CAPÍTULO 17

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Pasado

Walter Wallas:

Enfrente de Frederick y de mí, está Stuart, mi hijo. Atado por cadenas y cinturones de fuerzas por todo su cuerpo; expulsando saliva y sangre de su boca y sus oídos mientras el color negro ahora solo toma poder por sobre el blanco de sus ojos.

Su cuerpo, además de herido por los constantes forcejeos, destila ese putrefacto olor a cianuro y cloro, al mismo tiempo en que se muestra pintado por el color verdoso que aplica la bacteria.

Mi hijo está convertido en un mounstro.

—¿Ahora que haremos? —pregunté antes de girar a ver a Frederick.

Cómo siempre, está con su mirada pérdida. Sus ojos grises están entornados al cuerpo de mi hijo, y sus manos están sobre la mesa mientras parece pensar bien lo que decidirá.

Lo conozco bien. Hemos trabajado por al menos un período de tiempo mayor a la década, y sé su forma de trabajar y de análisis. Es una erudito incomprendido.

—Siento que deberíamos mostrarlo al gobierno —el castaño giró hasta mí con un gesto serio mientras arregló sus gafas—. Piénsalo. Hemos creado la mejor arma biológica en la historia.

—Frederick, ¡Es mi hijo!

—¡¿Eso es tu hijo?! —señalando a Stuart me miró consternado—. Él ya no es tu hijo —se giró hasta el cuerpo sacudiéndose con rabia—. Es, un arma.

—¿Estás loco? —solté molesto mientras me levanté.

Sigo siendo mucho más alto que él, también fornido, pero a él no pareció intimidarle. Me conocía lo suficiente como para saber que no sería capaz de herirlo.

—Walter, ya Stuart está perdido —giró para ver a mi hijo, y luego de unos segundos le seguí la mirada—. Ya no queda nada de Stu en él. Solo es, una bestia con ganas de asesinar... Tiene sed de herir.

—No es capaz —repliqué llamando de nuevo su atención—. Es solo un chico de quince años.

—Era —corrigió el castaño—. Ahora es un mounstro inmortal. Ya no te reconoce... Míralo.

Por más que doliera era verdad.

Stuart ni siquiera reconoce mi voz o me mira como hace tres días, justo antes de que la reacción iniciará a correr por su venas.

—El venasump ya es parte de él —Frederick pausó un momento y se acercó hasta esa pequeña grabadora para tomarla.

Siempre le gustaba documentar su trabajo, análisis, e ideas por medio de grabaciones de voz. Se consideraba una persona muy habladora y con fascinación por oír a los demás.

Me quedé mirando al castaño antes de verlo exhalar para continuar.

—Luego de la prueba número nueve, en el sujeto A: Stuart Wallas; hemos descubierto que nuestro prototipo de vacuna para la leucemia, se ha convertido en una bacteria a la que decidimos bautizar como Venasump-8. Un posible variante biológico con capacidades nunca antes vistas.

Apagó la grabadora y me la extendió.
No sé cómo siempre tiene el poder de convencerme para hacer esto. Tal vez soy más apasionado a la ciencia que a la vida misma. Así que cogí la grabadora y presione el botón al mismo tiempo en que me giré hasta mí hijo.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now