cada día se hizo más largo, pero al menos conté con un descanso perfecto, las tres comidas, y tiempo para volver a mi rutina de entrenamientos común.
La primera semana de retorno al ejercicio fué horrible. Me sentí como ese débil chico que entró a La Falec sin previo conocimiento sobre el entrenamiento, y reviví el ardor de mi musculatura y el tensado de mis tejidos al volver a ejercitarme.
Fué horrible. Pero al menos tenía devuelta a Katherin la cual me acompañó cada mañana y cada noche en mis rutinas, y ahora esta Owen acompañándonos también.
Los tres nos pusimos al corriente de los entrenamientos y la pareja me ayudó a comprender un poco más sobre medicina natural y cacería.
Owen me enseñó a preparar flechas con veneno. Dentro del bosque habían infinidades de frutas, hierbas, y vallas venenosas, así que el rubio supo aprovecharlas al hacer un preparado con todas ellas.
Diseño flechas con las mejores y más rectas ramas que encontraba, y las afilaba a placer. Mojaba las puntas con su preparado venenoso, y las guardaba en un cárcaj diseñado por el mismo. Además, construyó un arco con el tronco de un viejo roble que encontró. Gracias a su tiempo –antes de conocernos–, la soledad lo hizo esmerarse en tallar delicadamente el arco con el que utilizaba las flechas.
Ese era su arma con la que cazaba aves para comer como codornices y pichones, y, en casos de mucha suerte, pequeños cervatillos a la distancia.
Ya estábamos acostumbrados al estilo de vida de cada uno, y esto hizo escalar las cosas de forma exponencial entre los tres. Ya la curiosidad había existido entre los tres, y solo nos dejamos llevar por la situación.
Desde hace tres semanas, Owen, Katherin y yo, comenzamos algo así como un poliamor. Las cosas solo surgieron una noche en la que hablamos de la extrañeza de nuestra vida, y los límites de nuestras experiencias.
De un momento a otro, ya los tres estábamos practicando un trío.
Increíblemente yo nunca me he visto afectado por los síntomas de contagio del chico, o de Katherin –a la cual no me gustó llamarle más mejor amiga, debido a nuestra nueva relación–. La chica me comentó que los primeros tintes comenzaron a partir de la semana, pero yo, con tres semanas en las que he probado fluidos de ambos, seguís con la mismas características. Seguía siendo yo.
A pesar de eso, y de lo que ahora yo estoy viviendo, mi mente seguía depositada en Joseph. Sí, ahora estaba teniendo sexo con dos personas, pero más que todo era un método para desahogarme. Descubrí que esa era las ventajas del sexo.
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TRILOGY: VENASUMP
Science Fiction(Los tres libros están incluidos) "Hasta que nuestra última respiración salga, y nuestros corazones dejen de latir; hasta ese preciso instante, tendremos la oportunidad de sobrevivir..." Desconocido. Archivo 992: Ethan Carowey. Venasump-8. ...