TRILOGY: VENASUMP

Capítulo 16

Presente

Peichs Castella:

Abrí mis ojos lentamente mientras me comencé a dar cuenta que había caído rendida. Al subir suavemente, comencé a repasar mi vista por el lugar, y encontré que a mí lado estaban también Aiden y Kelly dormidos.

¿Qué tan cansados estábamos?

Sin embargo, repasé en el hecho en que la presencia de Lucas hacia falta. Por más que lo busqué por varios segundos, no hallé ningún rastro de él, y no me quedó más que levantarme hasta intentar conseguir la presencia del chico.

El cobertizo es uno de los lugares más grande de La Icmar. En general, es una gran cochera de distintos pisos en dónde se guardan con debida obligación cada auto de la ciudadela. Está dividida por diferentes secciones, separadas por anchos caminos lo suficientemente anchos como para pasar un auto.

Al final de cada uno de ellos, hay enormes tanques de almacenamiento de gasolina. Esos tanques fueron llenados poco a poco por varios grupos de La Icmar, durante las expediciones de recolección en dónde usurpamos en los grandes abastos, gasolineras, y centrales de materiales y electrodomésticos. Eso nos ayudaba a mantenernos a salvo.

Di un par de pasos hasta atrás y conseguí que Lucas no se hallaba a la redonda, y de verdad, en este punto del viaje, temer lo peor es esperar lo más probable.

Me atreví a indagar con más habilidad el lugar, y mientras más pasillos recorrí, encontraba más silencio durante todo el trayecto. Mi corazón y mi cabeza comenzaron a crear distintas hipótesis en las que podrían decir que Lucas había escapado, se había contaminado, nos había dejado solos.... O tan solo estaba rondando por ahí.

De verdad, esto de vivir al borde de la muerte te trauma...

Camino por el extenso pasillo de varios depósitos pequeños cerrados con seguro, donde se escuchan golpes contínuos, probablemente sean Infectados que intentan colarse hasta el interior, ya que esos pasillos dan con la salida desde el cobertizo hasta la ciudadela.

Sigo mi ruta hasta llegar a esas pequeñas oficinas que hay luego de subir las escaleras hasta el siguiente piso. Paseo mi vista rápidamente por los extremos, mientras lo único audible para mí, son los pasos que voy dando en el metal que fué forjado para constituir los pasillos del segundo piso.

Peiné mi cabello rubio hasta atrás al ir pensando en dónde se habría escondido Lucas. Mientras lo hago, me doy cuenta que estoy paseando por las salas administrativas del lugar. Aquí se maneja toda la información sobre rescate, expedición, salidas y entradas de la ciudadela, y uso de autos.

Siempre ha sido uno de las zonas más bonitas y arregladas de La Icmar, pero ahora, los rastros de destrucción y caos azotan cada extremo. A través de las paredes de cristal puedo observar desde mi lugar, como hay papeles volados y desordenados en el suelo, paredes manchadas de sangre, y muebles colocados sin sentido. En algunos, habían ventanas abiertas que logró descubrir gracias al movimiento de las persianas rotas que se van sacudiendo en el interior de los cubículos.

Uno a uno voy pasando encontrando que todos se ven de la misma manera. No hay ninguno en el que no se halla encontrado algún infectado, y caí en cuenta de que para cuando llegamos no había ningún tipo de infectados.

Recordé el auto que ví cuando Will, Lucas y yo volvíamos de la cafetería, y tuve la idea de que tal vez un grupo se había confinado en este lugar. Procurarian haber limpiado el edificio solo para no sentirse –incómodos–, y luego escaparon. Sin embargo, por todo el extremo no habían marcas de neumáticos, o derrames de gasolina. Así que mi hipótesis podría estar errada.